Los PIGS -antaño Portugal, Irlanda, Grecia y España, por sus iniciales en inglés- están de nuevo en el radar del BCE como los más perjudicados por las próximas medidas
MADRID. El Banco Central Europeo (BCE) nos dejó el pasado miércoles jugosos titulares sobre su visión de la economía comunitaria para los próximos años. Si ya nos parecía suficiente la expectativa sobre tipos de interés de la Reserva Federal (FED), que situó el objetivo del año para el rango de 3,25-2,5%, lo que indica una subida adicional de 1,75% para las cuatro reuniones pendientes, llegó Christine Lagarde con un discurso muy preocupante.
Usando una analogía, la presidenta del BCE comentó los componentes de la cesta de la compra necesarios para limpiar todo el barro que van a causar las próximas medidas de política monetaria y de tipos de interés. Pero no sólo nos dijo que va a haber mucho que limpiar, sino que también nos ha dicho quienes van a ser los que más se van a ensuciar hasta el punto que habrá que sacarles del barro para que puedan seguir respirando. Y como siempre con el dinero de todos.
Los PIGS -antaño Portugal, Irlanda, Grecia y España, por sus iniciales en inglés- están de nuevo en el radar del BCE como los más perjudicados por las próximas medidas... pero con un pequeño cambio. Mientras en 2008 Irlanda fue uno de estos PIGS, hoy es una de las utopías de Europa. En 2022 la 'I' del acrónimo definido por Estados Unidos -cómo no- ha encontrado un reemplazo que no requiere de cambio de inicial: Italia, la que por aquel entonces no era considerada una economía 'periférica' -concepto que tiene sesgo peyorativo porque define las economías con dificultades para crecer al mismo ritmo que la media del resto de países miembros-, hoy es precisamente el 'cisne negro' que llegó a ver justo un día antes cómo la rentabilidad de su bono a 10 años alcanzaba los 4,305%, nivel no visto desde 2019 durante el QE3... qué curioso.
Estos PIGS han recibido el compromiso -por ahora- de que los beneficios obtenidos por el BCE de las compras de activos del PEPP irán destinados exclusivamente a financiar las compras de bonos soberanos de los PIGS. Lo que por otro lado ha puesto a rabiar al resto de países miembros que hacen las cosas bien. Los países del centro y norte de Europa, serán los que exijan el cumplimientos de las condiciones para que los PIGS puedan recibir estos fondos. Condiciones que por otro lado ya se exigía a todos los países de la UE. España sigue sin presentar un plan de consolidación fiscal que pueda 'vender' a Bruselas, mientras sigue incrementando el endeudamiento para financiar las políticas públicas expansivas que por otro lado les impiden reducir el diferencial presupuestario.
¿Cómo no va a resultar imposible cumplir con los compromisos si España está haciendo todo lo contrario para poder conseguirlo? Incrementando el tamaño de la administración, las duplicidades y los organismos no productivos de la economía, mientras al ente privado se le sigue hostigando con impuestos e impedimentos que desincentivan cualquier actividad económica. ¿Acaso quiere el Gobierno que todos acabemos siendo funcionarios o tengamos una actividad clientelar con el Estado?
Darío García es analista de XTB