ALICANTE. Bikini Azul es el resultado de una idea de dos mujeres alicantinas que, recientemente, se han unido al mundo emprendedor. Ellas son la profesora Noelia Rodríguez y la enfermera Ana Sempere que, un día reunidas -en el Día de la Madre- y habiendo cumplido 40 años decidieron "aventurarse en un nuevo proyecto para dejar huella". Una huella en forma de proyecto emprendedor con un carácter local de Alicante. "Apoyamos el liderazgo femenino y el producto artesanal", asegura a este medio su cofundadora Noelia Rodríguez. Así, han creado Bikini Azul, un vermut que usa uva moscatel dulce de la provincia de Alicante para su producción y que no necesita azúcares añadidos gracias al dulzor natural de ese producto. Para este plan colaboran con productores locales y también usan naranjas entre sus ingredientes, uno de los productos más representativos de la Comunitat Valenciana. El vermut es elaborado de forma ecológica en la Marina Alta. Además, la botella es 100% reciclada, con tapón de corcho natural y no se usan plásticos.
Las creadoras de Bikini Azul aseguran que se han aventurado en este plan dentro del sector hostelero aunque "es un sector donde la mayor parte de personas en cargos de responsabilidad son hombres". No obstante, cuentan que desde que han arrancado el proyecto "nos está yendo bien". Sempere y Rodríguez se conocían a través del contacto de sus hijos en el colegio. Ambas son funcionarias con un puesto de trabajo fijo pero "nos hacía falta aventura" y por eso ahora también emprenden.
Escogieron crear un vermut porque querían crear un producto que pusiera en valor bienes locales y quieren sacar un producto con sello único. "Tenemos una uva moscatel buenísima en la provincia y hay campos de producción en los que no se pide. Nosotras apostamos por ellos y, además nos aseguramos de que nuestro producto no tenga ni sulfitos ni microplásticos".
Las creadoras de Bikini Azul. Foto: APHan elegido también un precinto de botella sin plástico, con papel certificado FSC, "es un paso coherente con nuestro compromiso sostenible en la Marina Alta". Y es que, quieren reducir residuos y promover prácticas responsables. "Cada desprecintado es un gesto hacia un entorno más limpio y un futuro más consciente, respetando la belleza de nuestra región".
Así, apuestan por un vermut "que pueda beberse a cualquier hora y no se limite solo al aperitivo". Empezaron en mayo a visitar bodegas y en septiembre salía a la venta su primer producto. Algunos restaurantes alicantinos ya apuestan por ellas, como La Gamba, que lo compra de forma recurrente. También han recibido pedidos de espacios como Chico Calla, La Pucelana o Finca Santa Luzía. También han estado en ferias y mercadillos artesanales y el 2 y 3 de diciembre pasarán por los de Torre Juana y Torre de Rejas. "Eso sí, es difícil llegar a algunos establecimientos hosteleros porque las grandes empresas piden exclusividad de producto y los bonifican si no venden otros. Contra eso es muy difícil luchar", explican.
"Queremos que la gente conozca nuestro producto y le de valor a la producción local. Eso supone también dar trabajo a personas desde la bodega, a los agricultores como a quienes creamos este proyecto", explica Rodríguez. "Tomar vermut en cualquier momento es una celebración de la vida relajada y llena de sabor. Disfrutar nuestro vermut es abrazar la versatilidad y el espíritu mediterráneo, compartiendo momentos especiales con amigos y la esencia de nuestra región en cada brindis", según mantienen estas creadoras alicantinas que quieren brillar con su proyecto con sello de la provincia de Alicante.
