VALENCIA. Los cambios acometidos en la Conselleria de Economía que culminarán con la designación del hasta ahora vicealcalde de Castellón, Enric Nomdedéu, como secretario autonómico de Empleo, han dejado claro que este departamento necesitaba variaciones sensibles a juicio de todas las partes que influyen en el Gobierno valenciano. Unas modificaciones que evidencian la pérdida de influencia y capacidad de maniobra del clan alcoyano-murero (a Alcoi y a Muro de Alcoi pertenecen varios miembros del departamento) en la conselleria.
Así, la sintonía entre el titular de Economía, Rafa Climent (Bloc), y su número dos, Mako Mira (PSPV), era inexistente y obligaba a una salida: Ximo Puig trasladó a principios de agosto a su protegida, pero designó en su lugar a Blanca Marín, hasta ahora al frente del Eige. Los socialistas hablan maravillas de la nueva secretaria autonómica de Economía y confían en que, con el apoyo del nombramiento del histórico Diego Macià en Industria, se harán con el control de un área que no ha arrojado pingües resultados en el primer año de gobierno.
Por otro lado, la designación de Nomdedéu en Empleo, a la que se ha opuesto férreamente el portavoz nacional del Bloc y todavía jefe de Gabinete de Economía, Rafa Carbonell, también indica que la dirección de la formación nacionalista y en concreto la coordinadora general, Àgueda Micó, está decidida a supervisar en cierta medida lo que ocurre en la que ha sido la cartera posiblemente más problemática del Gobierno valenciano por los conflictos de mestizaje.
Nomdedéu posee colmillo y fuerte personalidad política: el Bloc ha cedido Industria al PSPV pero está decidido a tener el control y protagonismo en Empleo, hasta ahora territorio dominado por los socialistas. Una vez fuera de la vicealcaldía de Castellón, si en el futuro hay una crisis del Consell, Nomdedéu será un nombre a tener en cuenta.
Para terminar con este sudoku, cabe recordar que la Dirección de Planificación y Servef fue para Eva Hernández, procedente de CCOO PV y cuya designación se atribuye a la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, lo que, con los últimos hechos acaecidos, termina de perfilar el adelgazamiento de poder de Climent y su entorno.
El episodio de este martes resultó embrollado e incómodo para un gobierno. El portavoz nacional del Bloc y al mismo tiempo jefe de Gabinete de Economía, Rafa Carbonell, firmaba un comunicado que afeaba a su compañera al frente del Bloc, Àgueda Micó, el nombramiento de un departamento que él ya debería haber abandonado.
Al menos así se entendió tras el VII Congrés del Bloc, en el que se fijaron determinadas incompatibilidades para la nueva dirección: los altos cargos del Consell no podían ostentar al mismo tiempo un puesto en la cúpula del Bloc. Más de tres meses después, Carbonell sigue como jefe de Gabinete y esto da lugar a situación tan atípicas y confusas como la vivida este martes. ¿El desacuerdo con el nombramiento de Nomdedéu viene por una cuestión de partido o por el deseo de mantener cierto control de la conselleria que abandona?
En cualquier caso, las conclusiones que se extraen de los cambios acometidos en la Conselleria de Economía se dirigen al deseo de impulsar una cartera que, pese al trabajo realizado, ha sido protagonista principalmente por los conflictos internos. Ahora bien, todo apunta a que las variaciones introducidas van dirigidas a que los nuevos secretarios autonómicos tengan un poder notable en detrimento del círculo de confianza de Climent.