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Informe Mensual 'Turismo: viajando al futuro'

CaixaBank Research cifra en el 16% el peso del turismo en el PIB

7/06/2017 - 

VALÈNCIA (VP). España ha hecho del turismo uno de los sectores clave de su economía, y las últimas cifras que presenta el sector muestran su dinamismo: el turismo representa el 16% del PIB en España, después de que más de 75 millones de turistas llegaron al país en 2016. Así lo señala el Informe Mensual de junio de CaixaBank Research titulado 'Turismo: viajando al futuro', que ha sido presentado hoy en Madrid por Enric Fernández, economista jefe de la entidad.

En los cuatro primeros meses de 2017, España ha recibido 20 millones de turistas internacionales, una cifra récord que se sitúa un 10,3% por encima del dato del mismo periodo del año anterior. A este ritmo, durante este año, llegarán más de 84 millones de turistas, lo que situará España a un paso de superar a Francia como el primer país receptor de turismo de todo el mundo. Desde 2007, el número de turistas internacionales habrá aumentado más de un 40%. Por su parte, el turismo interno también está comenzando a dar muestras de recuperación.

El turismo es un sector clave en la actividad económica, tanto por su dimensión como por su dinamismo y por la capacidad para influir en otros ámbitos de la actividad económica. El dinamismo del sector turístico queda patente en el ritmo de crecimiento que ha presentado durante las últimas décadas, superior al del conjunto de la economía global. Además, las perspectivas a largo plazo siguen siendo igualmente satisfactorias.

El sector turístico, tanto extranjero como doméstico, está teniendo una creciente aportación directa al PIB: fue del 5,9% en 2010 y del 6,4% en 2015. Cuando se tienen en cuenta los efectos indirectos o arrastre sobre otros sectores de la economía la contribución directa e indirecta del turismo al PIB alcanza los 119.000 millones de euros, lo que equivale al 11,1% del PIB. Alrededor de la mitad de esta aportación se debió al turismo extranjero, que ha venido aumentando su peso en los últimos años.

Asimismo, aquellos actores implicados directa o indirectamente en el turismo, pueden realizar un gasto en el resto de la economía que genera un efecto económico inducido adicional. Si añadimos esta contribución, aún más repartida entre todos los sectores de la economía, el impacto global del turismo alcanza el 16% del PIB, en aumento progresivo desde 2010 y muy superior a la media europea (9,6%).

La contribución del turismo a la creación de empleo también es muy significativa. El turismo empleó directa e indirectamente en 2015 a 2,5 millones de personas, un 13% del empleo total (1,4 puntos porcentuales más que en 2010). Si, además, añadimos el empleo creado por el efecto inducido, su contribución se situó en el 16,2% del empleo total, un peso muy superior a la media europea (9,1%).

España repite como el país más competitivo del mundo

Al igual que otros países europeos, España se beneficia del liderazgo de Europa en la demanda turística y de la inseguridad de los destinos rivales de Oriente Medio. Esta primacía europea se refleja en la composición del gasto que dejan los turistas internacionales atendiendo al país de procedencia, donde dominan especialmente los turistas británicos. Esta composición ha contribuido al auge del turismo en España, ya que los países que más turistas envían a España aumentaron su emisión más que la media.

España destaca con luz propia y repite como el país más competitivo del mundo en el sector turístico en el ranking de 136 países del Foro Económico Mundial de 2017, por delante de Francia, Alemania, Japón, Reino Unido, EE.UU., Australia e Italia. Esta posición refleja unas fortalezas clave como una combinación única de entorno natural y cultural y unas buenas infraestructuras de transporte y de servicios turísticos.


El turismo ha contribuido a corregir algunos de los desequilibrios de la economía española en los últimos años: un 11% de la corrección del saldo por cuenta corriente fue debido al aumento del superávit de la balanza de servicios turísticos.

El sector turístico español está compuesto por unas 400.000 empresas de distintos ámbitos como el alojamiento, la restauración, el transporte, el alquiler de vehículos o las agencias de viajes. Se trata de un sector altamente atomizado, con muchas empresas de pequeña dimensión y relativamente pocas de tamaño grande.

400.000 empresas componen el sector turístico español

El tamaño empresarial es importante porque está relacionado con aspectos que determinan la productividad empresarial: las empresas turísticas grandes son casi un 30% más productivas que las pequeñas y tanto las empresas grandes como las pequeñas son más productivas que sus homologas europeas. Dado que, además, España cuenta con una mayor proporción de empresas grandes, la diferencia de productividad para el conjunto del sector español respecto al europeo es considerable, de casi un 20%.

El turismo se está viendo considerablemente influenciado por los avances tecnológicos de los últimos años. Con la irrupción de las nuevas tecnologías, han aparecido nuevas empresas nacidas en la esfera digital, que han transformado radicalmente parte de la cadena de valor del sector. Este impacto es especialmente elevado en la fase inicial del ciclo de compra. Además, a medio plazo, avances en la “Internet de las cosas”, la robótica móvil y la inteligencia artificial tienen potencial para revolucionar aún más el sector.


La digitalización también ha dado mayor visibilidad y accesibilidad a la economía del consumo colaborativo o sharing, un aspecto que está teniendo especial incidencia en el sector turístico, enriqueciendo el abanico de bienes y servicios disponibles en el mercado.

No obstante, la economía del sharing supone un importante desafío regulatorio, ya que puede generar situaciones de falta de protección del consumidor o de competencia desleal hacia empresas ya establecidas en el mercado las cuales, a diferencia de los nuevos participantes en el mercado, están sujetas a una normativa más estricta. En el sector turístico, además, es especialmente importante que se desarrolle un marco regulatorio bien definido porque muchas de las actividades propias del sector pueden generar externalidades negativas.

Oportunidades y retos de futuro

El sector cuenta con claras oportunidades de crecimiento a largo plazo que puede aprovechar. Se trata, por su naturaleza, de un sector de futuro, ya que la proporción del gasto que los hogares dedican a turismo suele crecer con su nivel de renta. Los países emergentes, por tanto, muy probablemente constituirán una fuente creciente de flujos de turistas, tal y como comenzamos a ver con China. Por otra parte, el envejecimiento de la población europea y de otras economías avanzadas impulsa una demanda muy atractiva, ya que suelen ser personas de rentas relativamente elevadas y que viajan fuera de los periodos de máxima afluencia turística.

Los retos, sin embargo, no son pocos: el sector debe adaptarse a una demanda cambiante en el futuro, debe lograr una coordinación con los otros sectores de la actividad económica y, para priorizar la inversión en infraestructuras, la legislación debe adaptarse para que puedan desarrollarse, de forma ordenada, los nuevos modelos de negocio que han nacido o pueden nacer con las nuevas tecnologías.

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