VALÈNCIA. Ante las nuevas necesidades planteadas en la segunda ola de la pandemia, Casa Caridad da un paso más en la atención a las personas más vulnerables y ha adaptado su comedor social para ampliar el servicio. “La reforma del comedor consiste en dividir en dos partes las instalaciones de Pechina a través de un tabique de manera que una de ellas está destinada a dar de comer a usuarios que no tienen un techo donde resguardarse y que carecen de comida caliente. En la otra zona, seguirán ubicados los usuarios del albergue, por lo que se delimita los espacios para cumplir con los requisitos sanitarios, distancia social y de seguridad”, cuenta Luis Miralles, presidente de la Asociación.
Además, la Asociación Valenciana de Caridad ha adoptado medidas que hacen posible continuar con la atención personalizada a los más vulnerables al tiempo que vela por la seguridad de los profesionales y usuarios de la entidad. “Nuestra prioridad es seguir atendiendo a todas las personas que se acercan a nuestras puertas y para ello, las instalaciones tienen que responder a la situación sanitaria que estamos viviendo. Este es el objetivo de la reforma en la ventilación y distribución del comedor”, explica Miralles.
Además, Casa Caridad continúa realizando la entrega de kits de comidas semanales a usuarios y familias que acudían al comedor de Pechina y que disponen de un recurso habitacional. Desde el mes de marzo se han entregado 85.000 kg de alimentos frescos y no perecederos para el abastecimiento alimentario durante una semana, kits que se adaptan al número de personas que componen el núcleo familiar. En conjunto, desde el inicio de la pandemia, Casa Caridad ha repartido más de 70.000 raciones de comida a las personas albergadas, familias de las escuelas infantiles o usuarios con algún recurso habitacional.
En esta línea, desde marzo, el equipo de Trabajo Social de Casa Caridad ha trabajado con los usuarios para “tramitar ayudas sociales como el ingreso mínimo vital o la búsqueda de una solución habitacional digna para aquellos que dejan nuestros albergues”, indica Guadalupe Ferrer, gerente de Casa Caridad. “Ante la situación de muchas familias que han visto reducir sus escasos ingresos por la pérdida del empleo o una situación de ERTE, hemos puesto en marcha ayudas económicas para sufragar gastos como el alquiler o facturas. También, desde el mes de junio, estamos entregando cheques canjeables en supermercados”, concluye.
Para prestar todos estos servicios, Casa Caridad cuenta con una subvención del Ayuntamiento de Valéncia de 900.000 euros. “Gracias a esta ayuda y a las que nos aportan otras instituciones públicas, Casa Caridad puede ir adelantándose a las necesidades de las personas más vulnerables”, explica Luis Miralles. Actualmente, las subvenciones públicas aportan el 30% de los ingresos, mientras que el restante 70% proviene de particulares. “Queremos agradecer la generosidad de todas las instituciones y personas que nos ayudan, pero también insistir en que cada día en esta situación de pandemia que vivimos es más necesaria”, concluye.