VALÈNCIA. La complicada situación que atraviesan muchas empresas, como consecuencia de la crisis sanitaria, ha obligado a muchas firmas a rehacer sus planes y definir nuevas estrategias a la espera de ver cómo evoluciona la situación. Un escenario que también ha obligado a la parálisis de los proyectos o incluso a tener que renunciar a poner en marcha iniciativas no solo por cuestiones de viabilidad económica, sino también por la dificultad de encarar una coyuntura tan adversa como la actual. Especialmente duro está siendo para ciertos sectores como el hotelero, con la mayor parte de cadena cerradas a la espera de mejores tiempos.
Y, en ese contexto, la cadena valenciana de hoteles tematizados Casual Hoteles ha decidido pausar su imparable expansión tanto nacional como internacional a la espera de que el futuro sea más claro. "Primero tenemos que salir de esta situación y luego valoraremos", explica el CEO de la compañía, Juan Carlos Sanjuán. Por el momento, la cadena mantiene cerrados y sin visos de volver a levantar próximamente la persiana sus 16 hoteles, que se ubican entre Oporto, Bilbao, Madrid, Málaga, San Sebastián, Sevilla, València, Cádiz y Lisboa. "Pensábamos reabrir en Semana Santa, pero a la vista de que todas las autonomías permanecerán perimetralmente cerradas no tiene sentido", agrega.
Y es que en los últimos años la compañía había emprendido un ambicioso despliegue no solo en València, donde cuenta con siete establecimientos, y España, sino que su plan pasaba por una importante internacionalización con aperturas en las principales plazas europeas. Así, tenía previsto consolidar Oporto, con dos alojamientos nuevos al que ya tiene en la ciudad, e irrumpir en Florencia, Milán, Roma o París. Un proyecto que, a priori, tendrá que esperar.
Por el momento, las obras de los hoteles en Portugal continúan pero las aperturas en Italia y Málaga se han parado. "Es un ejercicio de responsabilidad. Cuando estás en una situación límite como la de ahora, hay que planificar y prepararse como pasa con la jubilación. Nunca nos habíamos visto en una situación así y lo importante ahora es analizar todas las variables", subraya Sanjuán.
Lo cierto es que la intención no es abandonar su entrada en nuevos países, pero por el momento queda aparcada. "La expansión queda paralizada durante dos o tres años hasta encontrar el equilibrio. No renunciamos, pero tenemos que parar y salir de esta crisis", reconoce. Y es que la compañía atraviesa una complicada situación: sus hoteles están clausurados, sin ingresos y han tenido que reestructurarse para sanear un balance duramente golpeado por el cierre. Para ello, la cadena acometió un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectó a 70 empleados de los 140 que conforman su plantilla. La mayoría han pasado a ser fijos discontinuos. "Hemos tenido que reorganizarnos para ajustar costes salariales", lamenta.
Tampoco tienen previsto en el corto plazo reabrir de nuevo. Sanjuán explica que a nivel nacional los pocos hoteles que siguen atendiendo al público son de grandes cadenas con solidez y músculo financiero que, sin embargo, no superan ocupaciones del 15%. Por tanto, en función de cómo vaya el proceso de vacunación y se relajen las restricciones valorarán su vuelta. Su deseo es que no se demore más allá de este verano.
Paralelamente, la firma ha tenido que abandonar el que iba a ser uno de sus alojamientos más emblemáticos en València: el hotel frente al futuro pabellón Casal España Arena de València, impulsado por el presidente de Mercado, Juan Roig. Un enclave estratégico por su cercanía al recinto deportivo que aspira a convertirse en un motor de eventos deportivos y culturales en la ciudad.
Bautizado como Casual Deportes, la idea era que este establecimiento tuviera un diseño que girará en torno al deporte en línea con el resto de sus establecimientos tematizados. Para ello, iba a contar con la imagen de profesionales en algunas estancias y utilizar elementos de diferentes disciplinas. La cadena hotelera valenciana iba a invertir 1,2 millones de euros en un proyecto que al final abandona.
La apertura del alojamiento estaba prevista para este pasado mes de septiembre, pero dada la coyuntura económica, se convino entre las partes de mutuo acuerdo rescindir el contrato y Casual abandonó el proyecto.
De hecho, durante estos meses la compañía ha tenido que renegociar las rentas con los propietarios de los edificios que albergan sus alojamientos. Solo dos activos son de su propiedad. "El problema es que el dinero no entra y el Gobierno no toma medidas urgentes como ayudas directas", considera Sanjuán.
El empresario advierte de la grave situación del turismo y las empresas del sector. "No hay ingresos y lo que el gobierno llama ayuda, yo lo llamo endeudamiento que tengo que pagar y devolver. Y todo ello pasando una crisis en la que se duplica mi endeudamiento y la refinanciación con los bancos no es fácil. Esa es la verdad", subraya para incidir en que la mayoría de negocios intentan aguantar, pero sin un rescate su supervivencia se diluye. "Es mentira, no dan ayudas y no hay acciones para apoyar al empresario", insiste.
Pero, además, no solo pone el acento de la dificultad económica de las firmas turísticas, sino también apunta a la "quiebra técnica" de España, con más de cinco millones de parados y sin la posibilidad de crear nuevo empleo. "Nos va a tocar años trabajar para pagar deudas y mitigar pérdidas. Esta situación no se la deseo ni a mi peor enemigo", concluye.