VALÈNCIA. (EP). El ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino, ha emitido este jueves un comunicado en nombre de toda la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) en el que ratifica que "no aceptará jamás a un presidente impuesto" y denuncia "una guerra híbrida" contra la nación caribeña.
Padrino ha repetido el mensaje que ya difundió el miércoles por Twitter, aunque esta vez desde el Ministerio de Defensa y arropado por el Estado Mayor de la FANB, para subrayar el apoyo de los militares venezolanos a Nicolás Maduro, después de que el jefe de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, se autoproclamara "presidente encargado".
"La Fuerza Armada Nacional Bolivariana, fiel a las tradiciones heredadas del Libertador Simón Bolívar, no aceptará jamás a un presidente impuesto a la sombra de oscuro intereses ni autoproclamado al margen de la ley", ha afirmado el jefe de la FANB,.
Padrino ha confirmado que los uniformados venezolanos solo reconocen como "legítimo presidente de la República Bolivariana de Venezuela" a Maduro, que resultó electo por la gran mayoría de los votantes en las elecciones libres, universales, directas y secretas celebradas el pasado 20 de mayo".
Ha denunciado además que la autoproclamación de Guadió es fruto de "un vulgar golpe de Estado contra el Gobierno legítimamente constituido (...) por parte de sectores de la ultraderecha, auspiciados descaradamente por agentes imperiales".
"Este plan criminal, que amenaza flagrantemente la libertad, soberanía e independencia de la nación, llegó el día de ayer a límites de altísima peligrosidad, pues se ha pretendido instaurar un Gobierno 'de facto', carente de legalidad y de sustento popular, con el oscuro propósito de generar caso y anarquía", ha alertado.
Padrino ha considerado que es "exactamente la reedición de los hechos de abril de 2002", en alusión al golpe de Estado contra Hugo Chávez, "cuando mediante una autoproclamación se intentó desconocer la Carta Magna, desarticulando los poderes públicos y dejando a la ciudadanía en un estado de indefensión".
"El Gobierno norteamericano, junto a otros de la región y algunos funcionarios de organismos multilaterales, están desarrollando el ampliamente conocido guión de derrocar a aquellos proyectos progresistas que les resultan incómodos a sus ambiciones imperialistas", ha afirmado.
Padrino no ha dudado en calificar estas supuestas acciones como "una guerra híbrida sin precedentes en contra de Venezuela, que incluye bloqueo económico y financiero, sabotaje, desinformación y falsas noticias, entre otras técnicas, para generar ingobernabilidad y justificar una intervención militar".
Así las cosas, ha rechazado "del modo más enérgico posible los groseros actos de injerencismo llevados a cabo por gobiernos extranjeros", "irrespetuosos del Derecho Internacional del principio de autodeterminación de los pueblos, siendo además ofensivos a la dignidad de los venezolanos".
El ministro de Defensa ha ratificado igualmente "el irrestricto apego a la Constitución y las leyes nacionales" por parte de la FANB, aseverando que "garantizará en todo momento la paz ciudadana y el correcto funcionamiento de las instituciones del Estado".
"No vamos a tolerar hechos vandálicos o terroristas por parte de grupos que promuevan la violencia como perverso mecanismo para alcanzar sus fines", ha avisado.
En este sentido, ha rechazado "los alevosos llamados que algunos sectores, ignorando los valores y principios que nos caracterizan, vienen formulando para tratar de apartarnos del sendero democrático".
Padrino ha pronunciado estas palabras justo después de que los comandantes de las ocho Regiones de Defensa Integral (REDI) de Venezuela emitieran por vías oficiales una serie de mensajes para confirmar su apoyo a Maduro.
Los llamamientos a la FANB para que se desmarque del Gobierno de Maduro se han sucedido desde el 10 de enero, cuando el líder 'chavista' tomó posesión del cargo para un segundo mandato que ni la oposición ni buena parte de la comunidad internacional reconocen por considerar que es fruto de un proceso electoral no democrático.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha cifrado este miércoles en 16 el número de muertos en los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad en Venezuela.
"CIDH sigue de cerca los graves hechos de violencia en Venezuela en el contexto de las manifestaciones de hoy, que ya han generado al menos 16 muertes, decenas de heridos y detenciones", ha indicado la organización a través de su cuenta en la red social Twitter.
Además, la CIDH ha llamado al Estado venezolano a respetar la libertad, la vida y la integridad de los manifestantes que han salido a las calles durante la jornada de movilizaciones a favor y en contra del presidente del país, Nicolás Maduro.
Por su parte, el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) ha señalado que al menos 13 personas habrían muerto durante los enfrentamientos.
El presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, que se ha proclamado presidente del país en el marco de las protestas, ha lamentado lo sucedido. "No tengo palabras para expresar el dolor que siento al seguir enterándome que venezolanos han sido asesinados durante las protestas en las últimas horas", ha manifestado en su cuenta de Twitter.
Estados Unidos ha solicitado formalmente este jueves al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que celebre una reunión de urgencia este sábado para abordar la situación en Venezuela después de que el titular de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, se haya autoproclamado "presidente encargado" del país.
"Estados Unidos ha requerido oficialmente una reunión abierta del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para el sábado a las 9.00 (hora local) para discutir la actual crisis en Venezuela", ha anunciado la misión estadounidense en la ONU en su cuenta oficial de Twitter.
Guaidó se autoproclamó el miércoles como "presidente encargado" de Venezuela en un movimiento que han reconocido la mayoría de los países americanos, incluido Estados Unidos, que ahora reclaman el inicio de una transición pacífico que conduzca a nuevas elecciones.
Sin embargo, el Gobierno de Nicolás Maduro ha recabado importantes apoyos del exterior, además de sus tradicionales aliados en la región --Cuba, Bolivia, Nicaragua y El Salvador--. Rusia y China, ambos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y, por tanto, con derecho a veto, han respaldado también al líder 'chavista'.
Juan Guaidó se ha autoproclamado "presidente encargado" de Venezuela con la intención de desahuciar a Nicolás Maduro del Palacio de Miraflores, una meta que se han fijado muchos otros antes, incluidos destacados opositores, y que ahora parece al alcance de este perfecto desconocido.
Guaidó se dio a conocer al mundo el pasado 5 de enero, cuando la Asamblea Nacional, controlada por la Mesa de Unidad Democrática (MUD) --coalición opositora--, le designó como su nuevo presidente.
Este político de 35 años de edad, casado y con una hija de año y medio, es el mayor de seis hermanos. Sobrevivió a un enorme desprendimiento de tierra que arrasó localidades enteras en el estado venezolano de Vargas, incluida su Carabella natal, en la costa norte de la nación caribeña.
Se licenció como ingeniero industrial en la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, pero viajó hasta Estados Unidos para estudiar un máster en la Universidad George Washington. Fue miembro activo del movimiento estudiantil junto a Yon Goicoechea, Juan Requesens o Freddy Guevara, otros nombres relevantes de la oposición venezolana.
En 2009, fundó Voluntad Popular (VP) junto a Leopoldo López, a quien considera su mentor. Comenzó como un militante de base, vinculado a su ala más radical, pero los infortunios de sus colegas de partido le han facilitado un ascenso meteórico.
Leopoldo López, el máximo líder de la formación naranja, fue detenido en 2014 y condenado a casi catorce años de cárcel por incitar a la violencia en las revueltas opositoras de ese año, que dejaron más de 40 muertos. Carlos Vecchio o Lester Toledo, otros importantes dirigentes de VP, están en el exilio.
Su oportunidad llegó gracias al frágil equilibrio de poder que mantienen la veintena de partidos políticos que integran la MUD, que exigía que la Presidencia de la Asamblea Nacional recayera sobre Voluntad Popular, ya sin apenas líderes visibles. Hasta entonces no había ocupado ningún cargo público.
Guaidó captó la atención mediática con su discurso de toma de posesión, en el que avisó a Maduro de que, si seguía adelante con su segundo mandato, que inició el 10 de enero pese al rechazo generalizado al mismo, sería considerado un "usurpador".
Además, verbalizó lo que se venía rumiando en las filas opositoras desde hacía tiempo, haciendo un llamamiento directo a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), uno de los pilares del edificio 'chavista', para posicionarse junto al pueblo venezolano.
Nieto de militares de la Guardia Nacional y de la Naval, ha prometido una amnistía a todos los uniformados que opten por apoyar a la Asamblea Nacional en sus esfuerzos por restaurar la democracia venezolana, dejando caer al Gobierno de Maduro.
Ser una cara conocida le pasó factura el 13 de enero, cuando agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) le interceptaron y retuvieron en la autopista Caracas-La Guaira mientras iba a Caraballeda para asistir a un cabildo.
Fue liberado en apenas media hora en medio de una sonada crítica que incluso llevó a Maduro a pedir perdón por este "error" y a anunciar sanciones contra los agentes del SEBIN responsables. "Ya estoy en mi cuna, en mi estado Vargas. El régimen pretendió detenerme, pero nada ni nadie nos detendrá", contó él mismo en Twitter.
Se consolidó como líder de la oposición venezolana a raíz de la toma de posesión de Maduro, cuando la Asamblea Nacional aprobó una resolución en la que definió al mandatario 'chavista' como "usurpador" del cargo y se arrogó el Poder Ejecutivo, en lo que desde fuera se interpretó como el primer paso para asignar la Presidencia a Guaidó.
Hasta ahora, ni la Asamblea Nacional ni Guaidó ni nadie en la comunidad internacional se había atrevido a señalarle directamente como nuevo presidente de Venezuela. A juzgar por los hechos, esperaba al 23 de enero, fecha de gran valor simbólico para los venezolanos porque fue cuando en 1958 cayó el régimen del general Marcos Pérez Jiménez.
Guaidó había convocado una gran movilización para el miércoles, a la que respondieron miles de personas en todo el país. "Juro asumir formalmente las competencias del Ejecutivo Nacional como presidente encargado de Venezuela", dijo en medio del jolgorio popular.
Se ha marcado como objetivo "lograr el cese de la usurpación, un gobierno de transición y elecciones libres". Los gobiernos de la región, desde Estados Unidos a Ecuador, le han transmitido su reconocimiento oficial y le han tendido la mano para avanzar en una transición pacífica hacia la democracia.
El presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela, Maikel Moreno, ha declarado este jueves que el país está sufriendo un golpe de Estado con intervención extranjera, aludiendo a la autoproclamación del titular de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como "presidente encargado" del país.
Durante la apertura del año judicial, Moreno ha acusado a los países de la región de ayudar a Guaidó a derrocar al Gobierno de Nicolás Maduro en lo que ha calificado como un golpe de Estado para "burlar la voluntad del pueblo", según informa la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).
Además, ha deslizado una amenaza a la Asamblea Nacional, en manos opositoras desde las elecciones parlamentarias de 2015, al instarla a "deponer la actitud de desacato constitucional que mantienen desde 2016", cuando el TSJ invalidó los actos de la sede legislativa.
El alto tribunal ya pidió el miércoles a la Fiscalía, en medio de las movilizaciones opositoras y antes de que Guaidó se declarara mandatario interino, "determinar de manera inmediata las responsabilidades a que hubiere lugar" por parte de los miembros de la Asamblea Nacional.