CASTELLÓ. Unos 30.000 collidors de la Comunitat Valenciana -entre 10.000 y 12.000 de ellos de la provincia de Castellón- están llamados a partir de este martes a la huelga. El motivo: presionar en la negociación del nuevo convenio colectivo, en el que no hay acuerdo en cuanto al alza salarial para los trabajadores a destajo (la mayoría) para los cuatro próximos años.
Aunque prácticamente en todas las negociaciones se produce la amenaza de huelga, hace mucho que esta no se materializa en los trabajadores del campo. La más sonada fue la de 1989... y el sector ha cambiado mucho desde entonces. De hecho, en la última negociación del convenio de manipulado también se produjo la amenaza de huelga, que se pudo evitar gracias a la mediación de la anterior consellera de Agricultura, Mireia Mollà, para ratificar el acuerdo in extremis.
Ahora, tras seis reuniones (dos de preparación y cuatro de negociación) y si no lo remedia el paso previo por el Tribunal de Arbitraje Laboral de este lunes, se alcanzará una huelga que llega en el momento más álgido de la campaña, justo antes de la Navidad, cuando la demanda de naranjas, y sobre todo de clementinas, es mayor en Europa.
Así, aunque es cierto que, en cuanto a los pequeños cítricos, es poca la fruta que queda por recolectar y que los almacenes tienen sus cámaras llenas para poder seguir abasteciendo a sus clientes durante días, el paro nunca es una buena noticia. Eso sí, la afección a los trabajadores tampoco será mucha estos primeros días, ya que la lluvia iba a impedir, en cualquier caso, la recolección de la fruta.
De esta manera, con la amenaza de una huelga indefinida que repercuta de forma clara en una campaña que, como siempre, está llena de luces y sombras; las partes tienen este lunes una nueva oportunidad para desbloquear una negociación marcada por la inflación reinante.
