MADRID. Desde hace algún tiempo, esta semana está marcada en rojo en nuestros calendarios como una semana que por tres razones podría marcar el resto del ejercicio desde la perspectiva de los mercados. En primer lugar, nos enfrentamos al comienzo de la última ronda de conversaciones comerciales entre Estados Unidos y China. En vista de lo difícil que puede resultar entablar estas conversaciones, y del largo período que suele transcurrir entre los partidos de vuelta, el resultado podría influir en los mercados durante algún tiempo. Con esto en mente resulta extraño que en vísperas del encuentro que se producirá entre los representantes de mayor rango de China y Washington, la Administración Trump decida prohibir a ocho empresas chinas comerciar en los Estados Unidos por razones humanitarias. Sin pretender comentar la legitimidad de la prohibición, el momento es cuestionable si los EE UU quieren lograr un resultado favorable para el mercado que esperan algunos de los sectores de mayor riesgo.
En segundo lugar, la cronología de los debates sobre Brexit se ha movido desde finales de mes, que es la fecha límite legal actual, hasta finales de esta semana, que es la fecha en la que tanto los primeros ministros franceses como irlandeses han dicho que debería ser el límite para considerar nuevas propuestas. Desde el lado del Brexit, la esperanza favorable al mercado ha sido que el Primer Ministro del Reino Unido, Johnson, tuviera una bala de plata que revelaría en el último momento para ganarse a la Unión Europea; resulta que su plan no ha tenido la acogida que hubiera esperado.
La realidad se reduce al hecho de que la UE básicamente quiere que Irlanda del Norte permanezca en la unión aduanera, y el Reino Unido e Irlanda del Norte no pueden tolerarlo. Una Unión Europea tan basada en normas simplemente no tiene margen de maniobra y, a medida que aprovechamos los últimos días para la aparición de nuevas ideas, es cada vez más probable que no se llegue a un acuerdo, y los parlamentarios del Reino Unido tienen que ver si un Brexit duro es legalmente posible o si se ha hecho lo suficiente para detenerlo. Ahora, mientras que los nubarrones que rodean a las dos situaciones se acercan, hay que reconocer la volatilidad que puede generarse tras el resultado de ambas.
Un vaso medio lleno
Sin embargo, el tercer punto que nos preocupa es el hecho de que para los inversores el vaso se ha mantenido medio lleno en los últimos meses, a pesar del deterioro continuo en el flujo de las estadísticas macroeconómicas de las economías de todo el mundo. Los inversores de activos de riesgo señalan correctamente a una Reserva Federal dependiente de los datos, que probablemente volverá a flexibilizarse ante nuevas malas noticias.
Los mercados marcan un recorte de los tipos de interés para octubre y una probabilidad del 50% de un cuarto recorte en diciembre. Nosotros no tenemos claro cuántas medidas de relajación monetaria serán necesarias para aplacar a los inversores de renta variable, y vemos un riesgo real de que cuando entremos en la temporada de beneficios del tercer trimestre la semana que viene, los datos específicos de las empresas tendrán un mayor impacto que el panorama macroeconómico.
Nos hemos ido poniendo cada vez más nerviosos a medida que avanzaba el año, lo que nos ha llevado a preferir, en general, más activos 'libres de riesgo' y clases de activos de crédito con duraciones más cortas y resistentes. Creemos que estamos ante la quincena clave del calendario 2019.
Mark Holman es consejero delegado de TwentyFour AM