El turismo se ha convertido en uno de los sectores estratégicos de la ciudad de València tanto en generación de riqueza y empleo, como por su capacidad de otorgarnos mayor visibilidad frente a un mundo que cada vez más valora su estilo de vida y todos los atractivos que la hacen única y deseable para inversores y visitantes.
Al mismo tiempo, el turismo es una herramienta de transformación que ayuda a la ciudad a recuperar y promover sus recursos culturales tangibles e intangibles o a regenerar, preservar y potenciar sus recursos naturales. En definitiva, somos un gran destino turístico urbano, un destino en crecimiento que, hasta hace poco se preguntaba cómo iba a recuperarse del frenazo en seco provocado por la pandemia. Sin embargo, aquí estamos, recuperados y trabajando por seguir creciendo de manera sostenida y sostenible, porque ese es nuestro objetivo desde el Ayuntamiento: hacer del turismo en el ejercicio de nuestras competencias una herramienta de sostenibilidad económica, ambiental y social. Sé que a algunos les parecerá imposible este objetivo, bien porque consideran que lo sostenible es dejar de crecer, bien porque creen que se debe crecer a toda costa. Sin embargo para otros, entre los que me incluyo, la sostenibilidad de nuestro modelo turístico es la única forma posible de conseguir que Valencia se convierta en el gran destino urbano del Mediterráneo.
Para conseguirlo es necesario aprovechar el momento que vive el mercado turístico con una demanda en crecimiento, así como una oferta concienciada y activa que ha asumido los compromisos de la sostenibilidad de sus acciones.
En los últimos tiempos hemos sabido aprovechar esta buena coyuntura. Todo apunta que 2023 va a ser un muy buen año para nuestro turismo: así lo evidencian nuestras cifras, sobre todo las que se refieren a turismo internacional, que ha crecido un 7% y para el que se prevé cerrar con más 3.500.000 de pernoctaciones.
Atendiendo a los mercados de origen, València se consolida como uno de los destinos prioritarios para los italianos, que han aumentado en sus pernoctaciones un 18% (550.000 turistas). También hay que resaltar el crecimiento del mercado británico en un 14% (300.000 turistas) y del alemán que sube un 13% (287.000 turistas). Otro de los mercados en el que nos hemos hecho fuertes es Países Bajos, que se sitúa por encima de 435.000 turistas.
Especial interés suscita el crecimiento de un mercado tan atractivo como el de Estados Unidos, por encima del 13%, y que ya supera los 230.000 turistas.
Nos va bien, pero no nos conformamos. Es el momento de profundizar en la sostenibilidad de nuestro modelo de crecimiento turístico. A los que se oponen a este crecimiento, solo puedo decirles que el hecho de que las cifras aumenten es positivo, porque si no hay rentabilidad no hay sostenibilidad . Al resto les recuerdo que ya no podemos hablar de desarrollo si no es sostenible. Si además del crecimiento económico, no valoramos cuestiones como la conservación del espacio natural, la recuperación y protección de los recursos culturales, la integración social, la calidad del trabajo o la preservación del estilo de vida de la población.
Para seguir avanzado, queremos crecer de una forma sostenible y ordenada, beneficiando tanto a los turistas, nuestros mejores embajadores, como a los vecinos. Y en eso es en lo que estamos centrando nuestra estrategia de futuro: en impulsar un turismo de excelencia, inteligente y respetuoso.
València ha sido elegida Capital Verde Europea 2024, distinción que reconoce la apuesta durante décadas por convertirnos en una ciudad verde, abierta a la vida. Tengan por seguro que vamos a aprovechar esta oportunidad para potenciar este modelo de forma transversal en todas nuestras acciones. Y por supuesto, también en la estrategia con la que queremos impulsar el turismo.
Tenemos la oportunidad de construir el futuro que deseamos para nuestra ciudad. Un privilegio que, pueden estar seguros, vamos a aprovechar. El turismo en València será sostenible o no será.
