José Enrique Aguar. VPVALENCIA. Este fin de semana Ciudadanos decidía cambiarse de apellidos. El partido dejaba sus orígenes "socialdemócratas" y abrazaba el liberalismo progresista. Un viraje ideológico que ya ha tenido sus primeras reacciones en la Comunitat. El portavoz de Ciudadanos en la Diputación de Valencia, José Enrique Aguar, presentaba este miércoles su baja del partido naranja y remitía una carta al presidente de la institución provincial, Jorge Rodríguez, para solicitarle su traslado al Grupo de No Adscritos.
Un movimiento que no iba a aceptar de buen grado la dirección valenciana. No en vano, le pedía que devolviera las actas de diputado provincial y concejal "obtenidas bajo las siglas del partido de manera inmediata". Y para hacerlo, se remetían al "compromiso ético que firmó en su día para acceder al cargo", según indica el comunicado difundido por Ciudadanos.
En la carta trasladada a Rodríguez, Aguar advertía los motivos por los que se daba de baja del partido: siente que la formación "ha traicionado los principios de progreso, centralidad y liberalidad que inspiraron su creación, expansión, retrocediendo a posiciones de derechas que lo han convertido en una marca blanca del Partido Popular". En el escrito también denunciaba la "falta de transparencia, democracia y participación", algo que, según el también exalcalde de Benetússer, no ha desaparecido después del IV Congreso del pasado fin de semana. "Esperaba que el partido recobrara el espíritu ciudadano original y que volviera a reilusionar a la militancia y ciudadanía, era la última oportunidad", pero "no fue así", matizaba. Y añadía: "la base no pinta nada y todo va a depender de lo que diga la dirección nacional del partido", subrayaba.
La dimisión de Aguar se produce en un momento no especialmente dulce para los naranjas. El partido en la Comunitat se encuentra fracturado en dos. Por una parte se encuentra el sector liderado por Fernando Giner en el Ayuntamiento de Valencia y por Emilio Argüeso, Emigdio Tormo y Juan Córdoba en Les Corts. Y por otra, la corriente encabezada por el síndico en el parlamento valenciano, Alexis Marí y por la eurodiputada Carolina Punset. Una división que preveía, después de que se celebrase la asamblea estatal, movimientos para derrocar a portavoz del grupo en Les Corts. Y que con la baja inesperada de Aguar, la alarma por las posibles salidas inmediatas de los diputados críticos con el aparato orgánico amenazaban con empezar a encenderse. Eso sí, de color ambar.
Así, tal como publicaba Levante, el delegado territorial en la Comunitat, Emilio Argüeso tenía el encargo de reconducir al portavoz de Ciudadanos en Les Corts y rebajar la tensión interna vivida también con Aguar. El objetivo era evitar el estallido del grupo y que Aguar no abandonara, hecho que no ha podido evitar el dirigente alicantino.
No obstante, no sólo la baja de Aguar agitaba las aguas en el mar de Ciudadanos ayer. La marejada llegó a la facción del grupo de Les Corts que se sentía cómoda con la PNL que planteó el PP este miércoles en el parlamento valenciano para diferenciar valenciano y catalán. Pero las directrices de la dirección nacional de acuerdo con el ideario de la formación modificaron la posición de los naranjas. La consigna de Barcelona de que no era una discusión que debían abordar los políticos, sino los filólogos derivó en que la situación se resolviera con la presentación de una enmienda de sustitución a la iniciativa de los populares. Tras ser esta rechazada, finalmente, y con un discurso crítico hacia el partido que lidera Isabel Bonig, se abstuvieron. Es decir, salvaban la situación poniéndose de perfil en un debate de cariz conflictivo. Una jornada negra para el partido de Rivera en la Comunidad Valenciana.
