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Tribuna libre / OPINIÓN

Docentes: una exigencia que debe ser correspondida

17/11/2022 - 

Las competencias digitales son el conjunto de capacidades, destrezas y habilidades que están relacionadas con el uso de las tecnologías, que actualmente son indispensables en los diversos ámbitos y campos de acción que forman parte de la vida. En el ámbito educativo se contempla su presencia desde una doble perspectiva: como el objeto mismo de aprendizaje básico, junto con la lectoescritura y el cálculo; y como un medio o herramienta para lograr desarrollar cualquier otro tipo de aprendizaje.

La acreditación de la competencia digital de los docentes se ha convertido en un elemento esencial en la transformación del sistema educativo español. En este sentido, tras la Conferencia Sectorial de Educación presidida por la Ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, y cuyos acuerdos fueron publicados en el BOE el pasado 12 de julio, correspondiente a la Resolución de la Dirección General de Evaluación y Cooperación Territorial, sobre la certificación, acreditación y reconocimiento de la competencia digital docente, se espera que cada CCAA adapte la acreditación de esta competencia, y que para el 2024 se acrediten las competencias digitales .

La competencia digital debe pasar por aspectos como la creatividad, el sentido crítico y la búsqueda eficaz y eficiente de la información. Todo ello manteniendo el aspecto social y laboral que dicha competencia implica, para alcanzar las competencias, la inclusión, la empleabilidad, y la participación en la sociedad.

Para la adquisición de esta competencia se parte del Marco de Referencia de la Competencia Digital Docente. Se trata de una herramienta para el diagnóstico y el desarrollo de las competencias digitales del profesorado, que se definen como competencias que necesitan tener los docentes del siglo XXI para la mejora de la práctica educativa y para el desarrollo profesional continuo. Esto se concreta en dicho marco en 23 competencias digitales, las cuales se encuentran distribuidas en 6 áreas, con 6 niveles de adquisición, equivalentes y reconocidas por todas las Administraciones educativas como: A1 y A2 para el estadio inicial; B1 y B2, el intermedio; y C1 y C2 para el avanzado.

Esas exigencias en el dominio de  competencias digitales están dirigidas a todos los docentes que imparten las enseñanzas reguladas por la Ley Orgánica de Educación. La idea es que las tecnologías digitales no sean un fin, sino un medio más, una herramienta para que todo el alumnado mejore su proceso de aprendizaje.

Foto: Jorge Gil/ EP

Conselleria de Educación, Cultura y Deporte de la Generalitat Valenciana, debido a que se espera que cada autonomía adapte la acreditación de la competencia digital, ha solicitado el esfuerzo del docente en esta materia, pero sin ofrecer ninguna contraprestación económica, como si ocurre en otras, como, por ejemplo, la Comunidad de Madrid, donde se ha sustanciado en un reconocimiento  salarial mensual que será acorde al nivel de competencia del docente.

 Si bien es cierto que el trabajo docente es esencialmente una labor que se hace por vocación más que por la remuneración, también es cierto que al exigir un mayor dominio de competencias, lo cual incrementa el esfuerzo en el trabajo, se debe hablar de una compensación económica justa, en relación al buen desempeño y el nivel de esfuerzo. De igual modo, no se puede pretender que el docente maneje los diversos niveles de competencias digitales, sin ofrecerles ningún plan formativo para todo el profesorado.

 La Central Sindical Independientes de Funcionarios (CSIF) Educación de la Comunitat Valenciana reclama a la Administración pública que tome en cuenta las reivindicaciones de CSIF para que exista una adecuación y actualización salarial, en consonancia con la labor y las nuevas exigencias en materia digital. Asimismo se hace necesario otorgar planes de formación en competencias digitales para todos los profesionales de la educación, considerando el enorme impacto que tiene el trabajo del docente en el camino de formación de cada estudiante y por tanto, en el desarrollo social y económico.

 La profesión docente es altamente exigente y de difícil ejecución. Se trata de una labor sumamente compleja, pues se debe lograr que los jóvenes adquieran diversas competencias que les "acompañarán" toda su vida, en facetas  sociales, personales y laborales  tomando en cuenta las condiciones particulares de cada cual, y manteniéndolos motivados en el proceso de aprendizaje.

Esto requiere el dominio y aplicación de una serie de conocimientos, y diversas metodologías y habilidades, a las cuales ahora se les suma las exigencias en el dominio de las competencias digitales. Además, muchos docentes trabajan bastante más que una jornada laboral completa, incluso se llevan mucho trabajo a casa, con lo que dedican parte importante de su tiempo libre a actividades laborales que no son remuneradas. Buena muestra de ello fue el periodo de pandemia y la formación telemática.

 Es totalmente comprensible que así como se le exige a los docentes, estos puedan aspirar y exigir a su vez mejores condiciones laborales y  remuneraciones justas, con la finalidad de tener mayor incentivo, motivación y reconocimiento en su formación continua y el desempeño de todas sus funciones, influyendo esto en la formación de su alumnado. Lograr una compensación justa al profesional docente representaría un logro y un avance en la calidad educativa.


José Seco es presidente CSIF Educación Comunitat Valenciana.

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