VALENCIA. La corrupción se ha convertido en una auténtica piedra en el zapato para el PP valenciano. Pese a los intentos de Isabel Bonig de ganar influencia en Madrid con la limpieza de todo índice de sospecha, los vicios del pasado emergen a modo de bumerán. Y todo en vísperas del congreso nacional, donde los populares valencianos quieren hacer valer su posición y reivindicar que son una organización transparente y libre de malas prácticas. La intención es alejar al fantasma del cordón sanitario que practicó hace un tiempo la dirección debido al reguero de escándalos que azotaron la formación.
Este viernes, de hecho, el Tribunal Superior de Justicia de Comunidad Valenciana (TSJCV) echaba un jarro de agua fría sobre el PPCV y le recordaba su pasado: la sentencia de la pieza tres del caso Gürtel -referida a supuestas irregularidades en contrataciones de Fitur de la Generalitat entre 2005 y 2009- condenaba a prisión a la exconsellera popular de Turismo Milagrosa Martínez. Pero también a otros exaltos cargos de su cartera como Isaac Vidal –exjefe de mercados de la AVT-, Rafael Betoret –exjefe de gabinete de la Conselleria de Turismo-, Jorge Guarro –exjefe de promoción de AVT- y Ana Grau –exresponsable de Ferias de la AVT-.
Un varapalo que no llegó solo. Los populares todavía no se habían recuperado de la resaca que les dejaba el día anterior: nueve empresarios admitieron que financiaron de forma ilegal al PP en campañas electorales a través de pagos ficticios a empresas de la red Gürtel. La Fiscalía Anticorrupción y estos acusados llegaron a un preacuerdo para confesar los hechos a cambio de que se les redujera la condena menos de dos años. Y con ello, en el caso de no tener antecedentes penales, librarse de entrar en prisión.
Dos torpedos que dejan a los populares valencianos tocados para afrontar el cónclave interno que arranca este viernes y finaliza el domingo. Después de la frustración causada por la casi nula presencia de cargos valencianos en el Gobierno central, la presidenta del PPCV apelaba en una entrevista de Levante TV a la recuperación electoral de su partido para reclamar presencia valenciana en la dirección nacional. Es decir, ponía sobre la mesa los buenos datos de los comicios del 26J para exigir más cargos en el Comité Ejecutivo del PP.
Para lograr sus propósitos, Bonig aterrizó este viernes respaldada por sus 317 compromisarios. El plan es hacer fuerza durante las tres exigentes jornadas que se presentan para conseguir mayor visibilidad. Una batalla en la que se jugará el reto más difícil del PPCV: que la enmienda con más sello valenciano, la de financiación autonómica, salga adelante. Los populares valencianos también pelearán, y medirán su influencia en Madrid, para que otras propuestas como la custodia compartida se aprueben. No en vano, este debate ha quedado relegado a las discusiones en las ponencias del propio cónclave que arrojarán la posición definitiva de la formación.
El peso de la estructura valenciana es considerable -12% del total de compromisarios parten de la Comunitat-, pero los movimientos judiciales en las causas de corrupción podrían dinamitar el trabajo de regeneración que está realizando Bonig, pese a que tratando de aplicar una vara de medir más estricta con la corrupción. Una circunstancia que le ha generado problemas como en los concejales imputados por blanqueo en el Ayuntamiento de Valencia. Así, los esfuerzos para recuperar espacios de decisión y evitar otra decepción como la sufrida en el diseño del nuevo Gobierno de Mariano Rajoy quedarían en vano.
Al PPCV, de hecho, el bumerán de la corrupción le altera su labor de oposición en Les Corts. Cada intento por fiscalizar la acción del Consell resulta frustrado por el goteo de informaciones relacionadas con los tribunales. Una incómoda coyuntura admitida incluso públicamente por la número dos de Bonig, Eva Ortiz: "Cada vez que convocamos una rueda de prensa los juzgados nos impiden hacer oposición al Consell", comentó meses atrás antes de una rueda prensa.
Con una línea contra la corrupción menos difuminada que la aplicada por el expresidente Alberto Fabra, Bonig intentará en el congreso nacional del PP empezar a recuperar la influencia que una vez tuvieron los populares valencianos. Bien es cierto que los últimos hechos acaecidos respecto a los casos de corrupción relacionados con la formación de la gaviota en la Comunitat no serán un aliado.