VALENCIA. El grupo Lladró comunicó este martes a los sindicatos y a la opinión pública el inicio de un período de consultas y negociaciones para "adecuar la plantilla a la demanda actual de los mercados en los que opera la compañía", lo que, como adelantó Valencia Plaza, podría suponer la salida de la empresa de unos 240 trabajadores, la mayoría despedidos.
La empresa de porcelana decorativa llevaba meses estudiando esta posibilidad, tras más de cinco años de reducción de la producción que se resolvió primero con contratos fijos discontinuos (2009-2013) y, a partir de enero de 2014, con expedientes de regulación temporal de empleo (Erte). Todo ello, a la espera de una recuperación de las ventas que no se ha producido, lo que ha provocado una acumulación de existencias.
Según ha podido saber Valencia Plaza de fuentes cercanas a la compañía valenciana, las medidas laborales que se preparan, con el asesoramiento del despacho Gómez Acebo y Pombo, van a ser dramáticas para muchos empleados que llevan toda su vida laboral en Lladró. Este es el motivo por el que se han retrasado hasta ser prácticamente inevitables.
El mayor problema va a surgir con los empleados del área de producción con antigüedades de hasta más de 30 años que han agotado en buena medida su derecho a prestación por desempleo después de dos años de Erte. En esta división hay dos empresas, Porcelanas Lladró, que produce las piezas con la marca Lladró, y Arte y Porcelanas, que fabrica con la marca Nao. Entre las dos suman algo más de 400 trabajadores y los planes de la empresa son prescindir de entre el 40 y el 50%, con lo que unas 200 personas podrían salir.
La otra división es la de administración y comercial, que se ha visto menos afectada por los paros parciales y cuyos trabajadores conservan prácticamente intacta la prestación por desempleo de dos años que les correspondería.
Los cálculos de la compañía que preside Mari Luz Lladró elevan a 240 los trabajadores de los que tendría que prescindir para garantizar la viabilidad del grupo, si bien la compañía esta dispuesta a llegar a acuerdos con los sindicatos, que abogan por fragmentar las salidas de trabajadores en tres años recurriendo a prejubilaciones.
En este sentido, según informan fuentes conocedoras del proceso, en enero de 2016 hasta 60 personas cumplirían los requisitos de edad para prejubilarse. De este modo, el número de despidos estaría por debajo de 200 y sería menor en la medida que la empresa fuese capaz de esperar uno o dos años más, en los que alcanzarían la edad necesaria prácticamente la cifra de bajas que se está manejando.
La drástica medida ha sido tomada por el nuevo consejo de administración de Sodigei, la cabecera del Grupo Lladró, que preside Mari Luz Lladró y del que forman parte su hermana y expresidenta Rosa -ambas son hijas de Juan Lladró-; el esposo de Mari Luz, Ignacio Jara; Mari Carmen Lladró -hija de José-, y David Lladró, hijo del pequeño de los tres hermanos fundadores de la compañía, Vicente.
Mari Carmen y David, representantes de la ramas minoritarias en el capital -tienen un 15% cada una, frente al 70% de la rama de Juan Lladró- entraron en el consejo el pasado verano, después de frustrarse la venta de la compañía a un fondo extranjero que había sido negociada por los accionistas mayoritarios. El pasado mes de septiembre la empresa nombró un nuevo director general, Juan Vicente Sanchis, un profesional de la casa que es ahora quien lleva el día a día de la empresa.
El grupo explicó este martes en un comunicado que, "con la intención de preservar el mayor número de puestos de trabajo y considerando una recuperación de las ventas", en 2013 pactó con los trabajadores un expediente de regulación temporal de empleo que afectaba a un 30% de la jornada laboral para el periodo 2014-2016.
No obstante, añadía, "pese a las acciones llevadas a cabo estos años y a los grandes esfuerzos humanos y económicos, dicha recuperación no se ha producido y ello obliga a la firma valenciana a intensificar las medidas adoptadas hasta la fecha".
La dirección de la empresa reconcoce el "difícil momento" que atraviesa la firma y avisa sobre "las duras decisiones que se deben tomar hasta que las ventas se recuperen", pero asegura que "tiene fe en el futuro y sigue apostando por la continuidad del proyecto empresarial".