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la votación volverá a repetirse antes del 18 de septiembre

El pucherazo frustrado de València en Comú pone en cuestión el anonimato del voto telemático

13/09/2016 - 

VALENCIA. El intento de manipulación del censo para la elección de la Coordinadora de València en Comú que tuvo lugar la pasada semana reaviva el debate sobre qué hay de verdad en que el voto telemático sea anónimo. Bien es cierto que el debate lleva abierto y dormido desde que comenzaron a dispensarse los DNI electrónicos. Así, la duda de que la validación de un voto, de manera que sea anónimo a través de un cifrado que respete todas las garantías que exige la votación democrática, sigue estando en tela de juicio.

Como ya contó Valencia Plaza, València en Comú llevó al juzgado el presunto pucherazo y en su denuncia reveló que conocía el sentido del voto de los nombres falsos que lo habían ejercido.

En el proceso electoral abierto por València en Comú para elegir a la comisión coordinadora se dotó a los militantes de 40 días para realizar sus inscripciones. Unas matrículas telemáticas en las que se debían justificar que la persona vivía, trabajaba o estudiaba en Valencia, bien a través de DNI, carnet de conducir o facturas de cualquier tipo.

En la denuncia, la secretaria general de València en Comú, Mireia Biosca, expuso que el día 7 de septiembre –penúltimo día para votar– el informático comenzó a comprobar que se estaban realizando unos registros con una cadencia de un minuto desde la misma dirección IP y, por tanto, paralizó la inscripción, ya que todos repetían un mismo patrón. Como documentación para probar su residencia en Valencia, adjuntaban facturas de Orange, Vodafone o Gas Natural. Método por el que el informático pudo comprobar que se habían suplantado identidades, pues al abrir los documentos con Photoshop, comprobó que había dos tipos de blanco en el documento y, por tanto, se había falsificado determinados datos personales en las facturas. 

Al llamar a los teléfonos indicados en las inscripciones, se pudo comprobar que no existían y algunos otros pertenecían a personas que desconocían qué estaba sucediendo. Así comprobaron que estos teléfonos pertenecían a números virtuales procedentes del mercado negro, en mayor medida procedentes de Rusia.

Cabe señalar que la base de votantes está encriptada, pero los votos no. Y aunque cuando una persona vota los votos se ordenan aleatoriamente para evitar la identificación de quién vota a quién, los responsables del partido salvaron la base de datos antes y después de cada votación -como se explica en la denuncia y en la nota de prensa enviada por el partido a los medios de comunicación un día después del suceso- para identificar comparativamente a quién se dirigía el nuevo voto.

En este sentido, algunos profesionales de la informática consultados por Valencia Plaza cuestionan a raíz de este suceso el anonimato de la votación en este tipo de procesos telemáticos. "Aunque una vez voten, los votos se barajen con las personas, si tú has salvado previamente una base de datos y la comparas con la siguiente, es posible conocer a quién se vota", justifican.

A esto añaden que si el programa informático con el que cuentan "dispone de un método para evitar que cuando una persona vote no pueda volver a votar y se elimine de la base de datos del registro de simpatizantes que tienen, y se tiene un cómputo de los votos que había con la base de datos anterior, estadísticamente no es difícil saber quién ha votado y a quién". Esto es porque el votante desaparece de la base de datos del registro y, por otra parte, los votos han cambiado y, en este caso, no estaban encriptados.

El Plenario del pasado jueves decidió, además de anular la votación en marcha, dar el visto bueno a la depuración del censo de inscritos y abrir una nueva fecha de votación que coincidirá con la elección de vocales para las Juntas Municipales de Distrito, que quedará cerrada el domingo 18 de septiembre. 

El voto telemático en las primarias de Compromís

Con esto los expertos valoran que el anonimato del voto telemático está asegurado siempre y cuando "haya unas personas que lo están revisando". Algo de lo que, por ejemplo, en las primarias de Compromís –para las que también se emplea el voto telemático– se encarga la Comisión de Garantías.

En estas primarias, tanto si el votante no estaba en la base de datos de los simpatizantes de Compromís como si sí lo estaba, se le enviaba un código SMS al móvil en cuanto éste realizaba la inscripción. De esta manera aseguraban una mayor seguridad, ya que el votante debía introducir dicho código para validar su voto y verificar que no se trataba de una máquina o malware.

El coordinador de comunicación de redes e informático encargado de este proceso en Compromís, Ricard Chulià, detalla que otra manera de ampliar la seguridad en aquel proceso de primarias se basaba en que, cuando finalizaban las inscripciones, se paralizaba el censo y durante unos días previos a la votación se realizaba una comprobación del mismo. Posteriormente a esa verificación, se abría el plazo para que los inscritos realizasen la votación.

No obstante,  en el caso de València en Comú, el plazo de esos 40 días comprendía tanto la inscripción como la votación los últimos tres días (6, 7 y 8 de septiembre). Así, quienes realizaron el fraude con esa IP esperaron al último día para que se dispusiera del menor tiempo posible para realizar esta comprobación de censo. 

A este respecto, Chulià asegura a este diario que "se trata de acercarte al máximo a un sistema seguro. Al final muchas veces fomentas la participación y no puedes garantizar la seguridad total, pero lo que sí puedes garantizar es que haya una coherencia y que todos los votantes conozcan las normas para poder aceptarlas. Por tanto, ya que siempre hay un margen de error, hay que encontrar un equilibrio entre seguridad y participación". 

Las garantías de anonimato del voto en España

La forma de garantizar el anonimato del voto difiere si hablamos de voto en urna a tratarse de uno telemático. Mientras que en el primer caso es difícil que se manipule o se cometa un fraude porque los distintos colegios electorales cuentan con un presidente, vocales además de interventores y apoderados de los partidos que están en mesa durante la jornada electoral, en el caso del voto telemático esta vigilancia debe ejercerla la Comisión de Garantías.

Cabe señalar que la Comisión de Garantías de València en Comú quedó conformada ese mismo jueves tras el plenario en el que se actualizaron a las cinco personas que la conformarían de las 10 que se llegaron a presentar al proceso. 

Esta Comisión de Garantías debe proporcionar un "alto grado de seguridad de que el proceso electoral cumple todas las garantías establecidas por las asambleas, plenarios, reglamentos y código ético de València en Comú" aseguraba el informe de la auditoría del proceso electoral celebrado. 

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