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el inversor está desnudo / OPINIÓN

El sueño del ahorrador

20/01/2016 - 

VALENCIA. ¿Es usted carne de cañón?. No se ofenda, por favor. Estamos generalizando y, en cualquier caso, no sería culpa suya.

Hablamos del caso de que sea usted el ahorrador medio español. Es decir, que sea conservador, que sólo invierta en plazos fijos y/o productos garantizados, que tome sus decisiones financieras por confianza en su banco  y que piense que el mundo financiero es muy complejo.

Si se reconoce en todos o alguno de estos factores, ya sabe que sus opciones tradicionales de rentabilidad sin riesgo han desaparecido. Efectivamente, con tipos de interés cercanos al 0%, las condiciones de renovación de sus depósitos han tocado fondo, salvo que considere atractivos retornos del 0,25% al 0,40% anual. Un caso similar encontramos en los bonos a largo plazo, con el riesgo añadido de que pueden arrojar pérdidas si necesitamos recuperar nuestro dinero antes del vencimiento y los tipos cambian de tendencia, como en Estados Unidos.

A todo esto, tenemos que añadir que en este trimestre vencen 2.500 millones de euros de fondos garantizados que buscan un puerto seguro. Encontrar una alternativa satisfactoria de nuestro póker de ases -seguridad, rentabilidad, liquidez y fiscalidad- parece misión imposible.

En 2015, los valientes que se atrevieron a salir de sus depósitos en busca de rentabilidad están siendo maltratados por unos mercados volátiles y crueles, sufriendo unas pérdidas inasumibles para un perfil conservador. Otros han firmado productos asegurados pero ilíquidos para los próximos años, con la esperanza de que se alineen los astros (valores bursátiles) el día adecuado y ganen algo. Mientras tanto, tendrán que soportar la lluvia de asteroides de su entidad -seguros, tarjetas, préstamos, planes de pensiones-, desesperada por salvar sus márgenes.

Y para completar la foto, no olvidemos que nos encontramos en una nueva fase de reestructuración bancaria. El sector está amenazado por la falta de confianza de los clientes, los bajos márgenes de los productos, los crecientes requisitos de solvencia y regulación, la irrupción de alternativas tecnológicas más eficientes (fintech) y el relevo generacional. Un dato: uno de cada tres menores de 35 años estadounidenses piensa que no necesitará un banco en el futuro.

La última vez que nos encontramos con este caldo de cultivo se pusieron de manifiesto los conflictos de interés de la industria de inversión con sus propios clientes. Es decir, sálvese quien pueda: o mejoramos el balance y el accionista gana dinero, o nos vamos a la calle. Recortes de personal, cierre de oficinas, quiebras y rescates varios y, por supuesto, ingeniería financiera para vender lo que sea, aunque no sea adecuado para los clientes.

Así nacieron las preferentes, subordinadas y demás productos híbridos que ahora pueblan los juzgados de ahorradores (des)confiados. Carne de cañón.

Desconocemos los nuevos productos que se están gestando ahora mismo para captar el ahorro conservador en los próximos meses, pero el riesgo vuelve a ser máximo. Parafraseando a Goya, “el sueño del ahorrador produce monstruos” por lo que nuestro consejo siempre es el mismo: despierte y escuche a un asesor alineado con sus intereses. 'Haberlos haylos' y están mucho más cerca de usted de lo que imagina.

Fernando Ibáñez es cofundador y director general de Ética Patrimonios EAFI, además de vicepresidente de la Asociación Nacional de Empresas de Asesoramiento Financiero Independiente (ASEAFI) reguladas por la CNMV.

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