MADRID (EFE). El Tesoro Público español volverá a apelar esta semana al mercado en una subasta de letras a 6 y 12 meses, y otra de bonos y obligaciones de distintas denominaciones. Lo hará después de que en el primer trimestre del año haya captado ya 40.100 millones de euros.
Esto supone un 32 % de la previsión a medio y largo plazo de financiación para todo 2016, que alcanza los 125.300 millones.
Durante el primer trimestre de 2016, además de haber colocado ya casi un tercio de su objetivo para todo el año, España también ha conseguido reducir el coste medio de la deuda, que a cierre de febrero se situaba en el 0,75 %, frente al 0,84 % de diciembre.
Y es que el mercado de deuda español se ha visto favorecido sobre todo, por las medidas de estímulo del Banco Central Europeo (BCE), que el pasado día 10 de marzo aprobó una nueva batería de políticas que superaron las expectativas de los propios inversores.
En concreto, el BCE anunció la ampliación el programa de compra de deuda en 20.000 millones de euros a partir de abril, además de una rebaja de los tipos de interés al 0 %.
El organismo también aumentará diez puntos básicos el tipo de interés que cobra a los bancos por sus depósitos, hasta el 0,4 %, y la lista de activos que compra mensualmente, ya que aceptará bonos denominados en euros, con grado de inversión emitidos por empresas, es decir, aquella que no sea bono basura.
No obstante, antes de que el BCE anunciara estas medidas, el Tesoro ya conseguía financiarse más barato, y en el caso de las letras, incluso a interés negativos.
Esto demuestra, según los expertos, que los inversores confían en la deuda española, y no se desaniman ni por las turbulencias que pueda sufrir el mercado ni por la inestabilidad política generada en España por la falta de Gobierno.
La próxima subasta fijada por el Tesoro español tendrá lujar mañana martes en la que emitirá letras a seis y doce meses. En la anterior puja de estas características, del 8 de marzo, España logró adjudicar 5.570 millones de euros a un interés negativo en ambos casos, lo que supone que España volvía a cobrar a los inversores por comprar su deuda.
Igualmente, el próximo jueves el Tesoro prevé celebrar otra puja, de bonos a cinco años, y obligaciones a diez, quince y treinta años.
