Hoy es 14 de octubre
VALÈNCIA. El pasado 12 de enero, este diario avanzaba que la gestora valenciana Buy & Hold ha integrado las seis sicavs que gestiona en dos de sus tres fondos de inversión que tiene en Luxemburgo. Para ello habló con uno de sus fundadores, Antonio Aspas, con el que se emplazó para hacer balance de 2020 y las previsiones de cara a este incierto 2021 marcado, sin duda, por la crisis pandémica.
A continuación la charla mantenida con el financiero valenciano, que una vez más atendió amablemente la llamada de este diario:
-¿Qué tal le fue a Buy & Hold durante un 2020 marcado, sin duda, por el coronavirus y cómo se presenta este ejercicio?
-2020 fue un año realmente complicado, ya que nos enfrentamos a una situación como la pandemia, que no se producía desde hace 100 años -con la llamada 'gripe española'-, lo cual hizo que los inversores se moviesen a ciegas, no sabiendo cómo se iba a resolver la situación ni qué esperar. Ello provocó en marzo pasado la mayor caída en un mes de las bolsas -y de la renta fija-, y el mejor trimestre de toda la historia para las bolsas entre marzo y junio. Esto junto a la reducción de la liquidez en el mercado de renta fija -y el tener que estar preparado ante un posible aumento de los reembolsos- convirtió a 2020 en uno de los años más complicados que recuerdo.
-¿Qué números nos puede aportar (clientes, patrimonio bajo gestión, empleados…)?
-Gracias a la confianza de nuestros clientes finalizamos el año con números similares a los de 2019, tanto de clientes como de patrimonio. Respecto a los empleados, contamos con un gran equipo y tampoco ha habido prácticamente cambios.
-¿Cómo valora el comportamiento de los activos financieros (fondos, sicavs y plan de pensiones) que gestionan durante 2020?
-Mientras que la rentabilidad de las carteras de renta fija y mixtas fue positiva, no estamos especialmente satisfechos con la evolución de las carteras de renta variable que terminaron con pérdidas cercanas al 1%.
-¿Tienen pensado sacar al mercado algún activo más?
-Hace tres años, cuando nos transformamos en sociedad gestora, planteamos a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) una novedosa fórmula de devolución de las comisiones en nuestros productos de renta fija, flexible y renta variable, si estos no ganaban dinero en el horizonte temporal recomendado para cada inversor, es decir, 2, 3 y 6 años, respectivamente. Este pasado 31 de diciembre venció la garantía del segundo de nuestros fondos (B&H Flexible), y de nuevo los inversores han vuelto a tener plusvalías y, por tanto, hemos podido cobrar la comisión de gestión de este fondo.
-¿Y de cara a este primer semestre?
-A lo largo del primer semestre esperamos volver a lanzar una nueva clase de participación en este fondo, que vuelva a vincular el cobro de la comisión de gestión por nuestra parte a la obtención de plusvalías por parte de los partícipes en el fondo. Destacaría que después de estos tres años seguimos siendo la única gestora activa en Europa que lo hace, una muestra del camino que queda por recorrer en la industria financiera a nuestro juicio para reequilibrar la balanza del lado del partícipe.
-¿Cómo les está yendo en Luxemburgo donde han integrado las sicavs que gestionan en sus fondos de inversión?
-Es pronto para decirlo porque la fusión finalizó este pasado 8 de enero, pero confiamos que la integración de las nueve sicavs en estos tres fondos -además de suponer una mayor sencillez y ahorro de coste para los partícipes-, suponga una mejora en la facilidad de su contratación por parte de los inversores.
-¿Por qué 2020 no fue un ejercicio bueno para el ‘value investing’?
-Básicamente se han producido dos factores que han supuesto que el 2020 haya sido el peor año de la historia para la inversion 'value' comparado con la inversión en crecimiento. En primer lugar, las enormes disrupciones que están suponiendo las nuevas tecnologías -y las consideraciones medioambientales- están afectando enormemente a la competitividad de sectores como el de materias primas, industriales, comercio, alimentación y finanzas. En segundo lugar, la aparición de la covid-19 ha beneficiado a los sectores de nuevas tecnologías y perjudicado al comercio, industria -especialmente automóvil- y turismo. Vemos como los sectores perjudicados por ambos factores son los tradicionales de los inversores en valor, mientras que los beneficiados son tradicionales de la inversión en crecimiento.
-Entonces, ¿será 2021 un año mejor para la inversión en valor?
-Lo lógico es esperar que así sea, pero cómo de bueno sea 2021 dependerá en gran medida del éxito en superar la pandemia en los próximos meses.
-¿Qué valores no deben faltar en una cartera con un horizonte a dos o tres años?
-Las carteras deben tener una composición equilibrada entre sectores y países, pero siempre se debe invertir en compañías con ventajas competitivas claras, buenos gestores y una alta rentabilidad sobre el capital invertido. Si se cumplen estos criterios, el inversor obtendrá una buena rentabilidad a medio plazo. Por ejemplo, en España estamos invertidos en empresas como Amadeus y Vidrala.
-¿Y de cuáles habría que mantenerse al margen?
-Intentamos evitar sobre todo compañías que al contrario de lo que decíamos no tienen ventajas competitivas claras, están en sectores muy competitivos y con bajas rentabilidades para el capital y que, por lo tanto, no muestran un crecimiento de sus beneficios a largo plazo.
“Llevamos oyendo desde 2013 que la renta fija ya no puede subir y otro año más se ha demostrado que no es así”, así advertía a los lectores de Valencia Plaza hace un año. ¿Sigue teniendo recorrido?
-La renta fija es un sector amplísimo, mucho más que el de renta variable y aunque es cierto que en gran parte de la renta fija como puede ser la deuda gubernamental o la corporativa de mayor calidad, con rentabilidades cero o negativas a plazo incluso superiores a 10 años, consideramos que los riesgos son muy superiores a su potencial, Existen segmentos que siguen siendo atractivos como la renta fija de empresas sin rating, como Ence, Indra o Acciona o de sectores castigados por la pandemia como el del petróleo, líneas aéreas, automóvil u hoteles.