MADRID (EP). La educación financiera sigue siendo una asignatura pendiente para los españoles, cuya nota media se sitúa en el 4,33 sobre diez, según una encuesta elaborada por EFPA España entre sus miembros certificados. La mitad de los profesionales aprueba a los españoles en este ámbito, pero apenas un 11% otorga una nota global igual o superior al siete, aunque son cuatro puntos porcentuales más que el año anterior. No obstante, el 62% de los asesores financieros ha detectado en los últimos años una mejora general de la educación financiera de sus clientes en España, si bien el 11% cree que es una consecuencia de la pandemia o a otros fenómenos puntuales como la subida de la inflación y la guerra de Ucrania.
Ante esta situación, el 92% de los asesores financieros aboga por trabajar en las distintas etapas educativas, mientras que el 4% apuesta por desarrollar iniciativas de fomento de la cultura financiera a través de medios de comunicación y las redes sociales, y otro 4% cree fundamental la implicación de empresarios, sindicatos y patronales para lograr este objetivo.
"La percepción de los profesionales del asesoramiento financiero, que son los que se sientan cada día con sus clientes, es clara: existe una necesidad de seguir trabajando para mejorar los niveles de educación financiera en España, y la receta pasa por hacerlo desde etapas tempranas de la educación de los chicos y aprovechar todos los canales de comunicación posibles, incluidas las redes sociales atendiendo siempre a criterios profesionales y regulatorios", ha destacado el coordinador del programa EFPA de educación financiera, Jordi Martínez.
El 77% de los asesores financieros considera fundamental que los ahorradores conozcan todos los productos que afecten a su economía personal ya sean de ahorro, de crédito o incluso medios de pago. El 64% cree que sí ha incrementado el interés por el ahorro para la jubilación entre sus clientes en los últimos años, aunque el 48% considera que todavía la mayoría de ahorradores particulares no conoce cómo funcionan los productos financieros enfocados para este objetivo.
Por otro lado, casi tres de cada cuatro profesionales apuestan por las redes sociales como canal adecuado para mejorar la educación financiera, gracias a la inmediatez y capilaridad para llegar al conjunto de los ciudadanos, aunque el 62% aclara que es una vía óptima "siempre y cuando la información sea regulada y que proceda de una fuente cualificada".