VALÈNCIA (EFE/Eva Batalla). Las sociedades musicales de la Comunitat Valenciana celebran estos días su vuelta a las calles, con la contratación de 18.000 músicos procedentes de las tres provincias para amenizar la semana principal de unas Fallas que han supuesto un gran alivio económico tras dos años de inactividad y 55 millones de euros de pérdidas.
"Las Fallas han supuesto una bombona de oxígeno, una inyección económica pero sobre todo una inyección moral" para los músicos valencianos, señala a EFE Daniela González, la presidenta de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana, que agrupa a 550 sociedades musicales y sus escuelas de música -el 50 % de España- y a unos 43.000 músicos, 63.000 alumnos y más de 200.000 socios.
González indica que todas las sociedades musicales de la federación han sido contratadas para amenizar al fiesta falleras -unos 18.000 músicos- y han tenido incluso que recurrir a sus socios en Alicante y Castellón para cubrir la gran demanda, pues algunas comisiones falleras se habían quedado sin bandas.
Destaca la necesidad que tenían los músicos de recuperar las relaciones sociales, "el contacto con los ciudadanos" pero también con el resto de la banda. "Al no haber tantos contactos y conciertos, hábitos como el de ir a ensayar los viernes se estaba perdiendo", lamenta.
También recuerda que 2020 fue un año "horroroso", no solo por las pérdidas económicas -25 millones de euros en contrataciones directas y 20 millones en 2021- sino también de alumnos.
El primer año de la pandemia, relata, se perdió cerca del 30 % del alumnado, por el miedo de los padres a llevar a los niños fuera de casa, a espacios que no sabían si iban a ser seguros, y por la situación de las familias, muchas de ellas en ERTE o en paro, que el primer recorte que hicieron fue en las clases extraescolares de los niños.
La buena noticia, agradece González, es que "ya se ha podido recuperar entre el 23 o 24 % del alumnado perdido", una situación que atribuye a la gran labor realizada por las direcciones de las comisiones musicales y voluntarios, que no han dejado de organizar actividades, aunque fueran telemáticas, con mucha imaginación, pues lo importante era "subir el ánimo de los músicos" y mantenerlos en activo.
Explica que también hubo un problema importante con los músicos mayores de 65 años, el colectivo más vulnerable en las primeras olas de pandemia, que no iban a ensayar por miedo; ha sido un sector "muy complicado de recuperar, aunque la vacunación ha supuesto un alivio y parece que el miedo se está perdiendo".
Las sociedades musicales reivindican ahora la recuperación de los ensayos "con normalidad y de forma conjunta", ya que todavía tienen la obligación de mantener la distancia de seguridad en los locales de ensayo, y hay bandas que, después de dos años, no se han podido juntar de forma completa.
"No se entiende que nos podamos sentar sin mascarilla en la terraza de un bar a tomar algo y nosotros no podamos ensayar ya de forma conjunta", señala.
La celebración extraordinaria de las Fallas del pasado mes de septiembre puso a prueba a todo el colectivo que interviene en las fiestas, también a los músicos, que participaron en los actos más importantes pero con un protocolo de seguridad que les obligaba a tomar medidas como la distancia de seguridad, ahora eliminada.
"Las contrataciones directas son importantes porque las escuelas de música son deficitarias de por sí", explica González, ya que un tercio de los ingresos procede de subvenciones, otro tercio de las cuotas que pagan los alumnos y el resto lo asume la banda con los conciertos y pasacalles que contratan entidades públicas y festivas.
Las Fallas, agradece, están suponiendo una inyección moral para el sector, ya que después llegará el turno de la Magdalena en Castelló, los Moros y Cristianos de Alcoy y las Hogueras de San Juan, y ya han empezado a recibir peticiones de los municipios para sus fiestas locales.
"Nuestro cometido es la fiesta, la alegría y la música, y que no nos falte, más en estos momentos", con el nuevo revés de la guerra en Ucrania, señala González. "Y como se está viendo estos días en las calles de València, había muchas ganas", concluye.