Hoy es 8 de octubre
VALÈNCIA (EFE/Eva Batalla). El colectivo fallero celebra la recuperación, "casi al 100 %", de la fiesta tras dos años de pandemia pero carga con el lastre de un sobresfuerzo económico por la realización de dos ediciones en solo seis meses de diferencia y el nuevo revés que supone la subida de precios que obligará, reconocen, a "repensar" su presupuesto para 2023, sobre todo de los monumentos.
Materiales como la madera o el poliestireno (derivado del petróleo), fundamentales en la elaboración de la falla, han aumentado sus precios en los últimos meses entre un 25 y un 30 % y esto lleva a la necesidad de "ajustar" su coste, que pasa por reducir el volumen del monumento manteniendo la calidad, señala en una conversación con Efe el maestro mayor del Gremio Artesano de Artistas Falleros de Valencia, Paco Pellicer.
Este año, explica, "se ha ido a remolque de los contratos firmados con las comisiones hace dos años", en los que se ha garantizado un 75 % del presupuesto previsto para la falla, según el acuerdo que alcanzaron las comisiones falleras y el Ayuntamiento de València al inicio de la pandemia de la covid-19.
Esto ha supuesto para el gremio de artistas falleros pérdidas del 50 % (un 25 % cada año), a lo que hay que sumar la "fuga de cerebros", de trabajadores especializados que han "emigrado" a otros sectores, ya que no todos aguantaron con los ERTE, relata Pellicer.
"Estos dos últimos dos años de pandemia económicamente ha sido llevaderos para el sector", explica, hasta que ha llegado un nuevo revés: el encarecimiento del precio de la energía y del combustible, agravado por la crisis generada por la guerra en Ucrania, que paralizó contenedores de madera en Canadá y África y ha encarecido hasta un 50 % el precio algunos materiales.
A juicio de Pellicer esta situación hace necesario "repensar" las Fallas de 2023, en relación con el presupuesto del monumento fallero, en previsión de estas situaciones y el encarecimiento del coste de la falla, que pasa por reducir su volumen pero manteniendo la calidad.
El presidente de la Interagrupación de las Fallas de Valencia, Guillermo Serrano, coincide en esta reflexión ya que la situación derivada de la subida de los precios, sostiene, "la estamos sufriendo todos" y se tiene que notar también en el presupuesto de las comisiones falleras.
Serrano recuerda además que las comisiones han tenido que afrontar en seis meses dos festividades falleras -en referencia a la edición extraordinaria que se celebró el pasado mes de septiembre, limitada por las restricciones de la pandemia- y ello ha supuesto "un gran esfuerzo económico" que tendrá repercusiones en la edición del próximo año, pues habrá que "apretarse el cinturón".
"El artista fallero es un trabajador más y no se puede pretender que la subida de precios que estamos sufriendo todos no repercuta en el coste de la falla", argumenta.
Serrano asegura además que este año las comisiones falleras han tenido que hacer un sobreesfuerzo tanto económico como de trabajo, que ha posibilitado la celebración del 100 % de las actividades habituales en los casales y carpas, ya que había una "necesidad psicológica de poder desinhibirse tras dos años de restricciones por la pandemia".
El colectivo de las fallas, añade, movilizador de los barrios, está también estos días volcándose con campañas solidarias con el pueblo ucraniano tras la invasión rusa, con la recogida de donaciones, alimentos y ropa para ayudar a los refugiados.
"Estamos cerca de celebrar las fiestas al cien por cien, de volver a unas Fallas normales" a pesar de las circunstancias, asegura Serrano, quien lamenta que lo único que no está en sus manos es la climatología, que amenaza con deslucir esta esperada edición.