ESCAPADAS HEDONISTAS

Fariones, el hotel con el mejor japonés de todo Lanzarote

Un tesoro a pie de playa, rodeado de palmeras y con granja propia que les provee de todo tipo de alimentos.

| 20/10/2023 | 5 min, 41 seg

No hay día que no lo piense. Envidio la vida de los jubilados, de esas personas que ya dejaron de trabajar y dedican su vida a disfrutar plenamente. ¿Podría yo vivir así? No lo dudaría ni un momento, aunque claro, no podría dedicar tiempo a hacer lo que más me gusta, escribiros estas líneas. Pero, ¿a qué viene este rollo de los jubilados? A que cada día viajan más y más y los ves en todas partes del mundo.

¿La última vez que los he envidiado? Hace apenas un par de semanas, en las siempre soleadas Islas Canarias. Vale que no eran todo jubilados, pero sí muchos europeos del norte, que vienen a nuestras islas para seguir disfrutando de algo de sol y tranquilidad. ¿La elegida? Lanzarote. Salvaje, volcánica, apenas salpicada de algún que otro pueblecito blanco y palmeras que no se sabe bien cómo han nacido en un terreno tan aparentemente hostil. No hace falta recordarte que son el paraíso del eterno sol y calor. Y si bien muchos estáis deseando que llegue algo de fresquito, contádmelo en cuanto llegue el frío de verdad.

Pues bien, es en esta isla y a apenas unos 15 minutos en coche desde el aeropuerto, donde se encuentra una joya, una que atesora el que posiblemente sea el mejor restaurante japonés de toda la isla. Y a nosotros, hedonistas, un buen restaurante nos mueve siempre del sofá. El hotel se llama Fariones y aunque no lo creas, fue el primer hotel turístico de Lanzarote. Pero que eso no te de reparo, porque se acaba de ser remodelado por completo, de arriba a abajo, desde sus 213 habitaciones a todos los espacios comunes, por la mano del canario Rafael del Castillo.

Y con esta apuesta de renovación, vino la apuesta por un grande, el chef Víctor Planas. A Planas lo conocíamos de su dilatada carrera junto a Ricardo Sanz en Kabuki. Hace unos años, hizo las maletas y se fue a Tenerife. Llegó y triunfó, con un concepto de japonés contemporáneo al que llamó Kensei. Dos años más tarde, en julio de este mismo año se unió al Fariones para posicionarse como punta de lanza gastronómica del hotel con Kaori. Confiesa que el vuelo en Binter se le hace corto, entre una isla y otra, porque los nuevos proyectos siempre emocionan.

A Kaori hay que ir sí o sí, estés o no alojado en el hotel, aunque vale la pena estarlo por lo que te contaremos más adelante. La propuesta es japonesa, pero hace concesiones a otros sabores del continente asiático, pero siempre muy bien ejecutadas. Aquí ha llegado con toda la artillería, con muchos de sus clásicos y con novedades creadas para este espacio en particular. Y de la carta apetece prácticamente todo.

Hay que empezar con sus huevos royal, una creación a la nipona en la que el huevo de codorniz se dispone sobre un chip de arroz crujiente y se termina con tartar de salmón y una holandesa de yuzu. Seguir con el rollito vietnamita de carabinero, que viene envuelto en papel de arroz, sobre una salsa picante elaborada con el crustáceo, que muy acertadamente se remata con arroz de sushi para no dejar ni gota de ese jugo fantástico. Otro hit made in Planas son las vieiras, que cocinan en mesa en una salsa de mantequilla tostada con soja y yuzu y acompañan de setas japonesas. Y como novedad en Kaori, el ramen tom yum, que coge lo mejor de esta sopa tailandesa de marisco, para convertirla en la sopa japonesa por excelencia con noodles, bogavante, mejillones, huevo y setas.

También hay sushi, cómo no iba a haberlo en un japonés. Nigiris para repetir como el de lubina acevichada, el de wagyu A5 con foie o el de toro ahumado con crema agria y caviar. Y por supuesto, el del célebre salmón de Uga, que producen y ahúman en esa zona de la isla, con ikura. El broche lo ponen postres como una gyoza strudel, rellena de manzana asada, pasas y piñones, para rebañar con una crema inglesa o el refrescante kakigori, el helado de hielo raspado japonés, de fresas con nata.


Si Kaori puede ser uno de los principales atractivos de viajar a Lanzarote, quedarse en Fariones puede ser el otro. Tiene acceso directo a nada menos que tres playas, de las que solo te separa una puerta que abres con la llave de tu habitación. Una piscina infinity rodeada de palmeras, también con el mar como telón de fondo, que te hará preguntarte si estás en Lanzarote o en Punta Cana. Ah, y otra más en la azotea. Habitaciones, todas ellas con increíbles vistas al mar y terraza. Otro restaurante, Erizo Macaronesian, donde probar cocina local lanzaroteña con toques de autor. Una concept store, Room 214, por la que tendrás que comprar equipaje extra para llevarte todo lo que venden. Desde artesanía a moda, pasando por decoración y una zona gastronómica donde venden tanto productos gourmet, como propios.

Y es que de los productos propios del hotel también tenemos que hablar. El compromiso con la calidad y la gastronomía es un hecho para este hotel y su propiedad hermana, el Princesa Yaiza. Tanto es así que ambos se abastecen, en una grandísima parte, de los productos de la Finca de Uga, su propia finca y granja, en la que desde tienen animales, como cerdo negro canario, vacas y cabras a plantaciones de verduras, aguacates y plátanos. Otra pata importante de la finca es su quesería, donde se producen, de manera artesanal, quesazos que podrás probar en el hotel y llevarte a casa de la tienda del mismo. Por ejemplo, su Don Nicolás de Finca de Uga, un queso madurado de vaca, obtuvo el premio al Mejor Queso de Canarias 2023. Y está de escándalo.


¿Más cosas? También tienen bodega propia, Stratvs, una joya en La Geria, donde además de aprender más sobre el curioso método de producción -las vides se plantan sobre pie franco en agujeros, que se protegen por paredes y ceniza-, poder probar estos vinazos de carácter mineral, firmados por el enólogo Raúl Perez. El viaje así, será de lo más completo.

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