VALÈNCIA (EFE/Laura Pérez Cejuela). Un año después de que la Comisión Europea pusiera sobre la mesa su propuesta para crear un fondo de recuperación en la Unión Europea (UE), Bruselas ha recibido por fin luz verde de los Veintisiete para captar en el mercado los 750.000 millones de euros destinados a superar la crisis generada por la pandemia.
La ardua negociación para pactar una medida sin precedentes, el retraso en su aprobación y ratificación, con vetos políticos incluidos, y el complejo proceso para garantizar que el dinero se usa según lo pactado explican que los países no vayan a recibir las primeras ayudas hasta julio.
El plan presentado por el Ejecutivo comunitario el 27 de mayo de 2020, tras un primer confinamiento generalizado en Europa que llevó a un desplome récord del PIB, contemplaba 500.000 millones de euros en subvenciones a fondo perdido y 250.000 millones en créditos financiados con una histórica emisión de deuda común.
Recogía así la idea francoalemana de un fondo de medio billón de euros exclusivamente en transferencias e incluía préstamos para satisfacer a los "frugales" -Países Bajos, Austria, Dinamarca y Suecia-, que encabezaron las resistencias a la iniciativa por su rechazo a dar ayudas a fondo perdido y lograron imponer un mayor control del dinero por parte de los Estados.
El acuerdo final, sellado en julio por los líderes de la UE y aprobado en diciembre tras sortear el bloqueo de Hungría y Polonia, que rechazaban vincular fondos y Estado de Derecho, aumentó la proporción de créditos a 360.000 millones y redujo las subvenciones a 390.000 millones, pero consagró que los países más golpeados por la crisis serían los más beneficiados, con Italia y España a la cabeza.
El 90 % de las ayudas se canalizará a través del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, dotado con 672.500 millones de euros (unos 724.000 millones traducido a precios corrientes) para financiar reformas e inversiones que no solo saquen a la economía del bache sino que impulsen las transiciones ecológica y digital.
España será la primera beneficiaria de las subvenciones del mismo, con 69.528 millones, y podrá además solicitar unos 70.000 millones en préstamos.
Pese a que las cifras y condiciones están claras desde hace meses, para que el dinero llegue a los Veintisiete faltan dos pasos cruciales: que Bruselas consiga la financiación en los mercados de capitales y que apruebe los planes nacionales para invertir el dinero de aquí a 2026.
Veintiuno de los 27 Estados miembros, incluida España, han enviado sus planes formalmente a Bruselas pese a que el plazo orientativo era el 30 de abril y a que llevan meses negociando los borradores.
La Comisión Europea tiene ahora dos meses para evaluar si cumplen los criterios pactados, tras lo cual el Consejo (los Estados) cuenta con otras cuatro semanas para adoptarlos.
Portugal, que preside este semestre el Consejo, está decidida a tener los primeros planes aprobados en junio y varios países, entre ellos España y Francia, presionan para agilizar los trámites, pero la Comisión ha rebajado las expectativas.
"Podemos acelerar algo este proceso, pero no mucho (...). Son documentos complejos, así que lleva tiempo", dijo el vicepresidente del Ejecutivo comunitario Valdis Dombrovskis durante la última reunión de ministros de Economía.
La Comisión, explicó, prevé tener los primeros planes aprobados "en la segunda mitad de junio", así que "dependerá de cuánto tiempo tarde el Consejo" en dar su visto bueno.
Aunque se necesita mayoría cualificada para aprobar los planes y ningún país puede vetar, será difícil que Alemania, con elecciones en septiembre, o los "frugales" se arriesguen a dar la impresión de que se han aprobado miles de millones en ayudas sin un escrutinio a fondo por hacerlo con prisa.
En todo caso, el principal obstáculo para que el fondo echase a rodar se superó esta semana al ratificar los países que faltaban -Polonia, Austria, Países Bajos, Hungría y Rumanía- la legislación que permitirá a la Comisión emitir deuda con el respaldo de los márgenes del presupuesto comunitario en un volumen sin precedentes.
Aunque quedan algunas formalidades por completar en estos cinco países, el Ejecutivo comunitario confía en cerrarlas en los próximos días y empezar a tomar prestado en los mercados en junio, de modo que en julio puedan desembolsarse las primeras ayudas.
"En las próximas semanas la Comisión acudirá a los mercados de capital para conseguir los fondos (...).Tan pronto como los planes sean aprobados, el dinero empezará a fluir a los Estados miembros", dijo el viernes la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.
Una vez que la maquinaria esté en marcha, Bruselas prevé captar unos 150.000 millones de euros al año hasta 2026 e ir efectuando pagos a los países cada seis meses si cumplen lo pactado en sus planes.
A falta del fondo de recuperación, la UE ha desplegado ya ayudas para los Estados a través del instrumento SURE, dotado con 100.000 millones en créditos para apoyar el empleo, o un fondo de garantías del Banco Europeo de Inversiones que ha concedido ya 11.700 millones en financiación, así como a través del tradicional presupuesto comunitario.