Hellsingland Underground: lo mejor del rock sureño viene de Suecia

VALÈNCIA.— En València se produce un extraño fenómeno musical desde hace unos años. Un fenómeno que la ciudad todavía —esperemos que dure— vive de espaldas, a pesar de que supone a día de hoy una de las posibilidades más tangibles de ver a grandes bandas pisar la ciudad. Eso sí, tiene un pero: cuando los grupos actúan aquí, prácticamente no los conoce nadie.

La mecánica exacta de cómo se gestiona es algo que no podemos explicar, pero en resumidas cuentas la sala Loco Club —prácticamente en exclusiva desde que la añorada Durango cerró sus puertas— ha conseguido entrar a formar parte del itinerario de las giras de nuevos grupos internacionales que se están lanzando a la descabellada conquista de público en un mundo como el actual que desprecia de manera generalizada la cultura remunerada.

Así, por València han pasado en los últimos años bandas internacionales cuyo nombre empezaba a sonar en la prensa musical especializada —actuando en muchas ocasiones con entrada gratuita— de las que, bien no hemos vuelto a saber, o bien han continuado creciendo antes nuestros ojos; sin olvidar los casos excepcionales —véanse los Biters— en que, tras actuar para menos de diez personas en nuestra ciudad, para las siguientes eran lo suficientemente grandes para pasar de nosotros.

Hellsingland Underground se quedan en el camino de en medio. Les tuvimos por primera vez por aquí presentando en septiembre de 2013 su álbum Evil Will Prevail, en un concierto gratuito con el que Loco Club celebraba el inicio de la temporada. Ahora, casi cinco años después, los de Charlie Granberg regresan para presentarnos Understanding Gravity, su último trabajo, plagado como el anterior de un rock clásico, con claras influencias del rock sureño estadounidense elaborado en el norte de Europa, y plagado de grandes melodías y letras tirando a depresivas, como mandan los cánones. Un resultado que sabe a Lynyrd Skynyrd, Charlie Daniel’s o los Allman Bros, aunque -afortunadamente- sin pecar de excesivo purismo y con los teclados de Thomas Pettersson para que el resultado sea algo más bailable. Hay quien acusa incluso las reminiscencias de Pogues o Waterboys y no seré yo quien les lleve la contraria.

Cierto es que, para la banda sueca parece remota la posibilidad de pegar un pelotazo cuando presentan su cuarto álbum en diez años, a pesar de que su reconocimiento tanto en su país natal como en el circuito rockero internacional va en ascenso. Como dato a reseñar, que dice bastante de la seriedad de la banda, es que en su primera década de existencia, solo ha abandonado la formación uno de los miembros fundadores. A estas alturas, algunos ya están pensando el Grandes Éxitos.

Así, sería injusto que las pocas decenas que asistimos al enorme concierto que nos ofrecieron en su anterior visita —aún resuenan las guitarras de Mats Olsson y Peter Henriksson destilando burbon con el tema que daba título al album—, no nos hiciéramos eco de la de este jueves, y procuráramos que no fuera la última. Y que el fenómeno siga funcionando.

Hellsingland Underground actúan el jueves 18 de enero en Sala Loco (C/ Calle del Erudito Orellana, 12). Apertura de puertas: 21 h. Precio: 15 euros (12 adelantada)