VALÈNCIA. Potenciar la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación; mejorar el uso y calidad de las tecnologías de la información y de la comunicación y acceso a ellas; y favorecer el paso a una economía de bajo nivel de emisión de carbono en todos los sectores. Esos son los tres ejes que marcan las distintas actuaciones de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública enmarcadas en el Programa Operativo del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) de la Comunitat Valenciana 2014-2020.
En este contexto se enmarca el Plan Crèixer+, un plan que había quedado aplazado por la pandemia y que se vuelve a reactivar. El Plan Crèixer+ contempla un total de 96 actuaciones en infraestructuras sanitarias de la Comunitat Valenciana, de las cuales 58 se realizarán en centros de atención primaria y 38 en hospitales, con una inversión de más de 658,3 millones de euros, lo que supone prácticamente cuadruplicar la inversión realizada en el periodo 2012-2015.
Del total de actuaciones, 34 se llevarán a cabo en la provincia de Alicante, con una inversión de 224,7 millones de euros, es decir el 37% de la inversión total; 22 en Castellón, con 73,3 millones de euros, lo que supone el 12% de la inversión; y 40 actuaciones en la provincia de Valencia, que contarán con 340,3 millones de euros, es decir el 51% de la inversión del plan.
En concreto, se acometerá la reforma y/o ampliación de 22 hospitales, así como la mejora o construcción de 50 centros de atención primaria y la construcción de 6 nuevos centros de especialidades, lo cual permitirá sumar 1.206 camas y 48 nuevos quirófanos. En suma, el plan contempla obras de ampliación o reforma en una superficie total de 351.783 metros cuadrados.
Unas actuaciones que permitirán cumplir con dos de los ejes del Programa Operativo del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) de la Comunitat Valenciana 2014-2020. El primero, la mejora de las infraestructuras de investigación e innovación (I+i) y de la capacidad para desarrollar excelencia en materia de I+i, y el fomento de centros de competencia, en especial los de interés europeo, a través de la creación de estructuras estables de investigación e innovación sanitaria e infraestructuras y equipamientos científicos y tecnológicos sanitarios. Tal y como señaló el President de la Generalitat, Ximo Puig, en la presentación del Plan Crèixer+, la apuesta por la innovación tecnológica "está permitiendo avanzar de manera extraordinaria en la capacitación de los profesionales para solucionar los actuales retos".
Y el segundo, el apoyo de la eficiencia energética, de la gestión inteligente de la energía y del uso de energías renovables en las infraestructuras públicas, incluidos los edificios públicos, a través del Plan de Ahorro Energético de la Conselleria de Sanidad, que permitirá lograr un ahorro de más de 4 millones de euros cada año.
A ellos se une el refuerzo de las aplicaciones de las TIC para la administración electrónica, el aprendizaje electrónico, la inclusión electrónica, la cultura electrónica y la sanidad electrónica, a través de la promoción de los servicios públicos digitales en e-salud, basados principalmente en dos líneas de actuación prioritarias: la prevención y la atención primaria.
Los Fondos Estructurales constituyen un instrumento de la política comunitaria para reforzar la cohesión económica y social de la Unión Europea, destinando un volumen significativo de recursos económicos a la reducción de las diferencias de las regiones comunitarias y el retraso de las menos favorecidas. La Comunitat Valenciana es beneficiaria de los Fondos Estructurales de la Unión Europea desde el año 1988.
El período 2014-2020 la Comunitat Valenciana es beneficiaria de los Fondos Estructurales en la categoría de región más desarrollada, al superar su PIB per cápita el 90% del promedio del PIB de la UE-27, modificando así su estatus de períodos anteriores en los cuales fue considerada región objetivo 1, y posteriormente región perteneciente al objetivo de competitividad regional y empleo.
El Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) es el principal instrumento de la Unión Europea para corregir los desequilibrios entre sus regiones a través del desarrollo sostenible y el ajuste estructural de las economías regionales, en el marco del objetivo básico de fortalecer la cohesión económica, social y territorial dentro de la Unión Europea.