Foto: EDUARDO MANZANAVALÈNCIA. El rechazo de STM-Intersindical al acuerdo para la electrificación de Ford Almussafes va un paso más allá. La organización sindical ha decidido recurrir ante el Tribunal de Arbitraje el pacto sellado entre UGT, fuerza sindical mayoritaria en la factoría, con los directivos europeos de la multinacional. Un movimiento con el que pretende la anulación de este documento clave para el futuro de la fábrica valenciana y con el que aspira a asegurar su futuro con la adjudicación de nuevos modelos.
La factoría valenciana se encuentra en plena pugna interna con la fábrica alemana de Saarlous para adjudicarse los dos vehículos eléctricos que Ford todavía tiene pendientes de asignar. Y será una u otra, la planta que se lleve la nueva carga de trabajo. La que no resulte adjudicataria tendrá serios problemas para garantizar su viabilidad. La multinacional ya ha dejado claro que solo una tendrá garantizado su futuro, por lo que la decisión que se conocerá en verano determinará el porvenir de ambas factorías.
En su recurso, al que ha tenido acceso este diario, STM-Intersindical pide la "nulidad" y "dejar sin efecto" el acuerdo al considerar que "contraviene las normas consuetudinarias que se han seguido durante 46 años en Ford España" al no haberse pactado en referéndum. De hecho, este sindicato, junto a CCOO y GCT, rechazaron el acuerdo que solo contó con el voto favorable de UGT, que ostenta la mayoría en el Comité de Empresa y representa al 95% de la plantilla.
Además, el texto fue sometido a votación por parte de UGT y el resultad se saldó con un respaldo al texto del 75% de la plantilla en una consulta en la que participaron 4.193 empleados, un 70,22% del total de empleados en la factoría. No obstante, Intersindical rechaza este sufragio porque asegura que se llevó a cabo "a través de una aplicación móvil, registrada y cotejada solo por UGT, no permitiendo un voto personal, directo, libre y secreto de los trabajadores de Ford".
A su juicio, UGT "antepone sus interese en cuanto a la aprobación o no de las propuestas y establece un sistema de votación unilateral, que deja en sus manos la aplicación de uno u otro sistema, en función de sus conveniencias". Por tanto, Intersindical subraya que esta fórmula es "contraria a principios elementales del derecho tales como la seguridad jurídica y la interdicción de la arbitrariedad", por lo que solicita al Tribunal de Arbitraje que reconozca como "nulo" y "deje sin efecto" el acuerdo.
Según ha podido saber este diario, este jueves tendrá lugar el acto de mediación entre las partes para intentar llegar a un acuerdo y evitar que se vaya un paso más allá. Por el momento, se trata de un recurso administrativo que previsiblemente no prosperará, según fuentes consultadas por este diario, que señalan a la mayoría de UGT en el Comité de Empresa. Sin embargo, el objetivo es eludir la judicialización del proceso. Especialmente por lo que hay en juego: el porvenir de Almussafes. Pero también para no perjudicar a la imagen de la factoría de cara a la central de Ford en Detroit, que será la que tomará la elección final.
Y más cuando los sindicatos en Alemania se han unido todos a una y han sumado fuerzas presentando una oferta que incluye recortes para sus tres plantas en el país -dos en Colonia y la de Saarlouis-, por lo que sus ajustes tendrán un impacto en una plantilla de cerca de 20.000 empleados. Ya han dejado claro que en Alemania van "todos a una y unidos" para dar la batalla y no dejar caer su factoría. Sobre los detalles, sigue el secretismo.
Por su parte, la propuesta valenciana, que está siendo estudiada por Ford, incluye una contención salarial y flexibilidad en los turnos en función de la demanda. Eso sí, su aplicación está condicionada a que Almussafes se adjudique los nuevos modelos eléctricos que se disputa con la factoría alemana de Saarlouis. En caso contrario, solo tendrá validez para 2022.
Entre las medidas, la propuesta incluye incrementos lineales no consolidables en las tablas salariales que suman 7.000 euros entre 2022 y 2025 para la plantilla de la factoría de Almussafes, y retornar a la senda del IPC en el año 2026. También recoge otras medidas de flexibilidad laboral como aumentar en 15 minutos los turnos, trabajar hasta 18 sábados al año o incorporar un turno de noche.
Y es que la competición entre ambas factorías sigue viva. Ahora se está evaluando esa información, además de las ofertas económicas y de apoyo que las diferentes administraciones de cada país han presentado adjuntas. Y con esa documentación, Ford tomará la decisión final en el mes de junio. Por tanto, el recurso podría dificultar el camino de Almussafes a tan solo unos meses de dirimir si será la ganadora de esta batalla interna entre instalaciones. Mientras tanto sigue la incertidumbre, aunque la llegada de la 'gigafactoría' de baterías de Volkswagen a Sagunt ha alimentado las expectativas valencianas y ha dado un cierto suspiro al sector de la automoción de la Comunitat.
