ALICANTE. Partiendo del hecho de que el empoderamiento económico de las mujeres y la igualdad de género son derechos humanos básicos y esenciales para el desarrollo social y económico de cualquier país, nos debemos preguntar si realmente estamos yendo en contra de nuestros propios intereses y naturaleza no aplicando políticas de igualdad con más intensidad. En el 5º Objetivo de desarrollo sostenible de la ONU lo dicen muy claro: “las leyes y las normas sociales discriminatorias continúan siendo generalizadas”
Según el The World Bank's Gender Data Portal, a nivel mundial las mujeres no tienen las mismas oportunidades de ingresos en comparación con los hombres. La probabilidad de que las mujeres trabajen para obtener ingresos o busquen trabajo activamente es también muy inferior. Tienen menos probabilidad de trabajar en empleos formales y, además, menos oportunidades de expansión empresarial o progresión profesional.
Se estima que la probabilidad para las mujeres de obtener la financiación necesaria para un proyecto empresarial o negocio es un 30% menor. Y cuando las mujeres trabajan, de media ganan menos, y con altas probabilidades de ocupar puestos de trabajo vulnerables, es decir bajo condiciones laborales insuficientes que no aportan protección social ante hechos económicos adversos. Este último dato ha mejorado considerablemente en España, dónde pasamos de un 24% en 1991 a un 8% en 2019.
Datos recientes de las encuestas de hogares sugieren que estas brechas de género se han intensificado debido a la pandemia de la covid-19.
Por ello la tasa mundial de participación en la fuerza laboral actual para las mujeres se sitúa en poco más del 50%, porcentaje muy por debajo del 80% para los hombres. Es, por tanto, un factor de crecimiento muy infrautilizado que podría beneficiar enormemente la economía a nivel global si existiera mayor equidad de géneros. Definimos la tasa de participación en la fuerza laboral como la proporción de la población de 15 a 64 años que es económicamente activa, es decir, todas las personas que suministran mano de obra para la producción de bienes y servicios durante un período específico.
En el siguiente gráfico se ve como la esa diferencia de tasas de participación entre los dos géneros se inclina notablemente a favor de los hombres. La igualdad (países en azul), sí se alcanza en los países más desarrollados y está directamente correlacionado con el avance en la implantación de los derechos de la mujer en esas sociedades.
Partiendo de que el 49,7% (dato de 2021) de la población mundial son mujeres entonces seríamos irracionales si no fomentáramos políticas que conlleven a empoderar económicamente a las mujeres para impulsar el desarrollo y el crecimiento económico. Durante la última década se ha avanzado mucho hacia la igualdad legal de género, pero a pesar de los avances, las mujeres y los hombres aún no tienen las mismas oportunidades de participar en la actividad económica.
En España se ha notado de forma considerable la participación de la mujer, desde un 33,3% en 1990 hasta el 52,9% en 2022.
Lo que se persigue es que el mapa se ponga azul del todo y una manera de alcanzarlo es a través de la inversión en productos financieros como fondos y ETF´s que apuesten por la igualdad de género.
Fuente: https://genderdata.worldbank.org/indicators/sl-tlf-acti-zs/?age=15-64&gender=gender-gap
El estudio de S&P Global publicado en de 2019, 'When Women Lead, Firms Win' aborda el impacto de la participación de las mujeres en la gestión y en la dirección empresarial. Y las principales conclusiones son que:
La creciente incorporación de los criterios ESG en los productos financieros ha supuesto una fuerte presión a las empresas por parte de los inversores institucionales y demás stakeholders, como clientes y activistas, para incluir a las mujeres en puestos de dirección de nivel C (CFO, CTO, CEO). La brecha existente entre hombre y mujeres aún es alta, pero con las políticas y leyes adecuadas junto con las presiones sociales podremos obtener una mayor equidad que fomentará el crecimiento económico y el bienestar social.
Desde el Comité Económico y Social Europeo ya se han puesto al día para atacar esta desigualdad, con el su dictamen del 20 de enero de 2020: 'La inversión con perspectiva de género como forma de mejorar la igualdad de género en la Unión Europea'. En este documento se expone una serie de recomendaciones que van a tener un impacto positivo y lo mejor es que cuenta con el apoyo financiero de la UE.
Durante estos últimos años estamos viendo como han surgido productos financieros que se centran en la implantación de políticas de igualdad dentro de las empresas y que permiten la presencia de cada vez más mujeres en puestos directivos. Como con cualquier temática las inversiones van a fluir hacia las más rentables y aquí hay mucho potencial. El inversor particular que quiera incluir en su cartera o basar su cartera de inversión tiene a su disposición fondos cotizados (ETFs) y fondos de inversión UCITS.
Estos fondos se miden contra unos índices como el Solactive Equileap Global Gender Equality Net Total Return Index. Se trata de un índice equiponderado compuesto por 150 compañías a nivel global que tienen una alta puntuación por indicadores de igualdad de género según los criterios definidos por Equileap, una organización de investigación independiente sobre igualdad de género.
Para mayor información, consulte con su asesor financiero quien le podrá informar más sobre el tema y como implantarlo en su cartera de inversión.
René Bauch es asesor financiero de la EAF alicantina gCapital Wealth Management EAF que asesora el fondo Gestión Boutique gCapital Total Market (ES0116831050). Puede contactar con el autor para solventar cualquier duda o interesarse por los servicios de gestión patrimonial de gCapital escribiendo a [email protected] o [email protected]
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