MADRID. Los bancos centrales siguen marcando el paso en los mercados financieros. La subida de tipos por parte del Banco de Inglaterra el jueves pasado, y el giro en el mensaje de Christine Lagarde, presidente del BCE, no descartando alguna subida de tipos a lo largo de este año, han marcado las últimas sesiones en los mercados financieros. La nueva posición adoptada por los bancos centrales se ha traducido en una carrera al alza en las rentabilidades de los bonos soberanos. La rentabilidad del bono a diez años americano se sitúa ya en el 1,95% (+ 19 puntos básicos en el último mes) y la del bono alemán a diez años en el 0,26% (+31 puntos básicos en los últimos 30 días). Un repunte de rentabilidades del que tampoco se escapa la parte corta de la curva, y que implica que, para aquellos inversores con la política de comprar renta fija directa a vencimiento, puede comenzar a haber algunas oportunidades.
La reacción del BCE pilló por sorpresa al mercado, y la muestra más clara la encontramos en la apreciación registrada por el euro, que desde niveles del 1,12 se fue a 1,145 frente al dólar. Pese a esta reacción en el corto plazo, en nuestra opinión existen fuerzas que favorecen a medio plazo la apreciación del dólar frente al euro. Su economía permite una mayor y más intensa subida de tipos que la que se pueda registrar en la Eurozona, por lo que estos ligeros repuntes del Euro podrían ser aprovechados para coger algo de exposición al dólar.
Y en este entorno, los mercados de renta variable, tras las correcciones de las semanas anteriores parecen no tomar un rumbo fijo. La incertidumbre que generan los futuros procesos de subidas de tipos de interés y el riesgo geopolítico existente como consecuencia de la tensión entre Rusia y Ucrania mantienen a los inversores a la expectativa. La sesión de resultados empresariales está siendo buena, pero en el entorno actual no es suficiente: las expectativas son de moderación en el crecimiento futuro.
Y dentro de la buena sesión de resultados siempre hay excepciones. En este caso fue Meta (anteriormente denominada Facebook) que tras anunciar una decepcionante evolución en el número de usuarios en el último trimestre vio como su acción caía un 25% perdiendo más de 200.000 millones de dólares en términos de su valoración en bolsa, la mayor caída diaria en términos absolutos de toda la historia (más del valor agregado de Inditex, Iberdrola y Santander en la bolsa española). En materias primas el petróleo sigue disfrutando de la 'prima rusa' y ha llegado a superar los 90 dólares/barril. Malas noticias para aquellos que esperan una caída rápida de la inflación.
Nos preocupa el proceso de subida de tipos, pero también la posibilidad que la Reserva Federal comience a reducir su balance a mitad de este año, drenando liquidez del mercado, el gran motor de los activos financieros en los últimos años. Pese a la corrección vista en la renta variable y en los mercados de renta fija, los diferenciales de crédito, aunque han aumentado, no lo han hecho de forma dramática. Y eso, por el momento es buena señal. Históricamente, en los momentos de verdadero pánico, las caídas en las bolsas vienen acompañadas de un significativo incremento en los diferenciales de los bonos corporativos frente a la deuda soberana. Hecho que por el momento no ha sucedido, pero la convierte en una de las grandes variables a vigilar en el corto y medio plazo.
Otra variable a vigilar será la evolución de la pendiente de la curva de tipos de interés. En las últimas semanas se ha aplanado, y hay que vigilar su comportamiento. Una inversión de esta (con tipos de interés más altos en los plazos cortos que en los largos), es sinónimo de peligro para la renta variable.
Desde un punto de vista estratégico por el momento mantenemos nuestro posicionamiento neutral dentro de los diferentes perfiles de riesgo. Seguimos rotando hacia sectores que se puedan ver más beneficiados por las subidas de tipos de interés en detrimento de los sectores de crecimiento (tecnológicas principalmente) que pueden verse más perjudicados. Y siempre dentro de lo que denominamos en compañías y sectores que permitan una transformación hacia un mundo mejor: educación de calidad, salud y estado del bienestar, acceso a servicios financieros, energías renovables y economía circular, gestión de recursos terrestres y marítimos, infraestructuras, etc.
En renta fija seguimos reduciendo duración y bajando exposición a la renta fija norteamericana en favor de la renta fija europea. Paralelamente vemos más potencial y menos riesgo en las inversiones alternativas (fondos de rentabilidad absoluta y materias primas) por lo que les hemos otorgado una mayor ponderación en las carteras en detrimento de la renta fija. Pero lo que tenemos claro, es que este año será más movido que el anterior, por lo que exigirá un seguimiento de la realidad mucho más exhaustivo si cabe.
Equipo de Portocolom AV