Tiene dos pasiones: el running y la gestión patrimonial. Sobre su sector afirma que ha superado las rigideces del pasado
VALÈNCIA.- Hablar de Javier Gómez Ortí (València, 1975) es hacerlo de uno de los clásicos banqueros privados de la city valenciana, cuya trayectoria profesional comenzó en AB Asesores, posteriormente en Morgan Stanley —tras adquirir a la anterior y ser el responsable de la oficina de València—, CaixaBank —donde llevó las riendas de la banca privada local— y Andbank como director territorial de Levante.
Licenciado en Economía por la Universidad de Navarra y exprofesor asociado en el Máster en Regulación de Banca Financiera de Unav-IESE, este apasionado del running —«no me importa levantarme un sábado a las seis de la mañana para correr»— tuvo la llamada del sector financiero en la época universitaria, «donde tuve la oportunidad de entrar en contacto con los mercados aunque siempre me interesó. Fue en AB Asesores, hace más de veinte años, donde descubrí la gestión patrimonial y desde entonces se ha convertido en una pasión intentar entender los mercados y cómo sacarles partido, al servicio de las necesidades de los clientes».
La posibilidad de desarrollar un proyecto nuevo puro de gestión patrimonial especializada, con un gran equipo humano, junto con la estructura y las herramientas necesarias para prestar un servicio de máxima calidad, fue lo que le atrajo de Andbank, la entidad financiera más potente de Andorra y ahora en el top 10 de la banca privada en España, para dejar la dirección de banca privada en València.
Al preguntarle porqué hay gente que cuando escucha la palabra Andorra lo primero que piensa es en un paraíso fiscal su respuesta es clara: «Porque lo fue hace unos años. La situación actual nada tiene que ver y el peso de nuestro banco está en otros países. Andbank es un grupo internacional, hace muchos años decidió mirar hacia el futuro de la mano de mercados como España, Luxemburgo, México, Miami, Brasil y Andorra, que no es ni de lejos lo que era».
Honestidad —«porque trabajamos con el ahorro de familias y empresas, cuyos intereses deben prevalecer en todo momento»—, amplitud de miras —«cada cliente es único en sus condicionantes»— y aprendizaje constante —«hay que estar preparado ante cualquier circunstancia»— son los tres aspectos que le recomendaría a un joven universitario que quisiera iniciarse en este sector. «Lo que tenemos entre manos es el patrimonio de los clientes que debemos aspirar a preservar y hacer crecer. La banca privada no va de producto y precio sino de resolver problemas o necesidades patrimoniales».
Javier Gómez reconoce que no siempre concilia el sueño en situaciones convulsas en los mercados y admira a las personas que son capaces de desconectar al salir de la oficina. «Buscamos siempre que las carteras estén ajustadas a los riesgos tolerables por los clientes, pero es inevitable sufrir cuando los mercados caen con dureza. Es importante que los inversores entiendan los motivos de las caídas para transmitir tranquilidad».
A su juicio, la banca privada valenciana cuenta con una oferta muy completa para que un inversor sea capaz de elegir de entre todas las opciones que tiene para gestionar su patrimonio, las que entienda que le aportan un mayor valor añadido. «La gestión patrimonial ya no tiene las fronteras y rigideces del pasado; el inversor valora la especialización y es capaz de recibir de diferentes entidades servicios adaptados a cada una de sus necesidades. El cliente ha dejado de ser 100% dependiente de una entidad pasando a trabajar con muchas seleccionando sus necesidades en cada parcela de especialidad».
Gómez Ortí reconoce que no siempre concilia el sueño en situaciones convulsas en los mercados financieros
Defensor del fenómeno fintech —«dotará a los banqueros privados de mejores herramientas para prestar un servicio más eficiente a los clientes»—, Gómez Ortí entiende la aparición de los gestores automatizados «porque tienen su hueco y responden a una demanda concreta». Pero eso sí, tiene claro que en el segmento de gestión patrimonial «la proximidad humana para resolver necesidades es muy difícil de sustituir por una máquina».
Como experto conocedor de la plaza financiera valenciana, reconoce que «el inversor valenciano es muy exigente y las entidades debemos esforzarnos por tener una propuesta valor completa a la altura de sus necesidades, que incluyen además de retornos otros muchos aspectos cuantitativos y cualitativos muy relevantes (fiscalidad, planificación sucesoria, multijurisdicción, multicustodia...)».
Para terminar, y para todos aquellos que siguen acudiendo al banco a pedir más intereses por sus depósitos en esta coyuntura de tipos de interés al 0%, su recomendación es clara: «La decepción por tipos bajos no cambiará en breve y que no cometan el error de tomar riesgos que no pueden permitirse, solo por el hecho de que la rentabilidad sea baja. Y que se pongan en manos de un asesor cualificado para valorar alternativas. Mucha gente se ha metido en riesgo y en la primera caída de la bolsa le ha visto las orejas al lobo».
* Esta entrevista se publicó originalmente en el número 41 de la revista Plaza