Ciudad de la Justicia de Elche, en una imagen de archivo. Foto: APALICANTE. El juicio por el presunto fraude cometido en la piscifactoría Cultivos Marinos de Guardamar (Culmar) ya tiene fecha para celebrarse. Y será nada menos que siete años después de que la dirección de la empresa presentase la denuncia y tres años después de dar por finalizada la instrucción y acordar la apertura de juicio oral. La vista se celebrará en la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Alicante, con sede en Elche, y la saturación de este órgano judicial condiciona notablemente el calendario. Así, el juicio está previsto para el mes de junio de 2025.
Como ha venido informando Alicante Plaza, la dirección de Culmar (que se iba alternando entre los distintos socios que formaban parte de su accionariado) detectó el presunto fraude en 2018, al relevar a los anteriores gestores y comprobar que la producción declarada no correspondía con los ejemplares sembrados. Al constatar una mortandad de ejemplares muy por encima de lo normal, llevaron sus sospechas a la Guardia Civil, que cifró el presunto fraude en 1,4 millones de euros. Presuntamente, algunos de los socios de la piscifactoría, junto con algunos empleados, se habían dedicado a desviar parte de la producción para venderla por su cuenta en otros canales.
La investigación policial derivó en una judicial, a cargo del Juzgado de Instrucción número 3 de Torrevieja, que tras practicar las oportunas diligencias, vio indicios de delito y remitió el caso a la Audiencia Provincial para que señalase el juicio, en el que se sentarán como acusados los citados socios y empleados. Esto sucedió en 2021, y hasta ahora la vista oral seguía sin fecha por la saturación de trabajo en la Sección Séptima, aunque los últimos recursos se resolvieron en 2022. Fuentes judiciales han confirmado que, finalmente, la Audiencia ha puesto fecha para la vista, en junio de 2025. Es decir, tres años después.
En paralelo, como también ha contado este diario, Culmar (ya con otra dirección al frente, entre los que se contaban algunos de los denunciados) se declaró en concurso de acreedores en abril de 2022, supuestamente para reordenar sus deudas y permitir la continuidad de su actividad. Además del agujero de 1,4 millones (que se pudiera demostrar documentalmente, pues la cifra podría ser mayor), la firma afrontaba el impacto de los temporales de ese año en la producción y la caída de las ventas. Antes de la pandemia, la firma facturaba unos 10 millones al año.
Sin embargo, medio año después, en septiembre de 2022, Culmar cerraba un acuerdo con el gigante murciano de la acuicultura Culmarex (propiedad del fondo canadiense Cooke) para venderle la unidad productiva de la piscifactoría. Un acuerdo negociado en el seno del concurso y que contó con el visto bueno del administrador concursal y el juez. De hecho, el importe de la transacción permitió a Culmar afrontar la práctica totalidad de los créditos reconocidos sin quitas ni esperas, incluso antes de comenzar la fase de liquidación que se abrió en enero de 2023.
Esta misma semana el juzgado ha notificado al Registro Mercantil el cierre de la fase de liquidación, al no quedar más bienes ni derechos que realizar. Así, el juzgado revoca al administrador concursal y decreta la extinción de Cultivos Marinos de Guardamar. No obstante, la sociedad no desaparecerá formalmente hasta que se dicte la sentencia firme del proceso por estafa, ya que si se demuestra el fraude, la sociedad podría ingresar una importante cantidad en concepto de indemnización, que iría a afrontar eventuales pagos pendientes.
