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las demandas de disolución matrimonial encajan su mayor caída al menos desde 2008

Juntos por necesidad: la inestabilidad económica derrumba un 11% los divorcios en la Comunitat

Foto: iStock/ARCHIVO
15/03/2021 - 

VALÈNCIA. “La convivencia suele generar este tipo de situaciones. De hecho, uno de los mayores índices de separaciones y divorcios se produce después del verano, porque es cuando se incrementa. Pero en este caso, el tema económico ha sido fundamental”, asegura el abogado Javier Falomir, socio del Bufete la Merced de València. En la Comunitat Valenciana, el número de demandas de disolución matrimonial sufrió en 2020 su desplome más pronunciado desde hace al menos doce años, más de un 11 % respecto a 2019. Solo en 2009, cuando las solicitudes se derrumbaron un 8,7 %, se había visto una caída tan elevada.

Así se desprende del último informe elaborado por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sobre las demandas de ruptura matrimonial, que incluyen tanto divorcios como separaciones y nulidades. Según sus datos, en territorio valenciano el número total de solicitudes presentadas en 2020 fue de 11.889, de las que casi el 60 % eran divorcios consensuados. Pero podrían haber sido muchos más. “Se han recibido muchas consultas y visitas, diría incluso que más de lo normal”, confirma Falomir, quien reconoce que en muchos casos el proceso se paralizaba “al plantear las consecuencias económicas de la ruptura”.

De este modo, el factor económico se ha convertido en uno de los principales obstáculos de este tipo de procesos, ya que, tal y como apuntan distintos expertos, circunstancias como el desempleo o los ERTE generan mucha inseguridad. También Raquel Marco, diputada de la Junta de Gobierno del Ilustre Colegio de Abogados de Valencia (ICAV), señala a la incertidumbre “creada por la situación sanitaria y económica” como uno de los motivos del desplome de las disoluciones matrimoniales. “Una separación o divorcio siempre supone, para ambos, un empeoramiento económico. Aunque la convivencia sea mala, muchas veces se decide esperar”, sostiene.

No obstante, Marco pone asimismo el acento en la parálisis judicial que se produjo durante los meses de confinamiento. “El parón fue total, solo se habilitaron juzgados para cuestiones muy urgentes relacionadas con los menores”, explica. En este sentido, las estadísticas del CGPJ demuestran cómo en el segundo trimestre de 2020, entre abril y junio, las rupturas matrimoniales cayeron casi un 40 % respecto a 2019 en la Comunitat Valenciana. Ello dejó paso a un incremento de las demandas del 23,4 % en los meses de julio, agosto y septiembre, pero de nuevo en el cuarto trimestre la cifra se redujo para concluir el año a la baja.

Aunque cuestiones como las consecuencias de la separación en los niños también pueden influir a la hora de tomar la decisión, otra de las razones que habría afectado a su descenso en este 2020 sería la mayor saturación de la Justicia tras la reactivación de su actividad. “Los juzgados siempre están saturados, de toda la vida. Han llegado jueces de refuerzo a muchos juzgados, sobre todo a los juzgados de lo Social y de lo Contencioso, pero en Familia se ha notado menos”, comenta Marco.

Sobre la duración de los procedimientos, los expertos señalan que los divorcios de mutuo acuerdo son los más rápidos, ya que podrían resolverse entre unos diez días o un mes en función de la existencia o no de hijos menores. Esta modalidad, además, es la que menos ha caído en la Comunitat respecto a 2019, solo un 7,5 %. “Un divorcio contencioso puede ser más largo, puede alargarse hasta un año”, sostiene Marco. Por su parte, Falomir indica que si en el procedimiento no acordado se discute “la guardia y custodia de los hijos”, los tiempos también varían considerablemente. “Por ley se debe emitir un informe del equipo de familia y uno de los problemas es su retraso, porque los juzgados llevan una carga de trabajo muy grande”, subraya.

La Comunitat acumula el 13 % de las rupturas en España

Pese al desplome de las solicitudes de disolución matrimonial, el dato de la Comunitat Valenciana se encuentra por debajo de la media española, donde la caída es del 13,3 %. De hecho, el derrumbe que encaja el territorio valenciano es el cuarto más bajo de España, solo por delante de Castilla y León (10,9 %), Canarias (7,3 %) y Murcia (4,2 %), la autonomía en la que menos se han notado los efectos de la pandemia. De este modo, las demandas presentadas en territorio valenciano suponen hasta el 13 % del total.

Además, el informe del CGPJ revela que la Comunitat Valenciana es la segunda región con más demandas de ruptura matrimonial por cada 10.000 habitantes, con 23,5. Las Islas Canarias, con 23,6 solicitudes, encabezan los registros a nivel nacional, mientras que en el lado opuesto se sitúan Castilla y León (16,4), País Vasco (16,8) y Aragón (16,9).

Caída sostenida

Al margen de la pandemia, la Comunitat Valenciana solo ha visto crecer el número de disoluciones matrimoniales en dos de los últimos doce años, lo que confirma que la tendencia es casi siempre a la baja. “Aunque es cierto que el descenso de este año 2020 es más pronunciado, la reducción es constante”, confirma Marco. La razón, como apunta Falomir, es la caída de los matrimonios, aunque ello no quiere decir que desciendan todos los procedimientos relacionados. “Habrá menos divorcios porque las parejas se casan menos, pero a su vez aumentan las parejas de hecho y también los procedimientos que llevan los juzgados de familia”, incide.

Aun así, y si el contexto económico mejorara en este 2021, podría producirse un aumento en el número de rupturas matrimoniales. “La mayoría de los asuntos terminan por conflicto y es fácil que se produzca una situación así”, señala Falomir, quien corrobora que la pérdida de afecto, por lo general, “lo normal es que no mejore con el tiempo”.

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