restorán de la semana

K-anròs

Hasta Alcàsser que nos vamos

29/03/2019 - 

VALÈNCIA. Esta es la historia de un experimento. No de ellos, sino nuestro. Un grupo de amigos en busca de vida (gastronómica) fuera de València. Y en esto que alguien nos habla de K-anròs. Cuesta más escribirlo que llegar, porque está en Alcàsser, apenas a 30 minutos de la city. Llamamos para encargar el arroz y ponemos rumbo a la aventura. 

Estamos en el restaurante de Paco (chef) y Jaume (todo lo demás), dos hermanos que antes preparaban comidas para llevar, y hace 9 años decidieron concentrar su actividad en este negocio. Se nota en la configuración de la carta, donde predominan los arroces y la fideuà. También hay carnes y pescados, algunos entrantes más creativos y un inexplicable apartado de pizzas; incluso nueve postres. Platos como el ceviche indican que quieren apostar por la fusión, cuando en realidad todo el potencial está en la valencianía, que consolidan bien mediante el canelón de la iaia, la titaina y el pastisset de boniato con foie.

"Empezamos con un concepto más sencillo, incluso clásico, y conforme han ido pasando los años nos hemos atrevido a hacer algo más elaborado", cuenta Paco, para todos Pakito.

Siguen saliendo muchos las croquetas, el pulpo, la sepia; y por descontado, los arroces. Pero como solo abren de viernes a domingo (sorpresa), intentan dedicar al menos un día a los platos más novedosos. De ahí que los viernes por la noche sean temáticos y cambien mensualmente: que si marzo de la mujer, que sí slow food, que si cenas orientales.  

Es de valorar el riesgo, también el detalle. Que se haga algo distinto en las afueras de València, donde predominan las arrocerías domingueras y plagadas de niños. Que se cuide la atención en la sala. Pero sin dejar de lado que el foco siempre está en la base, y que la base es la buena comida. El sabor del arroz con alcachofas, pulpo y blanquet; el punto de la fideuà de pato, boletus y foie; estos son los verdaderos motivos por los que el público estaría dispuesto a peregrinar a Alcàsser (o cualquier otro municipio de l'Horta Sud). Aseguran que el 80% de su clientela proviene de la capital. "Nadie es profeta en su tierra", lamenta.

Con K-anròs pasa un poco como con su nombre: esconde detrás las raíces y ganará en fuerza si sabe tirar de ellas. Ka-Rosa, Ca Rosa, Casa Rosa. Era la abuela de los hermanos Marí.