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La alargada sombra de Morcillo: claves en la carrera por el rectorado de la Universitat

13/01/2018 - 

VALÈNCIA. Las elecciones a la Universitat de València de este 2018 se prevén apasionantes. Al igual que sucediera en 2010, en la que se llegaron a presentar hasta cuatro candidaturas, el hecho de que en estos comicios se hayan formalizado tres opciones evidencia que, como diría el clásico, ‘hay partido’. Las tres candidaturas tienen perfiles muy diferenciados y sobresale en primera instancia el hecho de que dos de las aspirantes a rector sean mujer: Mavi Mestre y María Antonia García Benau. Pero un análisis en profundidad, y teniendo en cuenta el perfil paritario de la candidatura de Vicent Martínez, así como cuestiones internas, evidencian que lo que hay en juego son sobre todo posiciones vitales y posturas personales.

1. La herencia de Morcillo sale a la palestra. Tras cumplir como rector los dos mandatos posibles, Esteban Morcillo se retira. A diferencia de otras convocatorias electorales, en ésta importa y mucho el pasado, hasta el punto de que resulta inevitable percibir en los comicios un cierto aire a plebiscito. La influencia de su legado y la valoración que haga el profesorado de la Universitat de estos dos cuatrienios será clave. Los profesores titulares y catedráticos constituyen el 51% de los votos. Si su juicio es negativo supondría un vuelco decisivo en el resultado final; si es positivo posiblemente no hará falta ni segunda vuelta.

2. El continuismo en Mestre. Eso es en gran medida porque una de las tres candidaturas, la de Mestre, está marcada a fuego por el signo del continuismo. En su equipo hay tres vicerrectores de Morcillo así como decanos que, tras cumplir los dos mandatos, tenían que dejar su cargo. Mestre ha sido la mano derecha del actual rector y su posición no es precisamente la de un borrón y cuenta nueva. Con todo, marcando una cierta distancia aunque sin romper con el pasado, en su candidatura se ha puesto énfasis en su compromiso con “la transformación de la Universitat”. Eso no evita que a la hora de valorarla muchos sitúen a esta opción electoral como la más conservadora, entendiendo la palabra conservador en su sentido más estricto: alguien que quiere mantener el statu quo porque considera que funciona. Un statu quo donde juegan un papel fundamental los vicerrectores. Por una perversión de la norma, la limitación a dos mandatos sólo afecta a rectores y decanos. Eso ha hecho que la Universitat esté controlada por los vicerrectores, a quienes algunos en privado tildan de ser la auténtica casta de la institución.

3. Bajo la influencia de ‘El gatopardo’. A la hora de hablar de la candidatura de García Benau, este viernes en el edificio del rectorado se citó la novela de Lampedusa, en la que se consignó el adagio ‘cambiar todo para que nadie cambie’. Nadie puede poner en duda que García Benau se opuso a Morcillo. Aún hoy se recuerda como en 2010 le obligó a ir a una segunda vuelta. Pero el pasado no termina ahí y en los siguientes comicios la catedrática de Economía Financiera y Contabilidad se retiró de la carrera electoral y sumó sus apoyos al actual rector. De hecho uno de los miembros de la candidatura de García Benau, Ramón López, es vicerrector con Morcillo. La catedrática sería la candidata pues de aquellos que desean cambios, pero no muchos, que abogan por una cierta reforma.

4. La voluntad del cambio. Vicent Martínez, por su parte, es la candidatura del cambio en el sentido más riguroso. A esa idea acudió él mismo en la jornada de este viernes, en la puesta de largo de los candidatos. “Hay una voluntad de cambio”, dijo; “hay una necesidad de transparencia”, insistió. Y habló de cómo habían estado en contacto con profesores, con estudiantes, y habían tomado nota de cuáles eran sus necesidades. Martínez se ha rodeado de un equipo paritario, una idea que desde su equipo machacan. Entre los nombres de relevancia que aglutina se encuentra el de las profesoras de Químicas, Adela Macri, y Economía, Olga Blasco, además de personalidades como el director de Sagunt a Escena Juanvi Martínez Luciano. “Somos una candidatura abierta. Hemos hablado con todos y lo hacemos para todos”, insistió el astrofísico. Persona de gran capacidad divulgativa, su popularidad entre parte del alumnado y el proselitismo de sus afines son sus ases en la manga.

5. ¿Dónde estabais en los malos tiempos? Un elemento que puede decantar la balanza es la valoración que se haga por parte del personal y del profesorado de la actitud del equipo de Morcillo durante los años de la austeridad. Aunque haya personas a las que irrite el uso de la metonimia ‘Madrid’ para referirse a las decisiones gubernamentales, esa palabra es la que más sintéticamente resume cuál es la visión que se tiene desde la Universitat del Gobierno central. Madrid, como un ente superior, ordenó rebajas de sueldo y más trabajo. El comportamiento del equipo de Morcillo no fue, para algunos, el que debía. “Claudicaron ante Madrid”, dicen. Así, critican sus concesiones y ponen como ejemplo de una actitud más valiente la de su vecina, la Politécnica. El recuerdo que se guarde de estos años de austeridad influirá y mucho en las votaciones.

6. No es la política. Si bien la candidatura de Martínez parte con el sambenito de ser el aspirante más próximo a Compromís, tiene entre su gente a personas vinculadas a prácticamente todos los partidos políticos de la Comunitat. Otro tanto sucede en las otras dos candidaturas. “No se puede hacer una lectura sólo política”, comentaba este viernes un miembro de la Universitat, “porque aquí las relaciones son diferentes, es más por otras cuestiones más personales”. “Si quieres ver quién está con quién es más fácil si miras sus interacciones en redes sociales”, bromeaba otro profesor. En general, la impresión es que lo que está en juego es la pelea entre la vieja universidad y la nueva, el cambio y el estatismo. Más que votar a un nombre o a otro, las papeletas podrían llevar impresas la pregunta: ¿Quiere usted cambiar mucho, algo o muy poco? Según lo que se marcase, se estaría apostando por uno u otro candidato.

7. ‘Bernie Sanders’ vs ‘Hillary Clinton’, versión Universitat. El talón de Aquiles de la candidatura de Martínez es su género. La visión superficial de que sea un hombre es admitida en privado como un hándicap por su entorno, ya que temen que se haga una lectura de los comicios en clave de que votar a una mujer es votar por la renovación per se. Haciendo una comparativa con las recientes elecciones estadounidenses, Martínez sería una suerte de Bernie Sanders mientras que Mestre sería Hillary Clinton. La irrupción inesperada de García Benau, a quien muchos situaban fuera de la carrera este mismo jueves noche, ha roto ese relato y plantea un escenario más complejo y más interesante. Sobre todo porque, por suerte, García Benau no se parece en nada a Trump.

8. ¿Quién o qué convenció a García Benau? No sin malicia, miembros de las otros candidaturas comentaban este viernes que la catedrática de Economía había sido empujada a participar en las elecciones. “Hay candidaturas que ayer no existían”, ironizó Martínez. El porqué es lo que no tiene una explicación clara. Se habló de que la candidatura de Mestre no gustaba en determinados sectores, de que había gente animando detrás a García Benau. El quién no se sabe bien. En su texto de presentación García Benau no reniega del apoyo a Morcillo en 2014, que se justifica desde la lealtad y “sin estridencias”. Pero cuatro años después se aboga por otro discurso en el que toma un papel fundamental “la transformación y el cambio organizativo”. “En ella reside nuestro futuro”, se sentencia.

9. Faltan diez días. La campaña electoral arranca el martes 23 de enero. Faltan diez días en los que las candidaturas irán perfilando sus equipos. No se descartan incorporaciones de campanilla de última hora, de ahí que esta semana y media que queda por delante se considere tan importante. El profesorado, alumnado y personal de administración y servicios están llamados el 22 de febrero en primera vuelta. En caso de que ninguno de los tres aspirantes logre un porcentaje de voto superior al 50% las urnas se volverán a abrir el 6 de marzo. ¿Qué tienen de malo las fechas? A algunos como Martínez no le gusta que coincidan con los exámenes. Pero eso ahora ya no se puede cambiar.

10. El recuerdo de los anteriores comicios. En las elecciones de 2010, las de los cuatro candidatos, Morcillo sólo logró el 36% de los votos en la primera vuelta y se vio obligado a competir en la segunda con García Benau, quien aunque no ganó fue considerada como la vencedora moral. En el éxito de García Benau fue clave el apoyo de estudiantes y personal de la Universitat. En las de 2014, que se esperaba que fueran una victoria sin paliativos de Morcillo, el actual rector apenas superó el 59% de los votos, mientras que Martínez logró el 41%; es decir, logró un porcentaje más alto que Morcillo en su primera convocatoria. Con unas cifras similares, el catedrático de Astronomía podría situarse como el más votado. ¿Le ayudará a Mestre el legado de Morcillo o le lastrará? ¿Reeditará García Benau la esperanza de 2010? ¿Convencerá Martínez al mundo universitario de que es la persona indicada para el cambio? Se admiten apuestas.

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