VALÈNCIA. Suben las agresiones al personal sanitario. Lo denuncia la Asociación de Derecho Sanitario de la Comunidad Valenciana que se reúne periódicamente con los distintos colegios profesionales relacionados con el sector sanitario, y todos ellos denuncian que el colapso en los hospitales, la falta de personal y el agotamiento están haciendo estragos.
«La realidad – explica Carlos Fornes, presidente de la ADSCV- es que el aumento de los contagios de forma exponencial en esta tercera ola y la preocupación social que existe no hace sino aumentar la agresividad contra el personal sanitario, que además de estar trabajando en una situación límite, es también el foco de las frustraciones de los pacientes».
La ADSCV recomienda a los profesionales sanitarios que denuncien todas las agresiones -tanto las verbales como las físicas- y ha recordado que ha creado el correo electrónico [email protected] para atender las dudas jurídicas de los profesionales sanitarios con respecto al desarrollo de sus funciones durante esta crisis de la covid-19
Fornes también ha explicado que «las personas están yendo a los centros de salud porque primero llaman pero nadie les coge el teléfono. Cuando llegan, encuentran el centro de salud vacío. No porque los médicos no estén trabajando, sino porque hacen una media de entre 70 y 80 consultas telefónicas al día. Esta situación genera frustración y confusión, y en muchos casos deriva en agresiones verbales o físicas al personal sanitario».
La ADSCV advierte que cada vez tenemos más presión hospitalaria y menos profesionales trabajando. «Los últimos datos que tenemos son que en la Comunidad Valenciana 1.560 sanitarios están de baja tras dar positivo, mientras que 2.018 se encuentran en cuarentena. En total, 3.578 profesionales que no pueden acudir a trabajar, lo que supone algo más del 5% de toda la plantilla» asegura Fornes.
En la Comunidad Valenciana llegan cada día a los distintos centros hospitalarios una media de 7.000 personas que creen estar infectadas, de las cuales 5.250 dan positivo. «Estas cifras -indica Fornes- que son terribles, crecen además exponencialmente, puesto que hace dos semanas estábamos hablando de menos de la mitad de casos».