VALÈNCIA. La bodega valenciana Torre Oria experimentó en 2018 un crecimiento de más de un 40% en su volumen de ventas, que pasó de 13,5 a 19 millones, así como en su beneficio, según las cuentas presentadas en el registro mercantil. La facturación fue positiva tanto en el mercado internacional como en el nacional.
Según señalan en un comunicado, la mejora de los resultados ha pesado el éxito de productos con alto valor añadido en cuanto a innovación, principalmente en los mercados internacionales. En 2013 la centenaria bodega, fundada en 1897, estaba en situación de pérdidas. Desde entonces, la inversión acometida y la gestión aplicada por la nueva propiedad, llevó a la compañía a remontar resultados y salir de los números rojos para emprender una senda de progresión sostenida.
Cinco años después, en 2017, se cerró con una facturación de 13,5 millones y con beneficios consolidados; ese mismo año Angels vendió la mayoría de sus participaciones al director general, Eloy Bautista. Desde entonces, la bodega requenense está desarrollando un plan de inversión con el que prevé multiplicar la capacidad de producción, tanto en líneas propias como en la capacidad de almacén.
El plan de crecimiento contempla, además, alcanzar una facturación de 25 millones de euros en los próximos años. “El primero de los objetivos, con todo, es satisfacer al consumidor; esa es nuestra prioridad absoluta”, declara Bautista. Torre Oria produce y embotella tres denominaciones de origen. Fue la primera bodega que elaboró un espumoso bajo la DO Cava fuera del Penedés. Su producción cuenta con éste y otros dos sellos que certifican el origen bajo marcas paraguas: Utiel-Requena y València.