VALÈNCIA. La Bolsa de Valencia fue la que más redujo su beneficio de las cuatro rectoras españoles y, además, la que menos beneficio tuvo. Así, el parqué local presidido por Vicente Olmos presentó un beneficio de 6,37 millones de euros en 2016, lo que representa un descenso del 19,15%. Así lo ha constatado este diario de la base de datos pública de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Se trata de datos individuales porque no hay que olvidar que las cuatro están integradas en el holding de Bolsas y Mercados Españoles (BME), que por cierto ha reducido un 6,6% su beneficio en el primer semestre de 2017 hasta los 80 millones de euros, tal y como informó la pasada semana al mercado.
En esta ocasión, al contrario de lo que sucedió el pasado ejercicio como avanzó Valencia Plaza, las cuatro bolsas españoles recortaron su beneficio anual. Tras la rectora valenciana, y en cuanto a mayor recorte del beneficio se refiere, se situó la Bolsa de Bilbao, que vio como aminoraba un 13,43% hasta los 11,06 millones de euros. De este modo, la diferencia entre la bilbaína y la valenciana va camino de los cinco millones, cuando no hace mucho el parqué local llegaba incluso a superarla.
Sin embargo, conviene tener en cuenta que entonces estaban operativas -y mucho- Bancaja, Banco de Valencia y Caja Mediterráneo-, que canalizaban sus operaciones por la rectora local presidida por Olmos, que sigue trabajando por devolver el brillo de antaño. Actualmente la Bolsa de Valencia tiene una docena de miembros frente a la treintena de hace diez años.
Por lo pronto Olmos ha logrado que el Entorno Pre-Mercado, creado para potenciar el acceso de las 'start ups' a la inversión privada y conocer el funcionamiento del mercado bursátil, esté domiciliado en la 'City' local. Una iniciativa que ya cuenta con cinco miembros tras incorporarse hace dos semanas Cadel Deinking y Navlandis, que se sumaron a las pioneras Biomar, Cuatroochenta y Housers.
Pero ya no se trata de que haya menos intermediarios financieros registrados debidamente en la Bolsa de Valencia sino que las cotizadas locales se puedan contar con los dedos de una mano, lo que representa menos ingresos también. En este sentido, el propio Olmos reconocía hace año y medio a la Revista Plaza que "hay una mezcla de razones culturales e históricas las que están detrás de este reducido número de cotizadas valencianas, porque normalmente han recurrido a las entidades financieras que, hasta la crisis, proveían de financiación suficiente y barata a nuestras empresas". Lo hacía advirtiendo que "una bolsa local tiene sentido como centro de proximidad".
Históricamente Madrid y Barcelona han sido los centros financieros más potentes en España -y actualmente trabajan en lograr atraer empresas británicas tras el Brexit-, pero el pasado año ambas vieron como sus resultados anuales individuales también se redujeron. En mayor medida en lo que al parqué madrileño se refiere, cuyo beneficio se estrechó un 8,42% hasta los 56,19 millones. Pero aún así supera -y de lejos- el beneficio conjunto de las otras tres rectoras.
Por su parte, la Bolsa de Barcelona ganó 17,68 millones de euros a lo largo del pasado ejercicio, lo que representó un recorte del 5,76% respecto a 2015, según los mismos datos individuales oficiales del organismo supervisor presidido por Sebastián Albella.