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la cev prevé más desencuentros con los socios del botánic en año preelectoral

La patronal cambia el paso: del 'buen rollo' con el Consell a buscar su propio espacio

23/01/2018 - 

VALÈNCIA. La relación entre el Consell y la patronal autonómica CEV se adentra en una nueva etapa. La acusación a Podemos y Compromís, dos de los socios del Pacte del Botànic, de atacar a la libertad empresarial marca el inicio de una nueva etapa de la organización que preside Salvador Navarro, cuyo discurso ganará firmeza frente a la administración por la necesidad de forjarse un espacio propio en sus primeros meses como patronal de ámbito autonómico.

La patronal se posicionó el pasado viernes en defensa de uno de sus asociados, el grupo sanitario Ribera Salud, por considerar que las enmiendas presentadas por los dos partidos a la Ley de Salud de la Comunitat para limitar la participación en el capital de las empresas titulares de concesiones sanitarias van directamente encaminadas a perjudicar los intereses de la empresa que dirige Alberto de Rosa.

La defensa de la colaboración público privada como fórmula óptima de gestión de determinados servicios públicos ha sido una de las pocas líneas rojas de la patronal frente al Consell. En general, la administración y la CEV han mantenido un elevado grado de sintonía en cuestiones relevantes y estratégicas para la Comunitat, como la reivindicación del nuevo sistema de financiación o la reclamación de mayores inversiones en infraestructuras. Aunque han existido, las fricciones hasta ahora han sido puntuales.

No obstante, en el horizonte inmediato se dibujan cuestiones que incluso provocan diferencias entre los tres socios del Botànic –PSPV, Compromís y Podemos– y ante las que la patronal adoptará un posicionamiento contundente. Es el caso, por citar algunas, del controvertido plan de depósito de envases (SDDR), la tasa a las bebidas azucaradas, el gravamen a la valorización de residuos o la citada norma que marcar los porcentajes máximos de las empresas titulares de concesiones sanitarias.

El buen rollo que ha marcado las relaciones se ha visto favorecido en gran medida por el distanciamiento que en paralelo se ha producido con el PP de la Comunitat en su nueva etapa en la oposición. Además del liderazgo de la organización autonómica, Salvador Navarro también ha heredado de su antecesor, José Vicente González, una relación cuando menos complicada con la líder del PPCV, Isabel Bonig, cuyo origen se remonta a su etapa como consellera de Infraestructuras del Consell de Alberto Fabra.

El punto de máxima tensión entre los populares y los que teóricamente habían sido sus aliados naturales se alcanzó con la decisión de la CEV de participar en la manifestación del pasado noviembre para reivindicar una financiación "justa" con la Comunitat. La patronal, que en un principio se desmarcó de la marcha al romperse la unidad de los partidos, optó a última hora por sumarse y dejó solo al PP entre los ausentes.

Desde entonces, las relaciones entre Bonig y el empresariado –tanto con la CEV como con la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE)– son inexistentes, un hecho que preocupa en algunos ámbitos de la formación política pero que puede reencauzarse en la reunión que la líder del PPCV y Salvador Navarro mantendrán el próximo 26 de enero.

Este acercamiento al Consell por distanciamiento con la oposición se ha hecho palpable en cuestiones como el elocuente silencio de la patronal a los presupuestos de la Generalitat para 2018.

Foto: KIKE TABERNER

Tensión en año preelectoral

Pero el clima actual de relaciones cambiará de forma inevitable en los próximos meses. Entre los empresarios de la CEV se ha extendido la idea de que las diferencias entre PSPV, Compromís y Podemos comenzarán a visualizarse con mayor claridad a medida que avance el año. La reciente negociación del Presupuesto de la Generalitat, en la que Podemos ha apretado al Consell en cuestiones como el SDDR o la tasa turística para ganar credibilidad entre su electorado ya apuntaba en esa dirección, pero la impresión se ha visto reforzada con las enmiendas de Compromís y Podemos para estrechar el marcaje sobre Ribera Salud.

A ello se unen los propios condicionantes internos de la patronal. La organización empresarial se encuentra en plena definición de sus nuevos órganos de gobierno tras su conversión en confederación de ámbito autonómico. El proceso culminará formalmente en abril con la reelección como presidente de Salvador Navarro, para quien no se prevé que surjan alternativas.

La reconversión formal de la CEV dará paso a una nueva etapa de consolidación en la que la organización tendrá que conjugar la lealtad al Consell en asuntos de interés general con la defensa de sus asociados. Sus ingresos de la patronal dependen cada vez en mayor medida de los ingresos que aportan las empresas asociadas a nivel individual, como la propia Ribera Salud, y el éxito en la captación de nuevos socios dependerá de su capacidad para hallar el punto exacto de tensión con el Consell.

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