La comunidad musulmana conmocionada por la detención de un presunto terrorista en Benetússer

VALÈNCIA. La última operación contra el terrorismo islámico ha tenido uno de sus epicentros en la localidad de L’Horta Sud de Benetússer. Allí, desde primera hora de la mañana del miércoles, agentes de la Policía Nacional han registrado un domicilio de la calle Madrid desde donde un hombre marroquí de 45 años, Nour Eddine B., presuntamente adoctrinaba como miembro activo de la denominada “yihad de la palabra". Sus actividades proselitistas le habían convertido en una amenaza real contra la seguridad pública al emplear las redes sociales para llevar a cabo un efectivo adoctrinamiento terrorista, fundamentado en la difusión de contenidos violentos, inicialmente en favor de Al Qaeda y, en la actualidad, del grupo terrorista Daesh.

La policía informó de que a través de la utilización de distintos perfiles virtuales, bajo nombres asociados a la épica yihadista, el detenido, publicaba reiteradamente mensajes sobre adiestramiento en tácticas de combate, ensalzamiento de atentados yihadistas cometidos por  el DAESH en Europa, Siria y otros países, haciendo especial hincapié frente a sus seguidores en conceptos radicales básicos, antesala de cualquier actividad terrorista: “la yihad es un deber ineludible”, al igual que, “la imposición de la Sharía, de la lucha y la acción contra el enemigo”.

Sin embargo, la comunidad musulmana de Benetússer se mostró consternada e incrédula ante la detención. Mohamed, un fiel de la mezquita, aseguraba a Valencia Plaza que “no me puedo creer de Nour Eddine haya hecho lo que dicen. Nunca ha tenido un discurso radical”. De hecho, la integración en su comunidad era tal que, desde hace 15 días sustituía al Imán de la mezquita que se marchó hace tres meses.

“En sus labores como Imán nunca ha dicho nada raro, al revés, siempre ha mantenido un discurso muy normal”, asevera Mohamed. Explica este joven que “si ha hecho lo que dicen que ha hecho, que caiga todo el peso de la ley sobre él. Pero estoy seguro que es un error, que él no ha hecho nada de lo que dicen que ha hecho”. “Su vida son su mujer y sus hijos”, apostilla.

Según quienes le conocen, el presunto terrorista es una persona muy tímida que acude todos los días al menos una vez a rezar en la mezquita. A veces lleva a su hijo, un niño pequeño que este martes veía como la policía se llevaba esposado a su padre desde el balcón de su casa.

Miedo

La comunidad musulmana de Benetússer, una de las más amplias de la zona, no solo se ha mostrado conmocionada con la detención, también asustada. Un hombre asiduo a la mezquita asegura que “nos detienen por leer o por compartir cosas en Facebook. Nosotros no sabemos quién ha hecho los vídeos, pero nos llegan rebotados de conocidos de otros países. Sí, vemos los vídeos, pero eso no significa que seamos terroristas. Nos detienen por leer”.

Este hombre dice que “este tipo de situaciones hacen que se cree desconfianza hacia ellos”. Asegura que en la mezquita de Benetússer no hay nadie radical. Valencia Plaza ha consultado a fuentes de interior que explican que “la mezquita de Benetússer no es, ni mucho menos, problemática. De hecho, hasta hoy nunca ha habido una detención en la zona”.

Radicalización

Sí que dicen estas fuentes que las radicalizaciones de personas a priori normales e integradas se ven cada vez más. De hecho, hace seis meses otro fiel de la mezquita, un joven de 33 años llamado Samir casado y con dos hijas pequeñas, salió una mañana de su casa y nunca volvió.

Al parecer, y según las pesquisas realizadas por la Guardia Civil, se marchó a Siria a combatir con el Daesh. Ni su mujer sabía de sus intenciones. El viaje de Samir ha supuesto identificaciones y varios interrogatorios para algunos miembros de la comunidad musulmana. Los fieles de la mezquita creen que Samir murió combatiendo en Siria.