Foto: EDUARDO MANZANAVALÈNCIA. El encarecimiento de las materias primas sigue asfixiando a la construcción y el sector sigue avisando de las graves consecuencias que están padeciendo. El decreto del Gobierno, que regula la revisión de precios de los contratos de obra pública, no ha sido suficiente y la industria avisa de que, como ya viene sucediendo, muchas licitaciones seguirán quedando desiertas y se seguirán parando actuaciones.
Lo cierto es que las subidas llevan produciéndose desde el pasado año, pero la invasión de Ucrania ha incrementado los costes. Ello está provocando que un número significativo de contratos de obra se haya quedado desierto al no poder asumir los contratistas el precio, que excede en muchos casos el margen de riesgo a soportar en todo contrato público.
Ante esta situación, el Gobierno aprobó un decreto para compensar a las empresas con hasta un 20% del presupuesto, cuando el precio de los materiales siderúrgicos, materiales bituminosos, aluminio o cobre haya excedido del 5%. Sin embargo, excluía la energía y materiales como la madera que registran importantes subidas, por lo que sus efectos no están siendo los deseados.
Así lo expresó el presidente de la Federación Valenciana de Empresarios de la Construcción (FEVEC), Francisco Zamora, en una mesa redonda que analizaba la coyuntura actual, en el marco de la VI edición del International Real Estate Academic Congress (AIRE). "Estamos en estos momentos en una ruleta rusa en la que es imposible hacer una predicción de presupuesto", recalcó para señalar que, pese a la revisión del Gobierno, es "inviable" ejecutar proyectos porque los precios siguen sin ser asumibles. "Es un desastre. Tienen que cambiar el modelo", remarcó.
"Cuando pedimos un precio a un proveedor es para 15 días. Es más, en muchos casos nos dicen que si queremos que nos respeten el precio tenemos que pagar por adelantado y almacenar la materia prima para tener la seguridad de que se va a mantener su valor. Por eso digo que esta situación es una ruleta, porque no sabemos a qué precio van a estar los materiales", expuso.
En este sentido, Zamora explicó que el sector se encuentra con dos problemas a la hora de ejecutar un trabajo en función de si es para la iniciativa privada o la Administración pública. En el primero de los casos, se están intentando llegar a acuerdo para "cuadrar las singularidades del proyecto para que se pueda ejecutar la obra". "Los costes del ladrillo da igual que sean para vivienda de protección oficial o renta libre porque vale lo mismo el ladrillo en Valencia que en Mislata. La diferencia es el precio de venta de suelo", señaló.
No obstante, en el caso de los contratos con la Administración la situación es distinta. Y es que, como relató, primero se encarga la obra, tras una previa autorización del proyecto, se redactan los pliegos, "se mete en un cajón y se licita un año o dos después de que esté el proyecto", lamentó. "Por tanto, el precio del proyecto básico que había puesto el técnico no tiene nada que ver con el que se va a ejecutar dos años después".
Y ahora, con la incertidumbre actual, el escenario se complica aún más. "Se quedan obras paralizadas y desiertas porque es imposible ejecutar esos precios", incidió. De hecho, entre 2021 y los dos primeros meses de este año, solo en la Comunitat Valenciana se quedaron desiertas 133 obras públicas valoradas en 79,4 millones de euros. En concreto, fueron 118 las licitaciones que se quedaron sin adjudicarse el pasado año y en 2022 son ya 15, de las 392 licitaciones lanzadas por las diferentes Administraciones públicas: Estado, Generalitat Valenciana, Ayuntamientos y Diputaciones, según datos de la Federación de Contratistas de Obra Pública de la Comunitat Valenciana (Fecoval).
Por tanto, Zamora insistió en la necesidad de cambiar el modelo para evitar que se siga produciendo esta situación y que muchas empresas se queden por el camino. Porque, por el momento, el sector sigue estrangulado y los precios para actuaciones públicas siguen dejando a muchas compañías por el camino.
