VALÈNCIA. José María Corbín, cuñado de la fallecida alcaldesa de València Rita Barberá y principal imputado de la operación Azud, presuntamente creó su propia Gürtel para lucrarse personalmente. Según fuentes conocedoras del caso, la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) investiga al cuñado de Barberá por, entre otros delitos, crear facturas falsas que justificaran las mordidas que supuestamente le pagaron varios empresarios contratistas del consistorio valenciano entre los años 2006 y 2015.
Así, José María Corbín -Pepe para sus amigos y conocidos- habría hecho lo mismo por lo que fueron condenados los cabecillas de la trama Gürtel, Francisco Correa, Pablo Crespo y Álvaro Pérez. El tridente ‘gürteliano’ creaba facturas falsas para justificar servicios que nunca prestaron a las empresas que financiaban irregularmente las campañas del PP de Francisco Camps. De hecho, así lo afirma una sentencia de la Audiencia Nacional. La única diferencia de la Gürtel de Corbin es el fin de los fondos.
A diferencia de la trama original que recaudaba para financiar al PP, el cuñado de Barberá presuntamente se aprovechó del nombre de su cuñada, y de la posición de poder de su mujer, Asunción Barberá -jefa de gabinete y hermana de la alcaldesa- para hacer pasar por caja a los empresarios con el único fin de lucrarse personalmente. El método de cobro era, presuntamente, el mismo: la elaboración de facturas por servicios no prestados o infladas por servicios menores.
Valencia Plaza preguntó a los investigadores el motivo por el que Corbín tardó tantos años en abrir su particular negocio, pues comenzó en el año 2006 cuando su cuñada era alcaldesa desde 1991. La respuesta fue que, según las investigaciones realizadas hasta el momento, el cuñado de la alcaldesa de España pasaba un mal momento económico en el año 2006 y necesitaba ingresar efectivo.
Así fue como vio una ‘ventana de negocio’ que hasta esa fecha no había visto y, utilizando todo su poder como pariente de Barberá y su jefa de gabinete, hizo pasar por caja a empresarios contratistas del consistorio. Empresas que trabajaban ya desde hacía años como Secopsa, Cleop, o Acciona, que firmó al contrato de saneamiento ese mismo año 2006.
Durante tres mandatos, la trama presuntamente liderada por Corbín hizo negocio de los contratos municipales. Sin embargo, el chollo se le terminó en 2015. Aquel año, la corrupción hizo mella y Barberá perdió el gobierno municipal, que pasó a manos de Compromís y PSPV.
Tras la debacle electoral de su cuñada, el despacho de José María Corbín pasó de facturar una media de 600.000 euros al año a 40.000 euros por ejercicio. Es más, llegó a perder en algún ejercicio más de un millón. Ese dato, junto con una inspección de la Agencia Tributaria abrieron la lata de los gusanos que han terminado con su detención e ingreso en prisión
Más allá del delito de falsedad documental, el cuñado de Barberá se enfrenta a otra ristra de acusaciones como son cohecho, blanqueo de capitales, delito contra la Hacienda pública y tráfico de influencias. Por todo ello, y por la posibilidad de destrucción de pruebas, el otrora todopoderoso José María Corbín duerme en la cárcel de Picassent desde el jueves.
El otro principal acusado es un amigo íntimo de Corbín, el también letrado Diego Elum, que fue detenido junto al primero cuando los agentes de la UCO pusieron en marcha la operación. La diferencia entre ambos es que Elum simplemente habría sido lo que se conoce como ‘facturero’, es decir, que habría puesto su despacho profesional al servicio del cuñado de Barberá para emitir también supuestas facturas falsas.
Pero Elum, tal y como se desprende de la investigación, no habría ideado ni ejecutado el plan para conseguir las supuestas mordidas de cerca de cuatro millones de euros en diez años. Por eso, la magistrada, a diferencia de su compinche, no decretó prisión para Elum y le dejó en libertad con cargos y retirada de pasaporte.