VALÈNCIA. Renovarse o morir, una reflexión que en el ámbito empresarial podría trasladarse a internacionalizarse o desaparecer. Esa podría ser una de las conclusiones del desayuno organizado por Valencia Plaza junto a Cámara Valencia, el ICEX y el Ivace. Un encuentro que sirvió para poner encima de la mesa la importancia de salir al exterior. Y es que si hace 25 años dar el salto a mercados exteriores era una opción, ahora es una obligación para aquellas compañías que quieren ser realmente competitivas. Una entrada a países extranjeros que en ningún caso debe afrontarse como una mera aventura al exterior, sino que debe estar planificada y bien estructurada para que tenga éxito. "La internacionalización no es una aventura sin más, sino una estrategia empresarial a la que hay que ir preparado", subrayó Dolores Parra, directora general de Internacionalización del Ivace.
Al encuentro asistieron, además de Dolores Parra; Cristina Martínez, directora territorial de Comercio (ICEX); José Vicente Morata, presidente del Consejo de Cámaras de la Comunidad Valenciana y Presidente de la Cámara Valencia; Amparo Bertomeu, presidenta AED Comunidad Valenciana; Luis Vera, director de Relaciones Institucionales de Idai Nature; Manuel Minguez, director de la Oficina de Valencia de Elzaburu; Bernardo Abril, director de Globalexportise Intelligence & Marketing Services; Félix Blasco, director Comercial de Blasco &Vila; Vicente Raga, gerente de Jamondul y Pepe Legua, CEO de Legua. También participaron Juan Antonio Edo, director de Expansión International Technology 3d Printers; Arantxa Viñals, responsable de Análisis y Estudios e Internacional REDIT; Teresa González, socia de Queen of Truffles y Omar Benaisa, responsable de Exportación de Jumel.
Este encuentro se celebró en el marco de la celebración del Go Global Congreso, una cita que tuvo lugar los días 19 y 20 de noviembre en el recinto de Feria Valencia y que contó con la asistencia de más de 1.700 empresas. Un evento que nació hace cuatro años de la colaboración entre el ICEX, la Conselleria de Economía y Cámaras de la Comunidad Valenciana con un objetivo claro: ayudar a las empresas a crear su propio itinerario en base a su nivel de internacionalización. "Se trata de aportar las herramientas necesarias y que necesita la empresa para salir al exterior. Año tras año hemos ido recogiendo sus aportaciones y gracias a esa escucha permanente, el congreso de este año ha sido un éxito", destacó Parra.
Una coordinación de tres instituciones que Cristina Martínez, directora territorial de Comercio (ICEX), también quiso poner en valor. "El Go Global es un trabajo conjunto de tres administraciones independientemente de los intereses de cada una. Hemos evolucionado mucho. Nunca hemos querido ser demasiado atrevidos y por eso empezamos de forma muy humilde y escuchando a las empresas intentamos implementar lo que se nos pide. Cada año hay más asistentes y vamos incorporando las nuevas actividades que nos piden", señaló.
De hecho, varias de las empresas presentes no escatimaron a la hora de valorar esta iniciativa como un "regalo" para ayudarlas en la búsqueda de nuevas oportunidades. En este sentido, Vicente Raga, gerente de la empresa de jamones Jamondul recordó como en sus inicios la compañía vendía a tiendas más tradicionales, pero se decantó por entrar en nuevos destinos porque la distribución exclusiva en el mercado nacional no veía que tuviera futuro. "Soy un defensor de la exportación porque si no piensas en el exterior, mañana no vas a estar. No se puede depender de un único mercado. Esto es una maratón y como un árbol al que hay que cuidar", subrayó. De hecho, el 95% de las ventas de esta compañía se distribuye por los cinco continentes.
¿Cómo hacerlo? Planificando una estrategia. "Hay que definir hacia dónde vamos, ver el tamaño de las empresas, detectar los problemas y estudiar cuáles son los mercados preferentes", apuntó el presidente de Cámara Valencia, José Vicente Morata. "El tamaño es clave para la exportación porque a mayor volumen, más posibilidades porque también hay más recursos. Pero hay que hacer fácil lo difícil y para que funcione, se necesita estrategia", insistió.
Teresa González, socia de Queen of Truffles, lamentó la continua identificación que hay de la trufa con Italia y Francia, cuando subrayó que el 40% de la producción es española. "En nuestro caso, que es un producto de nicho, es difícil encontrar un distribuidor y congresos como este permiten esos contactos", enfatizó. Eso sí, quiso dejar claro que es necesario pelear más por el origen España como hace años pasó con el aceite de oliva. "Hemos sido cómodos en el tema de la exportación. No hemos peleado por el origen ni por sacar nuestra banderita fuera. Se ha primado la comodidad de vender cantidad y sacar producto y ahora cuesta porque al final quien ha educado e invertido en su marca han sido otros países", lamentó.
Luis Vera, director de Relaciones Institucionales de Idai Nature, destacó la ayuda que desde el primer momento la compañía ha recibido de estas tres instituciones, un apoyo que ha permitido que la empresa exporte en 35 países y cuente con oficinas en Suiza, EEUU o Argelia y también con una planta en Colombia. "Ese proceso hubiera sido imposible sin la ayuda de estas tres instituciones y sus grandes profesionales que trabajan con la máxima entrega", destacó.
Por su parte, Omar Benaisa, responsable de Exportación de Jumel, empresa dedicada a la fabricación de confituras y salsas, consideró que el camino de las empresas hacia la internacionalización es "un acto de fe". "Hay que creer en ello, querer y motivarse porque la atomización que nos encontramos fuera no puede ser la misma en España", resaltó. A lo largo de su historia, la compañía ha pasado de tener presencia en tres países a estar consolidad en 25.
Fue la crisis económica lo que impulsó a varias empresas a tomar la decisión de explorar nuevos mercados. Según incidió Arantxa Viñals, responsable de Análisis y Estudios e Internacional REDIT, este escenario propició un cambio de mentalidad en el tejido empresarial valenciano que supuso que la nuevas generaciones pensaran de otra forma y se atendiera a la imperiosa necesidad que había de exportar. Una idea compartida por la directora territorial de Comercio (ICEX), quien apostilló que la parte positiva de la crisis fue abrir los ojos y demostrar a las empresas que la partida no se jugaba solo en España. "Hay mucha competencia y tenemos que ser los mejores para ubicarnos en los mercados", remarcó.
Por otro lado, Arantxa Viñals defendió la planificación de acciones concretas en innovación para no precipitarse y actuar de forma improvisada. "Debemos fomentar que las empresas sean tractoras de pymes para la internacionalización de otras y hacer labores de evangelización de la innovación", insistió.
Al respecto, Juan Antonio Edo, director de Expansión International Technology 3d Printers, lamentó la falta de inversión en materia de innovación que se hace en España por parte de las empresas. A su juicio, se trata de una cuestión de falta de diferenciación entre inversión y gasto. "En España somos líderes en desarrollo e impresión en 3D, pero estamos a la cola en implementación y muchas empresas hemos tenido que salir fuera por supervivencia. Mientras que en zonas como el País Vasco o Navarra no te preguntan por el precio, en el resto de España hay que hacer una evangelización", explicó. Para Edo, un escenario de incertidumbre puede convertirse en un "acicate para abrir los tentáculos y entrar en nuevos mercados". "Lo mejor es tener peras en varias cestas, pero sin olvidar el mercado nacional", apostilló.
Manuel Mínguez, director de la Oficina de Valencia de Elzaburu, puso el acento en la necesidad de que las empresas entiendan que la innovación "debe ser su core" porque solo de esa manera los productos tendrán "mucha más salida". "Esto es una maratón. A base de invertir tendremos un retorno. La internacionalizaron no se basa en que te guste un mercado, sino en dónde se puede competir. Con más I+D+i, hay más posibilidades de éxito. El problema es que las pymes se piensan que la innovación es cosa de multinacionales, pero no es así", recalcó. Pero, además, sostuvo que de cara a conseguir éxito en otros mercados hay que planificar una estrategia de internacionalización de manera organizada y estructurada para garantizar que los pasos que se toman son firmes.
Y es que como señaló Bernardo Abril, director de Globalexportise Intelligence & Marketing Services, "la exportación tiene muy poco de aventura y mucho de proyecto empresarial". "Se trata de hacer un planteamiento porque es cierto que en los inicios de un proyecto de exportación existe un riesgo de mortandad porque no es barato invertir y se necesitan recursos. Por eso debe ser una estrategia dirigida", reivindicó para señalar que "si hace 25 años exportar era una opción, ahora es una obligación para poder competir" si la empresa tiene un determinado tamaño.
No obstante, para muchas empresas dar ese salto es todo un reto. Como recordó Félix Blasco, director Comercial de Blasco&Vila, el tejido industrial valenciano está compuesto por pequeñas empresas y "cada una hace la guerra por su cuenta". "Nos falta agruparnos por sectores y grupos. Es una autocrítica. Somos incapaces de ver la suma, sino que vemos la resta. El punto débil del empresariado español es la mentalidad que tiene de no perder su soberanía y no querer juntarse", subrayó.
Internacionalizarse o morir. Con esta tajante afirmación Amparo Bertomeu, presidenta de AED Comunidad Valenciana, incidió en que las empresas no pueden dejar escapar la oportunidad de estudiar nuevos destinos, aunque admitió que existen algunas debilidades en el camino, como encontrar los canales de comercialización más adecuados para cada mercado. "Vamos hacia una incertidumbre enorme a nivel global y hay que ver cómo podemos gestionarla de cara a establecer una estrategia de internacionalización. Si no apuntas, estás muerto porque el mundo se mueve muy rápido", manifestó.
De cara al futuro, Pepe Legua, CEO de Legua, consideró que lo que necesitan las empresas son nuevos profesionales bien formados con un aprendizaje continuo, personas que aporten nuevos conocimientos y visión del mundo a los más veteranos. "Tenemos que estar actualizados en este aspecto. Hace falta que las universidades den a las empresas un soporte", destacó.
Por su parte y a modo de conclusión, Morata incidió en la innovación y la digitalización como elementos claves en el devenir de las empresas exportadoras. "Hay que tener empresas perfectamente capacitadas y tenerlas de diez. Los problemas siempre han existido, pero a veces el exceso de información agobia porque, pese a todo, seguimos creciendo en exportaciones en Japón y EEUU. Si la empresa no est´ preparada para el día a día no tiene futuro. Mi recomendación es internacionalización, pero con innovación y digitalización", concluyó.