Lázaro Sánchez (Incarlopsa): “De ESIC me llamó la atención el nivel de exigencia en la metodología"

VALÈNCIA (VP). Tu relación con Incarlopsa viene de lejos.

Sí, mi incorporación al mundo laboral fue en el año 1994 en mi actual empresa (Incarlopsa), y concretamente en la sección de expediciones.

Mi trabajo consistía en la preparación de pedidos y en la carga de camiones, y fue una etapa que recuerdo con mucho cariño, porque es donde realmente se adquieren gran parte de los valores de la empresa, y en mi caso, donde empecé a marcarme unos objetivos a nivel profesional y personal.

¿Cuál fue tu desarrollo a lo largo de los años?

En el año 1999 en Incarlopsa, se construyó una planta de envasado de productos frescos para dar servicio a una gran distribución, y fue ahí donde comencé a avanzar profesionalmente, ocupando el puesto de responsable de producción. Fueron años de mucho trabajo, en el que había que superar la curva de aprendizaje, pero estaba rodeado de un gran equipo humano, dispuesto a asumir cualquier reto que pudiera surgir.

Posteriormente, en el año 2002, se puso en marcha en Valencia el proyecto Martínez Loriente, cuyo objetivo era proveer de productos frescos y elaborados a una gran distribución nacional, formando parte de esta sociedad Incarlopsa.

Tuve la suerte de poder formar parte de ese proyecto, gracias a la oportunidad que me dio la empresa, suponiendo un reto muy importante, tanto a nivel profesional, como en el plano personal, ya que llevaba implícito un cambio de residencia, y con niños muy pequeños es complicado.

Fue en Martínez Loriente donde me desarrollé profesionalmente, en un entorno de cultura del esfuerzo, la formación continua, y el estar rodeado de grandes profesionales con mucha experiencia en sus áreas de influencia.

De forma progresiva fui trabajando en diferentes puestos de responsabilidad en producción, hasta ocupar la Dirección de Operaciones en el año 2008.

En el año 2016 la empresa fue vendida, y en el año 2017 me ofrecieron la oportunidad de volver a INCARLOPSA en la Dirección de Producción, y aquí sigo a día de hoy, con mucha ilusión y con muchas ganas de seguir creciendo como profesional y como persona.

¿En qué momento decides hacer un máster?

Durante mi trayectoria profesional, siempre he procurado reciclarme a nivel formativo cada cierto tiempo, de hecho, este es el tercer máster que curso, aunque sin lugar a duda es el más exigente.

Decido cursar este máster en el año 2020, pero con la llegada del covid-19, retraso el comienzo al mes de abril del 2021.

La decisión está motivada por la necesidad de actualizar mis conocimientos, teniendo en cuenta que vivimos en un entorno que cambia a la velocidad del sonido, y si no te reciclas, es muy difícil seguir el ritmo de exigencia que rodea el mundo de la empresa.

¿Por qué en ESIC?

El motivo de elegir el Executive MBA de ESIC viene motivado por el contenido del programa, que está enfocado a adquirir conocimientos en la gestión global de la empresa, lo cual es común en este tipo de programas, pero lo que más me llamó la atención es el nivel de exigencia en la metodología, que viene dado por la acreditación a nivel internacional AMBA, lo cual he podido comprobar en este año y medio de programa, que unido al prestigio de ESIC, era la combinación diferencia que estaba buscando.

¿Qué ha supuesto tu paso por ESIC?

Para mí ha sido un proceso de transformación a nivel profesional, dentro de un contexto de un gran esfuerzo y sacrificio a nivel personal, porque no es fácil seguir el ritmo del programa, pero con la ayuda de tu entorno familiar, que para mí son los más mérito tienen, al final llega la recompensa.

He tenido la suerte de poder compartir esta experiencia con un grupo de compañeros/as de una gran calidad humana, nos hemos ayudado en los momentos difíciles, y de los que me llevo su amistad, que para mí es lo más importante.

¿Qué valor te ha aportado disfrutar de un Proceso de Coaching Ejecutivo personalizado durante tu Máster?

El proceso de coaching, el cual he realizado con Raquel Davó, una gran profesional a la que le estoy enormemente agradecido, me ha servido para mirar dentro de mí, conocerme mejor como persona y como profesional, saber cuáles son mis puntos débiles a nivel competencial para mejorarlos, y cuáles son mis puntos fuertes para potenciarlos.

También me ha servido para poner en valor los retos conseguidos durante estos años, porque a veces vamos tan deprisa que perdemos la perspectiva, y eso nos hace no apreciar nuestra evolución, la cual hay que poner en valor para seguir mejorando.

Considero que es un ejercicio que todos debemos hacer cada cierto tiempo, para ordenar nuestras ideas y alinear nuestros planes de acción hacia objetivos concretos.

¿Cómo valoras las soft skills a nivel curricular?

Yo creo que un CV no se puede recoger ciertas soft skills que se aprecian cuando hablas con una persona, te cuenta su trayectoria profesional y personal, y observas cómo se comporta.

Hoy en día, el 80 % del éxito en una entrevista de trabajo viene dado por cómo tenga de desarrolladas estas habilidades, que son fundamentales para el desarrollo y crecimiento de cualquier modelo de negocio.

Por suerte, no he necesitado realizar muchas entrevistas de selección, y creo que hay algunas habilidades con la que me identifico, como puede ser el compromiso, la resiliencia, la flexibilidad, toma decisiones, y ahí otras que indudablemente tengo que mejorar, lo importante es tenerlas identificadas.

Ahora que estás al otro lado ¿Qué competencias valoras cuando incorporas una persona a tu equipo?

Yo valoro mucho la actitud, el compromiso, la capacidad para asumir retos, el trabajo en equipo. Considero que la formación técnica se puede adquirir, pero las soft skills algunas son innatas de la persona, aunque indudablemente se pueden desarrollar si se trabajan de forma específica, y la persona está dispuesta a realizar ese esfuerzo personal.

Y si solo pudieras elegir una de las competencias anteriores para esa incorporación, ¿cuál sería?

Indudablemente la “actitud”, con esta competencia se puede conseguir cualquier objetivo.

¿Algún consejo que te deberías haber dado a ti mismo?

No soy muy dado a dar consejos, pero le diría que enfocase su vida profesional de una forma más reflexiva, con la misma actitud y capacidad de asumir retos, pero buscando más el equilibrio entre la vida familiar y profesional.

Que nunca dejara de formarse, el conocimiento es un patrimonio propio, y que se rodee de buenos profesionales y buenas personas.