VALÈNCIA (EP). El saldo migratorio positivo de 216.244 personas compensó el saldo vegetativo negativo de 153.167 personas que experimentó la población española durante el año pasado debido a la pandemia de la Covid-19, según los datos provisionales de las Cifras de Población de la Estadística de Migraciones del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Así, a 1 de enero de 2021, la población en España se sitúa en 47,4 millones de habitantes lo que supone un nuevo máximo histórico, aunque el ritmo de crecimiento se moderó con respecto a años anteriores debido a la pandemia.
En concreto, en 2020 se produjo un incremento del 0,13%, pasando de los 47,3 millones de habitantes en 2019 a 47,4 millones en 2020, frente al crecimiento del 0,84% que se registró entre 2018 y 2019, cuando la población aumentó en 395.554 habitantes.
Con este crecimiento, positivo por quinto año consecutivo, se alcanza un nuevo máximo histórico desde el comienzo de la serie, según se desprende de la estadística. Si bien, este crecimiento poblacional se debió al incremento de la población de nacionalidad extranjera, ya que la de nacionalidad española se redujo.
En concreto, el número de extranjeros aumentó en 149.011 personas durante 2020, hasta un total de 5,4 millones a 1 de enero de 2021. Este incremento respondió, en su mayor parte, a un saldo migratorio positivo de 230.026 personas.
Por el contrario, la población de nacionalidad española se redujo en 87.402 personas. Esta evolución fue resultado de un saldo vegetativo negativo (de 198.670 personas) y de un saldo migratorio también negativo (13.782 personas), que no se vieron compensados por las adquisiciones de nacionalidad española, que afectaron a 126.164 personas, según datos provisionales.
Si solo se tiene en cuenta a las personas de nacionalidad española y nacidas en España, esta población descendió en 183.299 personas en el año 2020, según los datos del INE.
Atendiendo a las nacionalidades, los mayores incrementos se dieron en la población colombiana (36.726 más), venezolana (22.018) y marroquí (15.221). Mientras, los mayores descensos se dieron en la población de Rumanía (7.132 menos), Ecuador (5.293 menos) y Bulgaria (1.831 menos).
Por comunidades autónomas, la población creció durante 2020 en 12 de ellas, destacando en primer lugar Baleares (con un crecimiento del 0,7%), Murcia (0,6%), Canarias y Comunidad Valenciana (con un 0,3% de aumento en cada una de ellas). Donde más bajó fue en Castilla y León y Asturias (con descensos del 0,6%) y en Extremadura (con una caída del 0,4%).
De la estadística del INE también se desprende que el saldo migratorio de España con el exterior fue positivo en 216.244 personas durante el año 2020, invirtiendo la tendencia creciente iniciada en 2013.
Así, un total de 465.721 personas procedentes del extranjero establecieron su residencia en España, la cifra más baja desde 2016, y un 37,9% menos que en 2019. Por su parte, 249.477 personas abandonaron España con destino a algún país extranjero, un 15,8% menos que en el año anterior.
En cuanto a la migración exterior de los españoles, el saldo migratorio de los españoles con el exterior fue negativo en 2020, tras dos años en positivo. En concreto, fue de 13.782 salidas netas hacia el exterior. Este saldo fue consecuencia de una inmigración procedente del extranjero de 52.511 personas y de una emigración al exterior de 66.293.
El INE precisa que la llegada de españoles no consiste fundamentalmente en una inmigración de retorno, sino también de personas con nacionalidad española no nacidas en España. Así, 23.916 personas de las 52.511 que inmigraron habían nacido en España.
La población de nacionalidad española que llegó a España en 2020 procedía, principalmente, de Reino Unido (4.959 personas), Venezuela (3.896) y Ecuador (3.895). Por su parte, los mayores receptores de emigrantes españoles fueron Reino Unido (15.085 personas), Francia (8.881) y Estados Unidos de América (5.588).
Además, el estudio muestra que de las 249.477 personas que abandonaron el país en 2020, un 18% siempre habían residido en España, mientras que el resto (82%) habían inmigrado en algún momento anterior.
Si se observan los años de llegada, estos se concentran en los dos y tres años previos a la salida, es decir, hay más emigraciones entre los que llegaron en los años recientes. Esto puede ser debido al fracaso de su proyecto migratorio, mientras que los que llegaron en años previos pueden haber conseguido ya cierta estabilidad, según precisa el INE.
Entre las nacionalidades extranjeras que más emigraron en 2020 se observan comportamientos diferentes. Así, de los 26.073 rumanos que emigraron, el mayor número de entradas se concentró en 2017 y en 2007. Y de los 17.671 marroquíes que emigraron, habían llegado a España en mayor medida en años más recientes (2017 y 2018). Por su parte, de los 13.293 británicos que emigraron en 2020, el mayor número de llegadas a España se produjo durante 2017.
Por otro lado, atendiendo a las migraciones interiores, los mayores saldos migratorios entre comunidades durante 2020 se dieron en Castilla-La Mancha (8.752 entradas netas), Comunidad Valenciana (5.043) y Galicia (4.593). En Andalucía, Principado de Asturias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha o Galicia el saldo aumentó notablemente respecto a años anteriores e incluso cambió de signo en alguna de ellas.
Mientras, la Comunidad de Madrid, Cataluña y Baleares presentaron los saldos más negativos. En Comunidad de Madrid y Baleares el saldo migratorio con el resto de España fue negativo por primera vez desde 2011.