VALÈNCIA. Debería haberse puesto en marcha hace cuatro años, con el anterior gobierno municipal de Rita Barberá. Dos años después del cambio de gobierno en el consistorio, ya está sobre la mesa. La nueva Ordenanza Reguladora de los Mercados de Distrito comenzó este jueves a ser realidad. Durante la sesión plenaria ordinaria de noviembre se aprobó de manera inicial.
La propuesta contó únicamente con el apoyo del Govern de la Nau y la abstención de PP y Ciudadanos. Una abstención motivada más por cuestiones de forma que de fondo. Así, los concejales de estos grupos, María Jesús Puchalt por el PP, y Fernando Giner por Ciudadanos, aseguraron que, pese a estar de acuerdo con el contenido, no podían respaldar su aprobación porque habían recibido las quejas de tres presidentes de mercados “que no habían tenido acceso al texto en cuestión”.
Una crítica ante la que el delegado de Comercio, Carlos Galiana, explicó que la redacción de la nueva norma se ha efectuado en el seno de la Comisión Técnica de los mercados municipales, dentro del Consejo Local de Comercio. Una vez elaborado el texto, todos los presidentes y presidentas fueron informados y han podido acceder a él, dijo.
Entre las principales novedades que resaltan de esta ordenanza, en la práctica un aggiornamento de la anterior, una de las más relevantes es que se mantiene la filosofía de los mercados como lugares de abastecimiento para la ciudadanía. Eso se traduce en que no se contempla la posibilidad de que se instalen puestos de hostelería, con lo que se renuncia a extender el modelo del Mercado de Colón.
Otro aspecto destacable es que se contempla que los puestos que queden vacíos puedan ser empleados por miembros de la tira de contar que así lo soliciten. Con ello se pretende abrir la posibilidad a que estos agricultores puedan accedan al público con sus productos de temporada de manera directa, favoreciendo así que tengan más posibilidades de ingresos al eliminar intermediarios.
Entre los aspectos más polémicos, auténtica “caja de truenos” en palabras de fuentes cercanas a los mercados municipales, se encuentra la posibilidad de abrir por las tardes, un dilema que ha estado planeando desde hace tiempo. La ordenanza deja la opción abierta (valga la redundancia) y contempla que sean los propios comerciantes los que decidan.
Entre las alegaciones que tienen previsto hacer desde los mercados municipales, fuentes consultadas dieron por seguro que entre ellas se encontraría la necesidad de regular la presencia de los grupos en los mercados, ya no sólo turísticos, un problema que afecta especialmente al Mercado Central. Son varias las posibilidades que se manejan y van desde marcar unos horarios concretos a limitar el número de personas.
En el pleno Galiana concluyó su intervención reiterando la apuesta del ayuntamiento por los mercados municipales y como ejemplo recordó las cifras de inversión dedicada a ellos los últimos años: 288.000 euros en 2014, 538.000 euros en 2015, 1,4 millones en 2016, 2,3 millones en 2017 y los 3,6 millones previstos en el presupuesto del año que viene.