VALENCIA. El pasado año 31 de octubre de 2014 este diario publicaba un decálogo urgente de las 'películas de terror que ya deberías haber visto'. La necesidad por parte del público de encontrar filmes capaces de reactivar un género que vivió su época dorada durante los 70 y 80 ni se hizo esperar ni ha cesado.
Decenas de miles de personas -camino de cientos de miles- han leído desde hace exactamente un año la primera de esas listas que, 12 meses más tarde, se reabre con una serie de títulos actuales que reinterpretan el género desde este mismo 2015, con raíces en el western o en ese tono de grabación tan ingenuo que catapultó El proyecto de la bruja de Blair (Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, 1999).
Estas son otras 10 propuestas de la incesante aunque muy irregular producción cinematográfica de terror:
Una propuesta mucho más fresca, con todas las trazas de haberse fijado en los excepcionales réditos de baja producción y mucha taquilla del género (El proyecto de la bruja de Blair, Paranormal Activity...), es La visita. Una acción nada casual, decidida, porque el que durante cinco años fuera capaz de encadenar el rodaje de El sexto sentido, El protegido, Señales y El bosque llega ahora con esta cinta que bordea el telefilme de sábado en la sobremesa, pero que se eleva con un domino del susto, la imagen turbadora de lo cotidiano y una historia más que aceptable para completar una buena propuesta del terror más actual.
La película se estrenó en España, aunque en muy pocas salas, por lo que se encuentra en fase de edición a DVD y otros formatos.
Tener en el currículo Dos colgaos muy fumaos en Navidad (2011) no es la mejor de las referencias, pero la película fue muy bien recibida en la última edición del Festival de Sitges. Max Cartwright (Taissa Farmiga) eshija de una actriz que se hizo famosa por un papelito en una película tipo Viernes 13. De repente se ve metida, sin quererlo, en una especie de remake en la vida misma (o no) del guión de esa misma cinta y tendrá que reunir a las compañeras de reparto de su progenitora para acabar con el asesino en serie de turno. Cine dentro del cine con humor. Muy pronto en sus pantallas.
Arrástrame al infierno (Sam Raimi, 2009)
Tras encadenar tres Spiderman seguidos que no aportaron nada a su leyenda, el director americano decidió volver a sus raíces y dejarse de megapresupuestos y apostar por un buen guión y ese humor que tan buen resultado le había dado con la saga de Posesión Infernal. Christine (Alison Lohman) joven ambiciosa que trabaja en un banco le niega un crédito a una anciana (Lorna Raver) y esta acaba expulsada de su casa. Con lo que no contaba es que eso le iba a costar una maldición y, para escapar de las fuerzas del mal, iniciará una carrera contrarreloj con la ayuda de un vidente. La sesión de ouija, mítica.
Películas de zombies hay muchas (y, pronto, demasiadas) pero Fleisher consiguió un título mítico gracias a la química entre los cuatro protagonistas: Tallahassee (Woody Harrelson en estado de gracia), Columbus (Jesse Eisenberg), Wichita (Emma Stone) y Little Rock (Abigail Breslin, la ex Pequeña Miss Sunshine). ¿Cómo sobrevivir a un ataque zombie? ¿Qué diferencia hay entre Hannah Montana y Miley Cyrus? El cameo de Bill Murray, de los que hacen época. Muy divertida.
Las tres películas que preceden a Thirst serían suficiente garantía como para dejarse llevar ante esta obra de Park Chan-wooo (Old Boy, Sympathy for Lady Vengance y Soy un cyborg). Como sucede en todos sus filmes, el planteamiento y sobre todo el desarrollo de la película es lo más interesante. En este caso, la contención y reflejo de una sociedad atenazada por los roles sociales y que, frente a una situación de desesperación personal, es capaz de darle la vuelta a todo cuanto le rodea... aunque no sea siempre para bien. Thirst es una película de vampiros, con una excelente producción y la dirección al más alto nivel este siglo.
Aunque cuatro continuaciones son demasiadas, hay que reconocer que Peli –bonito nombre para un director- supo sorprender con esta película de bajísimo presupuesto y a medio camino entre El proyecto de la Bruja de Blair (Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, 1999) y Poltergeist (Tobe Hooper, 1982). La historia va de la típica familia de clase media que se compra una casa y descubre que hay un inquilino con el que no habían contado. Muchos sustos y mucha tensión. Para ver con la luz apagada.
Prohibido confundir esta rareza con la pretendida versión de 1998 dirigida por Adam Grossman y apadrinada por Wes Craven y que no tienen en común más que el nombre. Harvey, actor amateur y amante de los cortos en Super 8, contó con la colaboración de John Clifford al guión, y juntos parieron su única película, una auténtica delicatessen que no puede faltar en la retina de ningún aficionado. Una joven organista sufre un accidente de coche y, traumatizada, decide aceptar un empleo en la iglesia de un pueblo perdido para olvidarse de todo. Se adelantó a 2.000 maniacos (Herschell Gordon Lewis, 1964) o La noche de los muertos vivientes (George A. Romero, 1968) en lo que a cine rodado por aficionados se refiere. Es antigua, pero hay que verla para ir de modelno.