VALÈNCIA (VP/EFE). El próximo 19 de noviembre el Museo del Prado inaugurará la exposición Museo del Prado 1819-2019. Un lugar en la memoria, con la que se abrirá la celebración oficial de los 200 años de la institución. "El objetivo de este bicentenario es muy sencillo", asegura a EFE el director de la pinacoteca, Miguel Falomir (València, 1966). "Queremos recordar que este museo es el gran regalo que se ha dado la nación española. Por una serie de circunstancias institucionales y políticas, lo que en principio fue una colección concebida para el disfrute de unos pocos, ha pasado a ser patrimonio de todos los españoles", añade.
Pero toda celebración tiene mucho de efímero, añade Falomir, y "nos gustaría que ésta tuviera algo tangible para que se quedara en el futuro, y eso es el inicio de las obras del Salón de Reinos, el proyecto de Norman Foster y Carlos Rubio", añade. "Tenemos la promesa del Gobierno de incluir en los presupuestos una línea de financiación que permita comenzar las obras, y estamos pendientes de la aprobación de los presupuestos" explica.
"Si es así, el año que viene comenzaríamos las obras. Son 40 millones de euros lo que cuesta, de los cuales del gobierno pondría un 75 por ciento y el resto, unos 10 millones, el museo, pero si no hay presupuestos nuevos no podría llevarse a cabo, más no se puede hacer", se lamenta.
Falomir , un hombre de la cantera del Prado, donde lleva trabajando veinte años, se convirtió hace un año y medio en el director de uno de los grandes museos del mundo. Antes de sustituir a Miguel Zugaza era director adjunto del Prado y hasta ese nombramiento trabajó como jefe del departamento de Conservación del museo.
Un científico experto en pintura italiana del Renacimiento apasionado de Tiziano al que la historia le ha puesto en un momento importantísimo de esta institución, cuando se replantea su pasado y, sobre todo, su futuro. Aunque él aclara que no tiene voluntad de hacer carrera fuera del museo. "Mi vida está en el Prado. Soy un director accidental. Alguien con una trayectoria académica que en un momento dado ha tenido el tremendo honor de dirigirlo por un momento determinado. Luego volveré a mi dedicación", precisa.
Así es que este estudioso ha visto cómo el Prado hoy alcanza los tres millones de visitas anuales, el doble que hace veintidós años -cuando él llegó a la institución-, y cómo también, hace esa misma cantidad de años, el museo estaba en las primeras páginas de los periódicos, pero por nada bueno. "Recuerdo todavía una portada de Cultura, o de primera, del Herald Tribune, que todavía se editaba, que decía: 'El Prado, el museo enfermo de Europa', y también recuerdo ver cubos por las goteras en la galería central. Todo eso hoy es pasado, y uno se da cuenta de que lo mejor que tenemos es la extraordinaria plantilla que dirijo, con gente muy comprometida", subraya.
"Pero tengo que decir -sostiene- que el Prado es una institución veneradísima, sí, y todo el mundo recuerda aquello del 'buque insignia de la cultura española' o lo que dijo Azaña sobre que el Prado era 'más importante que la República y la Monarquía', pero preferiría frases menos rimbombantes y más dinero concreto", espeta serio y firme Falomir.
"Me gustaría una ayuda material más concreta, que esta admiración se tradujera en algo más cercano, y que la gente, todos los españoles se sientan orgullosos del Museo y lo sientan como suyo, que esa maravillosa fachada que tiene la traspasen y lo disfruten. que el Prado también satisfaga la curiosidad de los jóvenes", argumenta.
El Museo del Prado tiene un 72 % de autofinanciación, y su principal vía de ingresos es la venta de entradas, pero hay que tener en cuenta que la mitad de estos tres millones de visitantes no paga, porque se acogen a las diferentes modalidades gratuitas. "Somos una de las pocas partes de la Administración donde la aportación estatal ni siquiera cubre el salario de los trabajadores", recuerda Falomir.
Dentro de las actividades por la celebración del bicentenario, además de la exposición con la que se inaugura el día 19, comisariada por Javier Portus, que presentará los hitos más importantes en los 200 años del Prado y el papel que ha tenido en el desarrollo de la cultura contemporánea con obras de Renoir, Picasso o Pollock, entre otros muchos, Falomir destaca como su preferida: De gira por España, que llevará una obra maestra a cada comunidad autónoma más Ceuta y Melilla.
Se empezará por el Museo de Dalí en Figueras, el 27 de noviembre, adonde El Prado llevará una obra de Rafael, pintor que amaba Dalí por encima de los demás -"el pintor catalán dijo que desearía que sus cuadros estuvieran al lado de los de Rafael", explica Falomir. Luego seguirá por todo el territorio: Melilla tendrá un Velázquez, y Gijón, la casa de Jovellanos, volverá a tener el retrato de este político ilustrado pintado por Goya.
El Prado posee más de dos mil obras depositadas principalmente en España y algunas en embajadas españolas por el mundo. Son depósitos que comenzaron en 1860. "Hay museos parte de cuyas colecciones son obras del Prado, y no siempre se ha hecho la pedagogía necesaria de lo que es El Prado disperso, vamos a aprovechar el bicentenario para esta iniciativa", concluye.