La diputada nacional Àngela Ballester, Íñigo Errejón, y el líder de Podemos en la Comunitat, Antonio Montiel. EVA MÁÑEZVALENCIA. La separación entre los dos bandos que forman el secretario general de Podemos en la Comunitat, Antonio Montiel, y los críticos con su gestión, se acentúa. Tal y como informó este diario, la suspensión de un acto sobre plurinacionalidad programado para el pasado 24 de noviembre ha elevado las tensiones entre los dos grupos. Aunque no existe una única versión sobre las causas por las que no se celebró la jornada, sí resulta evidente que contribuyó a aumentar la brecha entre ambas facciones.
De hecho, una de las principales consecuencias ha sido el inicio del distanciamiento con el 'errejonismo' del sector crítico con Montiel. Cabe recordar que el secretario general y portavoz en Les Corts ha mostrado su inclinación, prácticamente desde el inicio de su mandato, por Íñigo Errejón, y con él todo su entorno, al que hay que sumar otros dirigentes como la diputada nacional Àngela Ballester, quien además forma parte del Consejo Ciudadano Valenciano (CCV), o la también parlamentaria nacional Rosana Pastor.
Prueba de ello es la firma estampada por Antonio Montiel y sus afines en bloque en el manifiesto 'Recuperar la ilusión' impulsado por el entorno de Errejón -aunque éste no lo ha suscrito- y que se centra en exigir que la Asamblea Ciudadana Estatal que tendrá lugar en febrero, denominada Vistalegre 2, sea "más democrática". Una recogida de firmas que se produce una semana antes de que se celebre la consulta convocada por el secretario general, Pablo Iglesias, en la que los inscritos del partido decidirán el formato que tendrá el cónclave, tanto en lo referente al sistema de votación como al modo en que se organizan los debates.
Así, además de Montiel y Ballester, se encuentran entre los firmantes varios diputados o miembros del CCV del entorno del líder autonómico como Fabiola Meco, Marc Pallarés, David Torres, Emilia Noguera, Sergi González, Blanca Jiménez, Lola Bañón o Sergi González, entre otros. Sin embargo, en el documento inicialmente presentado este viernes que acumulaba 600 firmas, no aparecía la rúbrica de ninguno de los que vienen destacándose como referentes críticos frente a Montiel.
De esta manera, además de dirigentes como Sandra Mínguez, afín a Iglesias, diputados como Antonio Estañ, César Jiménez, Daniel Geffner, Cristina Cabedo o el senador Ferran Martínez, no aparecían como firmantes en la lista inicial, y tampoco en las sucesivas actualizaciones que se produjeron por la tarde noche, donde el número de rúbricas se elevó hasta superar las 4.000. Un dato relevante dado que algunos de estos parlamentarios sí han simpatizado en el pasado con las tesis de Errejón.
Así pues, un gesto de desmarque del que se desprende el alejamiento del grupo de críticos respecto al 'errejonismo' tras la suspensión del citado acto de noviembre. Tal y como ha venido informando Valencia Plaza, el conflicto inicialmente de Montiel frente al joven grupo de críticos no se sustentaba en un principio y como sí sucede en otras regiones entre los seguidores de Iglesias y Errejón.
No obstante, tras la suspensión del acto y el claro posicionamiento de Montiel y los suyos hacia el bando del número dos de Podemos, el debate en el grupo de críticos, donde no existe una unanimidad en afinidades y, de hecho, abundan los no adscritos a ninguno de los dos líderes, se centra en si adoptar una posición común de cara al cónclave estatal o moverse de manera individual e independiente. Ahora bien, el mero gesto de no entrar como firmantes en el manifiesto 'errejonista' desliza que no se descarta ninguna vía por parte de este grupo, ni siquiera la de respaldar a Iglesias en bloque a la búsqueda de posicionarse para el objetivo final: desplazar a Montiel en el cónclave autonómico.
En cuanto a las diferencias esenciales de las propuestas, cabe destacar que Iglesias se inclina por celebrar en el congreso una única votación, en la que los documentos político, organizativo y ético estén vinculados al equipo de personas que los propone. Por otro lado, Errejón y sus afines defienden la necesidad de separar el debate de las propuestas del de las personas que se pondrán al frente del nuevo Podemos, afrontando de esta manera dos votaciones diferenciadas.
