CASTELLÓ. Las diferentes civilizaciones han utilizado la bisutería como elemento decorativo, aunque en sus orígenes priman su poder mágico y sus facultades de protección. Así, egipcios, mayas o celtas entre otros, ya utilizaban este tipo de ornamentos para protegerse del mal. Con el paso del tiempo, su significado ha variado y la función estética prevalece sobre otras dimensiones. La bisutería tal y como la conocemos, surgió a principios del siglo XX, período en el cual se popularizó y se creó una industria que en la actualidad emplea directa e indirectamente a cerca de 2.000 personas en España, pero que en los últimos años se ha visto afectada tanto por la crisis de la covid como por la invasión de Ucrania.
Alrededor de esta industria conviven también decenas de talleres artesanos, como el que se encuentra en Morella, denominado Bisutería Fósiles y Minerales. Herederos de una tradición familiar, Rocío Yeste y su marido, Cristóbal Milián, regentan la firma que inició su andadura en el año 2019, y que recogió el testigo de Paco Yeste, padre de Rocío, un gran conocedor de los fósiles y de los minerales, que también se inició en el mundo de la bisutería y que fue el primer gran descubridor de restos de dinosaurios en la comarca dels Ports.
Collares, pendientes, colgantes y pulseras son elaborados de forma artesanal por Cristóbal en el taller a partir de fósiles y minerales. “Diseñamos todo tipo de artículos y las piezas que creamos son únicas. La intención es que el producto final respete la naturaleza de la materia prima que se utiliza para su elaboración, que no quede demasiado artificial”, explica Rocío. Son centenares los modelos diferentes de piezas que tienen en el mercado de diferentes formas y formatos y elaboradas con una gran variedad de minerales. “No nos hemos especializado en ningún tipo de mineral o fósil, además intentamos innovar con nuevos productos y diseños ya que buscamos diferenciarnos, incluso tenemos en cartera productos en los que también se incluye la madera”, asegura Rocío Yeste.
Labradorita, ópalo, amatista, cuarzo, helecho, calcita, lapislázuli, jaspe, turmalina, dolomita, malaquita o ammonite son algunos de los minerales y fósiles con los que trabaja Cristóbal en su taller. Precisamente, el ammonite, un fósil de un animal marino que vivió desde hace unos 400 millones de años (Devónico) hasta hace 65 millones (Cretácico), es uno de los que más éxito tiene. “Lo solemos trabajar haciendo un corte longitudinal para que así se aprecie las cavidades interiores del molusco junto con la concha fosilizada”, señala Rocío Yeste.
La inestabilidad mundial provocada por la crisis sanitaria de la covid-19 y la actual invasión de Ucrania “están poniendo cada vez más complicado conseguir materia prima, ya que muchas de las ferias en las que participábamos como Expominer en Barcelona, no se han celebrado desde que se paralizó todo por la pandemia y no se sabe si va a volver a celebrarse”, indica Rocío. No obstante, en breve viajarán a la población francesa de Santa María de las Minas a una feria profesional, donde volverán a conectarse con los diferentes integrantes del sector. En la actualidad, Bisutería Fósiles y Minerales consigue los materiales que necesita a través de sus proveedores habituales.
La misma inestabilidad ha provocado que uno de sus canales de venta más importantes, las ferias que se organizan cada año en diferentes localidades, también haya decaído en los últimos dos años, aunque “este año ya se ha notado mejoría”, dice Yeste. Y es que, las ferias de artesanía o los mercados medievales que se realizan en diferentes localidades de Castellón, Valencia, Teruel, Valencia o Tarragona, son la base de sus ventas, ya que no sirven a tiendas. Rocío explica que la producción, “al ser artesanal y piezas únicas no puede atender las necesidades de una tienda física que necesita pedidos más grandes”. Otro de los canales de venta de Bisutería Fósiles y Minerales es internet, es decir su propia tienda online, a través desde donde reciben una gran demanda de pedidos que llegan desde toda España. “En los últimos meses hemos visto que la demanda se ha reducido debido a la actual situación de crisis, muy al contrario de cuando se eliminaron las restricciones por la pandemia, “ya que la gente tenía muchas ganas de gastar, por eso hay que ajustar los precios”, explica Yeste.
La firma de Morella también tiene su público en el apartado de los coleccionistas, y con el objetivo de satisfacer la demanda ha diseñado un producto para estas ocasiones como son las cajas de diferentes tamaños con minerales. E incluso, en alguna ocasión han elaborado replicas de uñas de dinosaurio, a tamaño natural, para que maestros y tutores de colegios las utilicen cuando tengan que explicar la época en la que vivieron los dinosaurios.