UN SUMA Y SIGUE CADA VEZ MENOS SILENCIOSO

Pasado, presente, futuro: itinerario aleatorio por las mujeres valencianas en la Cultura

8/03/2016 - 

VALENCIA. Los nombres propios de mujer han sido ocultados en la Historia, y en el ámbito de la Cultura o el caso valenciano no existen apenas excepciones. Lo descifraba el historiador medievalista Vicent Baydal en este artículo. El colaborador de Valencia Plaza acaba de publicar Els valencians, des de quan són valencians? (Afers, 2016) y editar en Drassana Il·ustres valencians il·lustratsbase de comprobaciones documentales y enumeraciones a partir de las que sugiere algunas de las 'marcas personales' sin las que sería imposible comprender quiénes somos los que aquí vivimos y cómo es, precisamente, este lugar.

Pasado (desconocido)

"El que quizá es el nombre más relevante de una valenciana en la Cultura de la antigüedad es el de Sor Isabel de Villena, escritora influyente y abadesa de la Trinidad". Su peso no fue suficiente para que el estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts, el MIT, la colocase -al menos- entre las 15 primeras posiciones entre las que solo una deportista, Anabel Medina, se coloca en ese particular ránking de popularidad histórica valenciana. Ni rastro tampoco de Lucrèzia Bori (Valencia, 1887), "aunque los resultados en Spotify o YouTube se cuenten por miles" apunta Baydal; no hablamos de Lucrèzia de Borgia ni de la ópera escrita por Donizetti que lleva su nombre. Bori, que cantó con seis años en el Paraninfo de la Nau de la Universitat de València a beneficio de los huérfanos de la Guerra de Cuba, hizo carrera en los coliseos operísticos de Roma, París, Milán y Nueva York. En este último se consagró como estrella mundial y acabó ejerciendo de "factotum" del Metropolitan Opera House hasta el final de sus días, durante más de tres décadas. Y sí, el 30 de junio de 1930, Bori se convertía en la primera persona nacida en España que protagonizaba una portada de la revista Time.

El de Bori es un ejemplo de personaje femenino de la cultura valenciana desconocido entre muchos. Baydal destaca que "hasta los siglos XIX y XX, con la implantación progresiva de la alfabetización y de la educación de masas, la alta cultura siempre fue cosa de los sectores sociales más cultos". No obstante, el historiador apunta que "la postergación de las mujeres en la vida pública hace que se echen en falta a lo largo de toda la Historia". De de Villena sobresale la escritura de Vita Christi (por cierto, en valenciano) "en la que aborda la vida de Jesús con las mujeres". Coetánea a ella misma fue la poetisa Tecla de Borgia, "de tanto prestigio entre ambientes intelectuales que Ausias March le dedicó una composición".

Baydal subraya del siglo XVII a la tipógrafa humanista Jerònima Galés: "fue la impresora más importante de España en su época y pieza clave para la producción cultural y del humanismo valenciano". Coetánea a ella existía una mujer dedicada a conducir una tertulia literaria de tal prestigio "que llegaba hasta las élites culturales de la ciudad para hablar de filología, filosofía, etcétera, y que fue destacada por sabios como Joan Lluís Vives o Joan Baptista Anyés". Su nombre, muy desconocido, Àngela Sabata de Mercader.

Hay que avanzar hasta el siglo XVIII para encontrar referencias históricas documentadas acerca de las mujeres de la cultura valencianas. Isabel Ferrer Giner (Castelló de la Plana, 1736), una noble que, a diferencia de lo que esa condición casi exigía, nunca se casó y dedicó su vida y su fortuna a fundar establecimientos dedicados a la educación de niños y niñas. En su mismo siglo, Maria Pascuala Caro "se doctoró en Filosfía en la Universitat Literària de València, publicó un ensayo acerca de matemáticas y trigonometría, y desarrolló en la ciudad buena parte de su actividad cultural", destaca Baydal. Mallorquina de nacimiento, se retiró en Palma no sin antes dar rienda suelta a la "poesía religiosa" que también practicó.

Baydal asume que "de todas ellas se sabe poco", sobre todo en comparación a los hombres de la Cultura que, en ejercicios similares, son citados o referenciados en tratados históricos y publicaciones de todo tipo. Ya en el siglo XIX, Amàlia Fenollosa i Peris escribe "poemas y narraciones de carácter plenamente romántico" y "reivindica el papel de la mujer", algo en lo que redundaría su participación en La Hermandad Lírica, un movimiento "que abogaba por el progreso femenino" en mitad del citado siglo. A finales del mismo también destacaría Anna Maria Ibars i Ibars, 'maestra libre', escritora conservadora y catolicista, que "trató de dignificar el valenciano entre los años 40 y 60".

A la sombra de su hermano, José Iturbi, Amparo Iturbi Báguena (1898) grabó con la misma "pureza y claridad" que él las canciones para la radio y la televisión que les harían famosos en Estados Unidos. Por ejemplo, para comedias musicales de la Metro Goldwyn Meyer. El libro de Drassana citado añade que, actualmente, universidades norteamericanas tienen becas de especialización con su nombre. Más conocida en el ámbito musical valenciano fue Matilde Salvador i Segarra, estandarte de la defensa de la llengua que compuso para ballet, sinfonías, piezas religiosas, corales y hasta dos óperas.

La actriz Lola Gaos, la gran bailarina Olga Poliakoff Llopis, la pintora Manuela Ballester i Vilaseca, las escritoras Maria Beneyto i CuñatConcha Alós y Carmelina Sánchez-Cutillas disfrutaron de una fama dispar, aunque el propio Baydal destaca el establecido desconocimiento sobre Juana Francés de la Campa. Nacida en Alicante y de familia procedente de Banyeres de Mariola, estudió Bellas Artes en Madrid y completó su formación en París. Allí formó parte del colectivo artístico El Paso, fundamental para entender la entrada posterior en España de las vanguardias artísticas. Informalista hasta la tridimensionalidad, expuso por toda Europa y América para acabar legando gran parte de su obra al IVAM y al Museo d'Art Contemporani d'Alacant.

Presente y futuro (por conocer)

¿Pero cuál es el autoconocimiento de la mujer de la Cultura y valenciana? Tras hilvanar casi 40 testimonios, la presente acumulación de nombres sólo muestra interminables itinerarios. Lejos de lo que pudiera parecer, la población de creadoras y gestoras del ámbito se extiende hasta sus límites: de la literatura al postporno, del teatro al tatuaje y del circo aéreo de telas a la producción cinematográfica. Valencianas por valencianas, la lista de presentes no se aproxima a todas las que son -aunque sean todas las que están- porque la enumeración hoy en día, afortunadamente, podría no acabarse nunca.

El itinerario parte de la voz más veterana entre as consultadas, también porque coincide en una elección de consenso. María Ángeles Arazo, escritora, periodista, crítica de arte, guionista de historietas, miembro de la Real Academia de la Cultura Valenciana y de la Asociación Valenciana de Críticos de Arte (AVCA) no tiene dudas: Carmen Calvo, "es un referente". La sentencia se repite con su nombre entre otras nominadoras; la elige también Olga Adelantado, presidenta de la Asociación de Galerístas de Arte Contemporáneo de la Comunitat Valenciana (LaVAC) y directora de la galería Luis Adelantado: "la conocí cuando todavía estudiaba Bellas Artes y su personalidad me fascinó".

También destaca a Calvo la ilustradora Carla Fuentes: "la admiro, básicamente, a nivel profesional. Admiro su carrera y su estilo". A ella misma la escoge la cantante y música chilena Soledad Vélez, instalada en Valencia desde hace una década: "su trabajo conecta mucho con mis sentimientos. Tiene un deje melancólico... que me deja prendada. Disfruto mucho viendo sus trabajos, me parece que es una gran artista, una grande".

Otra prodigiosa voz, esta vez no en las cuerdas del folk y el rock como Soledad, sino como soprano, es la escogida por la periodista, guionista y escritora Fani Grande: "Consuelo Hueso, no sólo como profesional, sino porque lleva algo más de un mes realizado discoforums para rescatar del olvido -precisamente- a las compositoras olvidadas. La admiro porque da voz propia a mujeres que la tenían". A Grande la escoge Olga Cano, por merecer "un gran reconocimiento que, a través de sus artículos, unas veces cargados de humor, otras directos y desgarradores y otras adornados con una delicada sensibilidad, nos invita a reflexionar sobre cuestiones acerca de las cuales es necesario hacerlo".

La música se conecta con la arquitectura y, sin perder el ritmo, la arquitecta valenciana Estafanía Pérez defiende su predilección por Elvira Asensi. La responsable de la arquitectura de espacios y diseño de escenarios de uno de los festivales más reconocidos de Europa en este ámbito, el Vida Festival (Vilanova i la Geltrú, Barcelona), hace una defensa de Asensi como mujer total: "ha traducido la biografía de Neil Young (Shakey, editorial Contra), es manager de músicos y, todo a la vez, trabaja para las Naciones Unidas, en Ginebra". La que fuera profesora de la Universitat de València y premio Joan Coromines, es también una referencia documental por su libro Música, mestre¡ Les bandes valencianes en el tombant del segle XIX.

Aunque caben más referentes musicales, otra arquitecta, Merxe Navarro, se decanta por su coetánea y vecina Marisol Salanova. Filósofa, crítica de arte y conocida durante los últimos años por su tesis Orígenes de la iconografía BDSM en la estética postporno, Navarro destaca: "aunque no lo sabíamos, nos criamos a solo unos patios de distancia, en el barrio de Malilla. Cuando la conocí me dijo algo que me encantó: 'atrévete a ser como eres aunque seas diferente' y yo añado, 'nunca sabes a dónde te puede llevar'. 

A Navarro la enlaza otra valenciana más de la interminable lista. La gestora de las Librerías Dadà en el MuVIM y el IVAM, Inma Pérez, no tiene dudas en poner en valor a la arquitecta: "me parece muy necesaria su visión y su labor en la arquitectura valenciana, en la difusión y en la construcción del relato real de nuestra cultura y de nuestra ciudad". A otra librera, a Luci Romero, la ensalza la empresaria y maestra cafetera Marian Valero: "propietaria de la librería Bartleby y poetisa. Emprendedora y entusiasta de la cultura valenciana. La escojo por valiente y buena amiga".

La propia Romero, valenciana de adopción, apuesta por otro icono entre las mujeres de la cultura en Valencia, "Áurea Ortiz. Un referente cultural y social y por supuesto, una amiga". La profesora de cine en la Universitat de València y trabajadora de la Filmoteca actualmente se ha incorporado como gestora pública en el Ayuntamiento de la ciudad. En los círculos concéntricos, la responsable de producción del Festival Internacional de Mediometrajes La Cabina, Sara Mansanet, escoge a Maite Ibáñez: "Está presente en cine, música, literatura y artes plásticas, dando voz a la cultura que se genera en Valencia. Para mí, ella es imprescindible". La labor de esta Doctora en Historia del Arte es la de técnica de gestión cultural de la Fundació General de la Universitat de Valencia.

Ibáñez también confía un nombre a Valencia Plaza: Amparo Carbonell, catedrática de Escultura de la Universitat Politècnica de València. Ibáñez la ensalza por representar "un conjunto de valores como artista y como docente, conectados con la ciudad (con proyectos en El Cabanyal o Mostra Viva del Mediterrani), desde el compromiso social. Tiene una actitud positiva y abierta y es de las pocas mujeres académicas que tenemos en la Real Academia de San Carlos". La editora de Melusina Elisabeth Falomir, valenciana afincada en Madrid, también ahonda en la elección académica, la Honoris Causa por la Universitat Jaume I y la UV Adela Cortina: "estudié Ética con devoción durante la carrera gracias a ella. La valoro también porque fue la primera mujer de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Es ciudadanía, democracia y ética pública".

De vuelta al sector audiovisual, próximas a sus referentes más cercanos, la productora de cine Lourdes Reyna escoge a la directora María Trénor ("una mujer con trabajos muy interesantes") y la actriz Iris Lezcano a su "admirada Inma Sancho. La admiro por su talento y, sobre todo, porque me parece una mujer encantadora y cercana". En muchas de las descripciones recogidas por este diario, la personalidad, la amistad y el carácter más próximo de las referenciadas pesa en la decisión. La compositora y cantante Thaïs Morell de hecho escoge a "María, la dueña del café-pub Murnau, por ser una persona maravillosa, siempre recibiendo y tratando a todos con una sonrisa, y principalmente siempre apostando por la música en directo de calidad, contribuyendo para la movimentación cultural de su barrio (Benimaclet) y de la ciudad". Otra compositora y música, Arantxa Iranzo (June's Kaleidoscope), ,se decanta por Ma Josefa Marqués, o sea, La Pepica. La cofundadora de uno de los iconos de Valencia, "con una tradición centenaria, traduciéndose en una cocina especialmente simbólica para la ciudad".

La también actriz Olga Alamán busca en disciplinas más distantes hasta destacar a Pilar Dasí, "psicoanalista valenciana que se formó en París, profesora de la UV y que ahora ha decidido irrumpir en política para aportar desde su bagaje". En las coordenadas políticas hemos conocido a Carmen Alborch, la escogida por la directora de relaciones externas de La Rambleta, Mariola Cubells: "Era moderna cuando nadie lo era. La ministra en technicolor que nos puso en el mapa para bien". La predilección de Cubells coincide con una de las cocineras más relevantes del país, la valenciana Begoña Rodrigo: "conocía a Alborch como clienta de Teatrito, cuando tenía 17 años. Me parece una tía muy justa, que ha puesto por encima de los colores las verdades. Es una eterna joven y me gusta cómo le brillan los ojillos cuando habla de cosas que le hacen ilusión".  Aborch también es la mujer escogida por Salvia Ferrer, la directora del festival de artes urbanos y performativos Intramurs, aunque menciona también a la escritora y ahora directora general de Cultura y Patrimonio de la Generalitat Valenciana Carmen Amoraga.

Antes de salir del contenedor cultural del Bulevar Sur, la técnico y coprogramadora de escénicas en la Rambleta Sonia Martínez (también directora de Cine Por Venir) escoge a Isabel Caballero, codirectora Cabanyal Íntim, por su compromiso y rigor con un proyecto escénico arraigado en el territorio". La productora cinematográfica Eva Vizcarra, que acaba de estrenar el largometraje documental El arquitecto de Nueva York, hace referencia a una de las mujeres de la cultura valenciana citadas en 'el pasado': Olga Poliakoff, "por su sentido del humor, su capacidad para vivir y hacer lo que le dio la gana siempre de acuerdo con sus principios. ¡Vivió su vida en complicidad con el género femenino!".

En el mundo del teatro, diferentes voces tantean la posibilidad de mencionar a Carmen Portaceli, acaso la gran directora del momento -o desde hace años- en España. El titubeo es parecido con la actriz y productora Pilar Almeria o la gestora María Ángeles Fayos, miembro de la familia esencial del teatro tras Olympia Metropolitana (teatros Olympia, Talia, TAC de Catarroja, Auditori de Torrent...). Fayos apuesta por su cuenta por la política Ana Noguera: "fue una de las primeras mujeres que conocía interesadas por la cultura y me dejó huella. Sigue luchando desde el Consell Valencià de Cultura (CVC) por la importancia de la misma y la educación en la sociedad pero ha abandonado la primera línea política".

La productora teatral y gestora cultural Teresa Juan prefiere ensalzar a la rescatadoras del casco antiguo: "Ana Beltrán y Eva Sanjuán, o sea Estudio Correoviejo. Nos encontramos casualmente (a raíz de otra mujer). Encontré un espacio de poesía, comprensión e intercambio. Son necesarias. Son el verdadero alma de los edificios antiguos. Son raíces". Otra productora y bailarina, María José Mora, pone en valor a "Vanesa Martínez Montesinos, por el trabajo que viene desarrollando desde el año 2010 a través de su proyecto personal Afán de Plan. Una agenda cultural que ha dado visibilidad a propuestas artísticas fuera de circuitos comerciales. Además, me parece destacable que se produzca completamente en valenciano".

Al peso de lo educativo también hace referencia Isabel Puig, al nombrar a Estrella Rodríguez Roncero, responsable del área de didáctica del Museo de Bellas Artes de Valencia: "con ella aprendí que se puede trabajar de lo que nos fascina y me descubrió esa profesión a la que entregar lo mejor de mí. La admiro por saber defender, desde la discreción, una profesión que sigue siendo invisible para tantos, la de mediadora". A Puig la escoge, precisamente, Salanova: "es para mí una mujer de referencia en el mundo de la cultura valenciana no sólo por presidir la asociación de educadores de museos (AVALEM) o trabajar con Olga Adelantado en la que, considero, es una de las mejores galerías de nuestro país, si no porque a través de la didáctica está haciendo una labor de educación y sensibilidad en torno al arte contemporáneo desde la infancia, lo cual me parece crucial, beneficia a las generaciones futuras y no se había hecho antes por aquí con tanto ahínco y coherencia".

Las ilustradoras Paula Pérez, Ada Diez y Elisa M. Rufat escogen a las también ilustradoras Aitana Carrasco, Laura Castelló y Paula M. Rufat, respectivamente. La primera, "por su trabajo y como fuerte defensora de los derechos del sector"; la segunda, "por su increíble talento y humildad. Me impresiona su capacidad para evolucionar y probar cosas nuevas y su constantes capacidad de trabajo"; la tercera, "por como ve y es. Mujer valiente, fiel a su corazón, sensible y generosa. Ahora en Cusco luchando por lo que realmente cree , siente y le llena". La hermana nominada también es tatuadora, como Merxe Bolta, la mujer escogida por la Dj valenciana de mayor repercusión nacional e internacional, Ley Dj (Leticia Pérez): "gracias a ella descubrí los mejores rincones del barrio del Carmen, los eventos más underground de la ciudad, y conseguí llegar a ser parte de la otra Valencia". Fundadora de X-Tattoo, actualmente vive en Berlín y es, en palabras de Leticia, "un clásico de la ciutat".

El tatuaje hace su acto de presencia entre las disciplinas -todavía- al margen, pero las inquietudes culturales con voz de mujer son difíciles de abarcar. La historiadora del arte y empresaria Violeta Garín destaca a Sandra Casares, "artista multidisciplinar que lleva varios años dedicándose a expresar mediante la danza aérea. Introdujo la disciplina de las telas aéreas en Valencia con determinación y ha conseguido unir talento para crear Vértigo Danza Área, una compañía de este tipo de danza formada por mujeres al 99%". La gestora cultural Belén Iranzo, coordinadora del certamen internacional World Press Photo en Valencia, aúpa a "Julia Rey, del bar Rivendel. Es socióloga y gestora cultural. En un momento como el actual de fachada y burbuja cultural hace falta poner la mirada también lejos de los grandes nombres y los espacios estrictamente culturales para ver qué sucede a pie de calle. Desde ese nivel (y sin farándula), está haciendo guerrilla cultural y fomentando pensamiento en forma de ocio con mayúsculas y excelentes contenidos. Es una crack en la sombra que ha hecho crecer la otra cultura de bar".

En otro paralelo de la danza, precisamente, Meritxell Barberá, 50% de Taiat Dansa escoge a Cristina Chumillas, codirectora de la galería Pepita Lumier: "hay personas a las que tardas en conocer pero que, cuando las conoces, parece que sea de toda la vida porque conectas con su forma de ver la vida, en espíritu, en inquietudes, en las ganas de construir cosas nuevas, de apostar por nuevas maneras de gestionar... de apostar por hacerlo en Valencia". Barberá destaca de Chumillas su "admirable manera de crear redes entre creadores de diferentes disciplinas y generar colaboraciones".

Sin que ninguna de las dos lo sepa, Chumillas precisamente escoge a Barberá horas antes. La admira como "componente de una compañía de danza en Valencia, formada por dos mujeres solamente, que han organizado durante cuatro ediciones de una feria de arte en Valencia y un festival (10 Sentidos) que atrae a Valencia a compañías de danza de todo el mundo con una fortísima apuesta por la diversidad. El trabajo de Taiat con respecto a la ciudad, y el de Meritxell si singularizamos, es como el nombre de su festival: de 10".

La fotógrafa titular de este diario, Eva Máñez, inauguró la semana pasada exposición en la Nau. Como creadora, ella también tiene clara a su mujer de la cultura en Valencia "en este momento: Salvia Ferrer, porque ha puesto a la ciudad en el mapa del arte urbano con el festival Intramurs. Llenar de arte las calles del centro durante dos semanas, visibilizar el trabajo de mas de 200 artistas y coordinar un equipo y un festival de arte enorme".

Entre fogones se cuecen algunos de los últimos nombres del itinerario aleatorio. Las hermanas María y Milagros Gil del proyecto Hinojo, destacan a la docente ceramista Rafaela Pareja: "es una artista, siempre nos apoya en todo, nunca dice no a nada y su frase es '¡vamos chicas, que esta es la era de las mujeres!'". Carito Lourenço, mitad del restaurante Fierro junto a Germán Carrizo, escoge a la periodista y divulgadora gastronómica Olga Cano: "es una persona alegre y siempre dispuesta a colaborar con quien lo necesita, grandísima profesional y con unas raíces molt valencianes". 

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