Preocupación en el PP por el frente regionalista que amenaza con robarle 10.000 votos en València

VALÈNCIA. El Partido Popular de la Comunitat Valenciana que lidera Isabel Bonig ha recibido con cierto optimismo, pese al drama supone, el triunfo de la moción de censura del socialista Pedro Sánchez y su consiguiente entrada en La Moncloa. Aunque todo ello ha sido a costa de la caída de su líder, Mariano Rajoy, las perspectivas de tejer un discurso potente frente al nuevo Gobierno de España que acompañe a sus críticas al Consell del Botànic, invita a la cúpula del PPCV a pensar en la posibilidad de bloquear y reducir el crecimiento de Ciudadanos.

Ahora bien, los populares tienen muchos deberes que realizar si quieren iniciar su remontada. Una de las asignaturas pendientes es la ciudad de València, donde continúan sin candidato y con el grupo municipal imputado casi al completo. Un espacio de debilidad que otras fuerzas políticas, especialmente regionalistas de centro y de derechas, pretenden ocupar o, al menos, discutir.

De hecho, al margen de las formaciones ya existentes que vienen tratando de esquilmar el electorado del PP, en los últimos meses ha resurgido la figura del abogado Juan García Sentandreu, que viene apoyándose en la exdirigente de Vox Cristina Seguí en sus apariciones públicas. La próxima, convocada por la Federació Coordinadora d'Entitats Culturals del Regne de València, está programada para esta misma semana y se celebrará bajo el lema 'Objetivo 2019: lanzar al catalanismo de las instituciones valencianas".

Un eslogan que bien podría firmar el propio PP de etapas anteriores y también de la presente, como bien revelan algunos comunicados o declaraciones de la líder Isabel Bonig y que, además, alimenta las informaciones que apuntan a que viene cocinándose por parte de los protagonistas la creación de una fuerza política -se habla de una alianza con Vox- para pelear en las próximas elecciones. La principal inspiración de este grupo radica en la manifestación convocada en noviembre del año pasado y en la que se cifró una asistencia de unas 15.000 personas: una piedra de toque que motivó a los organizadores para ir un paso más allá.

Bien es cierto que la extinta Coalició Valenciana liderada por Sentandreu no cosechó buenos resultados en las citas electorales de 2007 y 2011. Atendiendo a los comicios locales en la capital, donde esta formación tenía mayor implantación y ponía sus máximas esperanzas, obtuvo 5.615 votos en el primer envite y 2.219 sufragios en el segundo, lo que conllevó la disolución del partido. Bien es cierto que, en aquella etapa, el PP se mantenía todavía poderoso -sobre todo en 2007- y no permitía ningún resquicio a ese tipo de fuerzas. 

No obstante, ahora la debilidad de la formación popular es mayor y posee el problema de los casos de corrupción que, además, pueden tener especial incidencia en la capital. ¿Cuántos votos podría amasar una fuerza valencianista que le hiciera frente? Es complicado de predecir, pero resulta evidente que las papeletas a recaudar procederían en gran medida del PP y esta cuestión preocupa a algunos dirigentes populares.

Otras formaciones que pueden pescar en el electorado del PP

Más aún cuando no es la única formación de corte valencianista que entraría en liza. Som Valencians, regionalistas de centro, consiguieron en las elecciones locales de 2015 de València algo más de 3.000 votos mientras que VOX se situó rozando 3.300 sufragios. Cifras que, a priori, no parecen preocupantes pero que, en total, podrían hacer un agujero de unos 10.000 votos de votantes tradicionales del PP si se produce la irrupción de Sentandreu y los suyos. Más aún si en ese caladero también pescan otras formaciones de corte valencianista de centro que aspiran a llevarse electores del PP y de otras formaciones como es el caso de Demòcrates Valencians, que debutará en las urnas en 2019 y que tiene como candidato en la capital al conocido abogado Andrès Goerlich.